Opinión
Cristóbal Otero y reforma a notarios: "Si el gobierno es exitoso dará un gran paso para recuperar la confianza de la ciudadanía"
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Notarios y legitimidad de la política
Hace pocos días, el recién estrenado ministro de Justicia aseguró que la reforma al sistema de notarios está entre las prioridades de su cartera. El vicepresidente de la Asociación de Notarios, Carlos Miranda, reflexionó que “a la gente le gusta ir donde el notario, pero no para hacer cola, sino que para ser atendido y tener una asesoría jurídica”.
La realidad es que los notarios son un grupo de interés enquistado en el sistema político y judicial, y que a la gente no le interesa ir al notario ni gastar horas en trámites que podrían tomar pocos minutos. A los notarios tampoco les interesa que esto cambie.
El sistema político es consciente del poder monopólico de los notarios, y desde Bachelet 1 todos los gobiernos han presentado proyectos de ley para modernizar el sistema (2007, 2012, 2013 y 2018). Pero ninguno tuvo la voluntad (o en el mejor de los casos, la destreza) para atravesar la telaraña de influencias que han tejido notarios y conservadores a lo largo y ancho de las estructuras de poder.
El estallido social fue, en parte, una expresión de descontento contra la política y los partidos por su incapacidad de avanzar en mejoras concretas en dignidad de trato y calidad de los bienes y servicios públicos.
El año del estallido, solo un 15% de los chilenos confiaba en el gobierno; el más bajo en la OCDE y muy lejos del 50% promedio. Esta nueva arremetida para actualizar el sistema de notarios puede convertirse en una oportunidad para legitimar el sistema político. Si el gobierno es exitoso, no solo nos ahorrará tiempo y gastos en los trámites notariales, sino que dará un gran paso para recuperar la confianza de la ciudadanía.
Sexto retiro y responsabilidad fiscal
Chile cerró el año 2022 con buenas noticas macroeconómicas. Por primera vez en 10 años, los gastos fiscales no superaron los ingresos, y si bien no hay que sobre interpretar el dato, es un hecho indesmentible que este gobierno se toma la responsabilidad fiscal en serio.
En un contexto de alta inflación, el gobierno navegó de buena manera un mar revuelto y demostró madurez para lidiar con la tentación de combatir la inflación con bencina. Mirando a futuro, las expectativas inflacionarias de largo plazo están ancladas en la meta y la demanda interna se ha reactivado durante el año, superando sistemáticamente las expectativas durante todo el 2022.
El gran desafío fiscal de cara al término del receso legislativo es el proyecto del sexto retiro. De aprobarse retiros adicionales de los fondos de pensiones, el Banco Central no soltará los frenos que contienen la presión inflacionaria, y pondrá en jaque la reactivación y ajuste económico en curso.
Por otra parte, si el precio de evitar la aprobación del proyecto es un aumento excesivo del gasto, las consecuencias sobre la economía pueden ser similares. Parlamentarios de lado y lado felicitaron el compromiso país con la responsabilidad fiscal, y la calificaron como un patrimonio de Estado. Veremos.