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Opinión

La columna de J.J.Jinks: El resultado más peligroso

La columna de J.J.Jinks: El resultado más peligroso

La candidata, que tiene un historial de haber construido su identidad política como una llanera solitaria, se demoró en constituir equipo de campaña y empezó a hablar de lo humano y lo divino. Falta de preparación, de contención y de estrategia, terminó metiendo la pata, lo que fue bien aprovechado por sus contendores.

Por: J.J. Jinks | Publicado: Sábado 26 de abril de 2025 a las 21:46
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Una de las tareas más difíciles para este columnista dominical ha sido desarrollar la capacidad de contener la tentación de sazonar el texto semanal con referencias y metáforas futboleras (no me tinca que al rector le pase lo mismo). Suelen ser muy apropiadas para explicar la contingencia, se me dan fácil, pero por el revés son una clara muestra de anti intelectualismo y, por supuesto, no del paladar general. Por esta vez, me rindo.

Una de las máximas del planeta fútbol que más me gusta -porque es tan estúpida como cierta- es que el resultado más peligroso que hay para un equipo es ir ganando por 2-0. La lógica es la siguiente: ir ganando por dos goles es un marcador claro que suele relajar al equipo que va arriba pensando que el partido está prácticamente ganado. Si el rival llega a descontar, entran a jugar los nervios donde lo que hasta hace poco era coser y cantar se vuelve incierto y el equipo que va abajo se acerca a dar vuelta un partido que parecía perdido y lucha denodadamente por la epopeya. Probablemente el mito no está apoyado por las frías estadísticas, pero qué importa, me gusta creer que sí.

Matthei iba ganando 2-0. Largos meses punteando en solitario, donde parecía no haber rivales de real peligro a la vista. Un Kast que había quedado merecidamente herido en su liderazgo tras la segunda Convención Constitucional y que además había perdido el efecto novedad frente a Kaiser.

Éste por su parte, un one man show atractivo para los medios y redes sociales por su incorrección política, pero con un techo bajo donde cuesta mucho imaginárselo ganando una elección. Y al frente un archipiélago de candidatos que no se elevan más allá del 5% en mención espontánea que sólo un terremoto político -cosa que ocurre de tanto en tanto– podría ponerlos en posición de ganarle a la Evelyn. Hasta ahí todo bien.

Y vino el relajo y con ello los errores. La candidata, que tiene un historial de haber construido su identidad política como una llanera solitaria, se demoró en constituir equipo de campaña y empezó a hablar de lo humano y lo divino. Falta de preparación, de contención y de estrategia, terminó metiendo la pata, lo que fue bien aprovechado por sus contendores.

El Gobierno, que tiene bien identificado que la única posibilidad de que haya continuidad por parte del oficialismo es que Matthei no pase a segunda vuelta -Kast y Kaiser son difíciles de tragar para el electorado moderado-, le ha dado como bombo de estadio a la Evelyn y hasta el Seremi más piñufla sale a opinar críticamente sobre ella. Han sido efectivos y las encuestas se han estrechado. Gol.

En estos momentos Matthei va ganando 2-1 no más, y quedan larguísimos siete meses de campaña. Con el nombramiento de Paulsen y Daza se busca sacar a la candidata de la primera línea y recuperar la pelota perdida frente a los rivales.

El nerviosismo cunde en las huestes de Chile Vamos, que ven con preocupación si la candidata será capaz de resistir el asedio del arco donde, probablemente llegarán centros a la olla desde todas partes con el Presidente de la República para abajo yendo a cabecear en una contienda más parecida a las Copas Libertadores de los años ‘70 que a las pulcras definiciones actuales en base al VAR. En esos tiempos futboleros, al arquero se le metía con pelota y todo adentro del arco. En los de la política actual también.

J.J Jinks: El Convite

La puesta en escena no pudo haber sido más descuidada. Bachelet sentada en la cabecera y los aprendices de candidatos y candidatas mirándola cómo impartía lecciones. A nadie que observara la situación le pudiese sorprender que ninguno de ellos supere el umbral de cinco puntos en las encuestas serias.

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