Opinión
La columna de J.J. Jinks: Eléctrico
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El hecho de lograr el éxito en cualquier actividad, especialmente si éste ha sido meteórico, hace surgir con gran recurrencia la idea de que la misma receta que nos llevó a conseguir logros destacables en un área servirá para otras.
Es común ver, por ejemplo, casos de exitosos empresarios que emprenden en otras industrias y fracasan estrepitosamente ni acercándose remotamente a lo que en su momento los hizo famosos. Las personas tendemos a olvidar que las circunstancias en que se dieron ciertos aciertos si bien tienen que ver con nuestras características personales, también pesa en forma decisiva el timing en que se tomaron ciertas decisiones y la tan ignorada y despreciada suerte, en general, se necesita suerte en una proporción relevante para sacar cualquier proyecto adelante.
El presidente Boric siguiendo su instinto pasó de ser un diputado frenteamplista reconocido por su combatividad y su pasado de dirigente estudiantil a ser el más joven Presidente de la república de la historia, en un par de movidas audaces y llenas de talento político.
La firma en solitario del acuerdo político que permitió en parte destrabar el caos post estallido, el desafío a Jadue cuando parecía imposible derrotarlo y un par de aderezos lo pusieron en el sitial en que se encuentra hoy. Probablemente detrás de ninguna de esas acciones hubo una mayor reflexión, siguió con convicción lo que sus tripas le indicaban y triunfó. Y de qué manera.
Como ser humano que es ha seguido aplicando la misma receta del éxito a su gestión presidencial, pero lo que funcionó maravillosamente antes hoy solo trae problemas.
Un buen ejemplo de ello es la conmemoración de los 50 años del golpe de Estado. Me parece que no se puede dudar de la intención presidencial de hacer de esta fecha un acto de unidad nacional y que permitiera mirar al futuro con una mirada consensuada sobre aspectos básicos como el repudio a las violaciones a los derechos humanos.
Muestra de ello fue el nombramiento de Patricio Fernández a cargo del proyecto, si bien tuvo prontamente que verlo partir dada la presión del PC y sus organizaciones satélites. Pero al Presidente le cuesta la disciplina, ceñirse a una idea matriz y persistir con paciencia no es lo de él. En este proceso de conmemoración ha dejado que sus tripas se inmiscuyan mucho más de lo aconsejable.
Así nos hemos ido en este verdadero carrusel de apelar a la unidad nacional a denostar para sorpresa de todos al fundador de Renovación Nacional y ex ministro del interior, Sergio Onofre Jarpa, y vuelta a la unidad nacional y a renglón siguiente trata de cobarde al general octogenario que se suicida tras conocer la condena en la muerte de Víctor Jara.
Queda el despelote y el Presidente insiste en la unidad nacional, pero reprocha públicamente a los presidentes de partidos de oposición por no concurrir al lanzamiento del Plan de Búsqueda. Uno asume que si uno quiere que asistan se hace alguna gestión más que mandar un mail al info arroba de cada partido. En fin, el último sube y baja fue la invitación a La Moneda al ex Presidente Piñera para hablar sobre la conmemoración, un buen gesto de unidad nacional.
Con cierta candidez, el presidente Boric calificó como eléctrico el ambiente previo al once de septiembre como sin darse cuenta que quien ha tensionado la convivencia política ha sido precisamente él con sus salidas de libreto. Ojalá alguien cercano y con cariño le dijera en voz baja, el eléctrico es usted Presidente.