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Opinión

J.J. Jinks: "El Estado chileno se muestra frágil y débil para proteger información delicada"

J.J. Jinks: "El Estado chileno se muestra frágil y débil para proteger información delicada"

El columnista se refiere a la filtración que hizo el diputado Miguel Mellado de la reunión reservada del Presidente Boric con parlamentarios.

Por: J.J. Jinks | Publicado: Sábado 17 de junio de 2023 a las 21:00
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El diputado Mellado ha señalado que no siente vergüenza de haber grabado y luego filtrado a la prensa una conversación privada entre el Presidente Boric y parlamentarios de la aporreada Macrozona Sur. Eso es parte del problema, pues debería. 

Grabar a alguien furtivamente es una deslealtad importante en cualquier ocasión, para qué decir cuando se trata del Presidente de la República y peor aún si se están tratando materias sensibles para el país como es el terrorismo permanente que sufre esa zona del país. Serán los Tribunales los que determinarán si hubo delito o no en el accionar del diputado, pero sin duda la reprobación ética que merece no se la despinta nadie.

El comportamiento reprochable de Mellado es sólo una parte del desaguisado. La propia situación da cuenta de lo febles que son nuestras instituciones republicanas de cara a la seguridad. Es cierto que se estaba en un ambiente de confianza y uno no espera una actuación de ese tipo, pero las medidas de protección de la presidencia no debieran quedar a merced del comportamiento esperado de terceros. Es llamativa la falta de protocolo para impedir que una situación como esta se dé. 

Dentro de todo lo expuesto públicamente fue bastante inocuo esta vez, pero pudo haber producido un remezón importante en la institucionalidad, todos intuimos que las expresiones en privado no son las mismas que en público. De hecho, en el caso del Presidente muchas veces van variando de acuerdo a la audiencia que tiene por delante.

El diputado Mellado ha señalado que no siente vergüenza de haber grabado y luego filtrado a la prensa una conversación privada entre el Presidente Boric y parlamentarios de la aporreada Macrozona Sur. Eso es parte del problema, pues debería. 

Grabar a alguien furtivamente es una deslealtad importante en cualquier ocasión, para qué decir cuando se trata del Presidente de la República y peor aún si se están tratando materias sensibles para el país como es el terrorismo permanente que sufre esa zona del país. Serán los Tribunales los que determinarán si hubo delito o no en el accionar del diputado, pero sin duda la reprobación ética que merece no se la despinta nadie.

El comportamiento reprochable de Mellado es sólo una parte del desaguisado. La propia situación da cuenta de lo febles que son nuestras instituciones republicanas de cara a la seguridad. Es cierto que se estaba en un ambiente de confianza y uno no espera una actuación de ese tipo, pero las medidas de protección de la presidencia no debieran quedar a merced del comportamiento esperado de terceros. Es llamativa la falta de protocolo para impedir que una situación como esta se dé. 

Dentro de todo lo expuesto públicamente fue bastante inocuo esta vez, pero pudo haber producido un remezón importante en la institucionalidad, todos intuimos que las expresiones en privado no son las mismas que en público. De hecho, en el caso del Presidente muchas veces van variando de acuerdo a la audiencia que tiene por delante.

El Estado chileno se muestra frágil y débil para proteger información delicada. Poco deben transpirar los espías presentes en el territorio para obtener información relevante para sus intereses dada nuestra desprolijidad. No hace mucho la Cancillería vivió el bochorno de la filtración de una conversación donde la coprolalia era la invitada estelar y se denostaba el actuar del embajador argentino en Chile. También esa vez fue una grabación oculta de una funcionaria, probablemente para evitarse la lata de tomar apuntes, pero que la impericia terminó por ponerla en oídos de los medios. 

Nuevamente una ocasión donde se discutía, aunque fuese informalmente, temas relevantes para el Estado se manejaba sin control alguno desde el aspecto de seguridad.

Salvo que se estuviera trabajando con un sigilo sorprendente, el país tiene totalmente abandonado hace años el desarrollo de un sistema de inteligencia digno de nuestro desarrollo a medio camino. Y vaya que hemos pagado cuentas caras al respecto. Todo lo ocurrido a partir del 18 de octubre del 2019 pilló al gobierno de entonces totalmente inerme y sin información alguna. 

Se hizo el ridículo con publicidad al filtrarse hipótesis fantasiosas sobre las causas de lo ocurrido, y en la práctica nunca se pudo establecer salvo teorías de sobremesa de domingo qué es lo que efectivamente ocurrió y quiénes fueron los responsables. 

Algo similar ha ocurrido con el terrorismo en la Araucanía, el Estado parece arrodillado frente a fuerzas que a diario destruyen iglesias, escuelas y equipos de trabajo. Prácticamente no hay detenidos en cada una de estas acciones y sólo sabemos de los responsables pues hacen gala de impunidad auto adjudicándose cada una de sus fechorías.

En este mundo al revés, quienes están siendo grabadas son las autoridades y no quienes atentan contra el Estado. Mientras no haya una institucionalidad robustamente financiada para invertir la situación el país seguirá corriendo más peligros que los que nos merecemos.

. Poco deben transpirar los espías presentes en el territorio para obtener información relevante para sus intereses dada nuestra desprolijidad. No hace mucho la Cancillería vivió el bochorno de la filtración de una conversación donde la coprolalia era la invitada estelar y se denostaba el actuar del embajador argentino en Chile. También esa vez fue una grabación oculta de una funcionaria, probablemente para evitarse la lata de tomar apuntes, pero que la impericia terminó por ponerla en oídos de los medios. 

Nuevamente una ocasión donde se discutía, aunque fuese informalmente, temas relevantes para el Estado se manejaba sin control alguno desde el aspecto de seguridad.

Salvo que se estuviera trabajando con un sigilo sorprendente, el país tiene totalmente abandonado hace años el desarrollo de un sistema de inteligencia digno de nuestro desarrollo a medio camino. Y vaya que hemos pagado cuentas caras al respecto. Todo lo ocurrido a partir del 18 de octubre del 2019 pilló al gobierno de entonces totalmente inerme y sin información alguna. 

Se hizo el ridículo con publicidad al filtrarse hipótesis fantasiosas sobre las causas de lo ocurrido, y en la práctica nunca se pudo establecer salvo teorías de sobremesa de domingo qué es lo que efectivamente ocurrió y quiénes fueron los responsables. 

Algo similar ha ocurrido con el terrorismo en la Araucanía, el Estado parece arrodillado frente a fuerzas que a diario destruyen iglesias, escuelas y equipos de trabajo. Prácticamente no hay detenidos en cada una de estas acciones y sólo sabemos de los responsables pues hacen gala de impunidad auto adjudicándose cada una de sus fechorías.

En este mundo al revés, quienes están siendo grabadas son las autoridades y no quienes atentan contra el Estado. Mientras no haya una institucionalidad robustamente financiada para invertir la situación el país seguirá corriendo más peligros que los que nos merecemos.

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