Los índices bursátiles a nivel global se desploman frente a la guerra comercial iniciada por Trump. El mercado no tiene sentimientos ni conoce de preferencias políticas, simplemente reacciona frente a la información disponible, y bueno, ésta es horrible.

Una idea largamente fracasada es impulsada por el país más poderoso del planeta y por un mandatario que no conoce Dios ni ley. ¿Qué podría salir mal? Nada de lo que ha dicho Trump para justificar sus aranceles tiene asidero ni en la economía ni en la historia. Un conjunto de incoherencias, medias verdades y derechamente falsedades ha sido el menú que recibió estupefacto el mundo. La perplejidad estaba asociada al escenario lleno de incertidumbre en que pone a la economía mundial, no al discurso de Trump quien ha dado largas pruebas de que la verdad no es algo que le preocupe en lo más mínimo.

En incómoda posición han quedado sus seguidores quienes subidos al carro del antiwokismo le han perdonado sistemáticamente a Trump cada uno de sus embustes. Es cierto que la caída en desgracia del wokismo en esteroides es un gran alivio para el pensamiento racional, pero vaya superhéroe que se consiguieron. Saltamos del sartén para caer en las brasas. El último recurso que les queda frente a la evidencia del desastre es esgrimir el consabido: “Tú no entiendes, Trump está negociando”. ¿Negociando qué? En pocas semanas ha dinamitado relaciones de confianza con sus aliados históricos y puesto en peligro de una recesión a la economía mundial. Por supuesto desde la presidencia de Estados Unidos siempre habrá espacio para una transacción aquí o allá, pero cuesta mucho creer que los estadounidenses vayan a estar mejor con políticas filo kirchneristas o cepalianas si usted es antiguo como yo.

El fanático es impermeable a la evidencia por lo que necesita inventarle un relato al líder de forma de poder seguir apoyándolo sin cargo de conciencia. Eso lo hemos experimentado con largueza por acá donde pese a todas las chambonadas el Presidente Boric mantiene un apoyo sólido en torno al 30% dando lo mismo lo que haga o diga.

Las torpezas de Trump abren, inesperadamente, un escenario favorable de Chile y la región. Como el mundo es relativo quedamos en mucho mejor posición que Europa y Asia después del tsunami arancelario. Si nos movemos con velocidad, sabiduría y destreza podemos vernos favorecidos como un lugar para desarrollar inversiones dada la pérdida de competitividad de Oriente. Una inesperada ventaja relativa para los años que vienen si se considera que independiente de transacciones puntuales es probable que buena parte de los aranceles se queden como parte del paisaje. La bolsa chilena así lo ha leído desacoplándose del desastre global.

El Presidente Boric solo ha hecho lo primero de lo que se requiere, se movió con gran velocidad para criticar en términos personales a Trump, wannabe emperador fue el desacierto diplomático, la sabiduría y la destreza totalmente ausentes de la caja de herramientas presidencial. Para su tranquilidad su fanaticada alguna justificación encontrará.