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Opinión

J.J.Jinks: "Chile necesita volver a crecer, y para ello se requiere una agenda sustanciosa pro inversión que debe ser liderada por Hacienda"

J.J.Jinks: "Chile necesita volver a crecer, y para ello se requiere una agenda sustanciosa pro inversión que debe ser liderada por Hacienda"

Esta semana esa luna de miel se acabó. En una dura declaración la CPC dio por cerrada cualquier conversación que implicara el aumento de impuestos en el ámbito de la reforma tributaria, o si prefiere usted, el edulcorado pacto fiscal.

Por: J. J.Jinks | Publicado: Sábado 24 de junio de 2023 a las 21:00
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Probablemente el nombramiento de Mario Marcel como Ministro de Hacienda del gobierno de Gabriel Boric ha sido el más celebrado por los derrotados en la historia de la democracia chilena. Las expectativas de la derecha estaban por los suelos luego del claro triunfo en las urnas del candidato de la coalición frenteamplista-comunista.

La sensación de alivio que recorrió a buena parte de la comunidad empresarial ante su designación se emparentaba cercanamente con la felicidad. El nuevo Presidente entregaba una señal importante de madurez al privilegiar a un técnico de primer nivel y con un prestigio que cuidar. Había mucha incertidumbre por delante, pero detrás de la decisión estaba un genuino ánimo de hacer las cosas bien y con responsabilidad en el ámbito económico.

Marcel se transformaría en el arquero de las ideas disparatadas que pudiesen provenir de su sector, y siendo el dueño de la billetera impondría racionalidad a la hora de gastar.

Esta semana esa luna de miel se acabó. En una dura declaración la CPC dio por cerrada cualquier conversación que implicara el aumento de impuestos en el ámbito de la reforma tributaria, o si prefiere usted, el edulcorado pacto fiscal. La estrategia del Gobierno de desintermediar a la oposición en el Congreso a través de llegar a un acuerdo directo con los empresarios había fracasado.

Después de todo, como dirían los genios del Jappening, una reforma tributaria sin alza de impuestos es como un árbitro sin pito (… como un toro sin su tora). Si bien en un inicio al gran empresariado se le veía cómodo y satisfecho jugando el rol noventero de estar en la primera línea de los acuerdos nacionales, desde hace un rato había comenzado a recibir pullas y recriminaciones por este papel desde la sociedad civil y especialmente desde los parlamentarios de oposición. Seguramente esto tuvo mucho que ver con el repentino giro que dieron al darle un portazo a la iniciativa de Marcel.

La frustración del ministro de Hacienda en este proceso ha sido evidente. En unas desafortunadas declaraciones levantó la posibilidad de un nuevo estallido social en el evento de no aprobarse un alza de los tributos, lo que le valió el repudio de buena parte de quienes tiene que convencer.

Su posición negociadora sólo ha empeorado con el escándalo desatado por el derroche de recursos a través de fundaciones ligadas a los partidos de gobierno. Si bien las magnitudes de dinero son muy disímiles, tiene poca presentación el estar requiriendo más plata de los privados cuando la que se tiene se dilapida en situaciones que incluso pueden ser constitutivas de delito. A veces lo sabio es hacer la pérdida, este parece ser el caso.

En este brete hay una oportunidad para los chilenos y para Marcel. Los números de crecimiento esperado para el 2023 y 2024 son mediocres, para no decir derechamente malos. El desempleo está subiendo en forma alarmante y la informalidad crece a tasas más que preocupantes. Nada de esto lo arreglaría una reforma tributaria; es más, hay una buena posibilidad de que el problema se viera profundizado.

Mario Marcel debe asumir la responsabilidad de contribuir a superar el difícil momento económico que atraviesa el país. Chile necesita con urgencia volver a crecer, y para ello se requiere una agenda sustanciosa pro inversión que tiene que ser liderada por Hacienda. Nada de esto lo hemos visto hasta el momento; llegó la hora en que Marcel abandone el arco y se ponga la diez.

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