Opinión
Aldo Mascareño: "La evidencia en seguridad pública no está integrada en una unidad de inteligencia"
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El Parlamento Europeo aprobó negociar su ley de inteligencia artificial (IA) con los Estados. En Chile debemos contentarnos con la Guía para docentes del Mineduc sobre el uso del ChatGPT.
¿Debate legislativo? Deben pensar que aún es muy pronto. Así como no hay que temer que las fotos extirpen el alma, tampoco hay que temer que Skynet ataque a los humanos. El problema moderno no es el miedo, sino el riesgo. El enfoque adecuado con la IA está en la pregunta: cuál es el nivel de riesgo aceptable.
El de la Guía es muy bajo, pues aun cuando reconoce que la información puede tener sesgos que reproducen desigualdades, sugiere a docentes preparar clases y pautas de corrección. Para qué más.
Como todo escolar debería saber, los sesgos no están en ChatGPT, sino en interacciones y datos humanos que la IA procesa. Una buena recomendación de la Guía habría sido: “identifique los sesgos de sus fuentes antes de usarlas para enseñar o corregir a niñas y niños”. Ojalá se encuentre a tiempo la seria discusión legislativa sobre la IA, para definir umbrales de riesgo y aprovechar sus posibilidades generativas al máximo.
Otra recomendación del Mineduc podría ser: “¡nunca más 259 días sin clases!, aunque la IA lo ataque”. Más allá de lo que el Simce ha mostrado en relación con el dramático retraso educativo de niñas y niños, también hizo evidente la importancia de los datos para orientar políticas públicas. Hace un año el ministro y el Colegio de Profesores preferían no saber.
Pero la aversión a la evidencia no es nueva. Desde hace una década se critica a los tecnócratas de la focalización y la hegemonía de las encuestas en la discusión pública. Cada uno cree que su propia experiencia debiera ser el estándar general.
En Chile hay buena generación de datos. Universidades, centros de investigación, gobierno e industria producen información sobre procesos sociales y productivos. Pero todo esto debe transformarse en conocimiento que sirva a la toma de decisiones. Los modelos epidemiológicos hace tiempo anunciaban la crisis sanitaria, y ahora han muerto niñas y niños por no decidir en base a datos. La evidencia en seguridad pública no está integrada en una unidad de inteligencia y hoy la delincuencia es la gran preocupación ciudadana.
En migraciones, la PDI, Carabineros, el Registro Civil, Fonasa, los municipios cuentan con datos relevantes, pero no hay procesamiento integrado para diseñar políticas diferenciadas y efectivas. Parece más fácil cerrar las fronteras y expulsar a otros.
¿Qué hará ahora el Ministerio de Educación con el Simce? Necesita a todos para enfrentar el problema, desde apoderados a especialistas. ¿Qué hará el Estado con todos sus datos? Es momento de producir conocimiento con las evidencias, y dejar lo demás a la poesía.
La poesía y literatura chilenas, que gusta citar el presidente, tendrían su mejor vitrina global y espacio de negocios en Frankfurt, al lado del Main, como dicen los alemanes; pero en principio preferimos dejarlas al lado del Mapocho. Se perdía una excelente ocasión para reflexionar, más allá de nuestras fronteras, sobre los 50 años del Golpe.
Quizás el Ministerio pensó que Frankfurt es demasiado europeo para las “epistemologías del sur”. En realidad, dijeron que era caro. Pero con mínimo esfuerzo se puede ir a pie desde la estación de trenes a la feria. Algún ahorro al menos para considerar.
Ahora hay que pedir a los alemanes que nos inviten de nuevo. Como diría Goethe, vecino de Frankfurt, errando se aprende.