Opinión
J.J. Jinks: "Codelco requiere una inyección de capital importante y su actual dueño, el Estado de Chile, no está en condiciones de hacerlo"
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Hay noticias malas que pese a ser largamente esperadas golpean igual como si fuesen sorpresivas, es el caso de la rebaja de calificación crediticia de Codelco por parte de la agencia Moody´s. El hecho viene a poner de manifiesto el delicado estado financiero del otrora sueldo de Chile.
Los números de Codelco serían totalmente insostenibles frente a los acreedores internacionales si no estuviese detrás la idea de que el Fisco chileno siempre se pondrá frente a un eventual default de la cuprífera estatal. Sin esa manito hace mucho rato que la empresa habría dejado de ser sujeto de crédito, al menos a tasas “normales”, con la actual estructura de capital e índices financieros.
Como suele suceder, las cifras financieras son sólo un elemento más de las dificultades que vive la compañía. Una rotación constante a nivel ejecutivo de primera y segunda línea es una señal muy preocupante del rumbo de la misma. En una coincidencia no muy feliz que el Vicepresidente de Finanzas renunció a su cargo pocas horas después de la rebaja de calificación, sumándose a una larga lista de gerentes que han dejado la compañía.
Todos estos son síntomas, en el origen del problema está una productividad paupérrima de Codelco bajo cualquier mirada cuando se compara con sus pares privados, esta brecha (mind the gap) se fue tapando con deuda a través de los años y hoy llegamos a un punto donde ya no se puede esconder más. Simplemente no hay capacidad para financiar las ingentes y urgentes inversiones que requiere la empresa para ponerse a tono y no arriesgar su viabilidad en el largo plazo (mediano quizás).
Codelco requiere una inyección de capital importante y su actual dueño, el Estado de Chile no está en condiciones de hacerlo. Con este panorama la decisión racional desde un punto de vista financiero sería traer un socio que aporte recursos frescos y que de pasada oxigene una dinámica de administración anquilosada al interior de la compañía que ha terminado haciendo crisis.
La incorporación de capitales privados, aún cuando fuese en una posición minoritaria, siempre ha sido vista como un imposible político que ha impedido en el pasado siquiera hacer una reflexión al respecto. La ventaja es que hoy nos acercamos a esta conversación no desde la ideología sino desde la humilde necesidad, si no hacemos nada estaremos en serios problemas pese a las positivas perspectivas que existen para el cobre en un mundo electrificado como el que se viene.
Sólo un gobierno como el actual podría generar una narrativa que hiciese viable la participación de privados en la principal empresa del país. Sin duda, habría que enfrentar los aullidos contra el horror de la privatización, pero el presidente Boric controla con bastante firmeza el apoyo de su sector por lo que si se empeña y despliega sus encantos políticos podríamos estar frente a un escenario inesperado.
Naturalmente las probabilidades son bajas, pero si las cosas siguen como van el legado del Presidente será prácticamente inexistente, hacer un cambio como éste lo dejaría en la historia como el mandatario que tuvo la visión necesaria para ir contra su sector y rescatar del pantano a Codelco. No es poco.
Estamos frente a un ejemplo de libro de una situación “Nixon goes to China”, esperemos que al menos lo medite el Presidente Boric aprovechando el largo viaje y múltiples escalas que tiene por delante.