“El lunes de la semana que me toca columna ya empiezo a bajar algunas ideas que vengo masticando el fin de semana. Soy una persona casi obsesiva con ver programas y leer noticias políticas y económicas en Chile y afuera. También incorporo a eso un seguimiento personal de redes sociales.

Me ha pasado que el miércoles me quedo con esas ideas fuerza en la mano porque pasa algo muy llamativo, muy cambiador de la realidad nacional. Ahí altero la idea de la columna. Pero en general no socializo mucho lo que quiero tratar, lo concibo muy en solitario.

Los viernes en la tarde la mando. Y suelo tener un defecto, que soy una columnista extensa. El miércoles están pasadas en 1.000-1.500 caracteres. Entonces después viene un trabajo de edición y resumen, más difícil que la columna en sí misma. Ahí me ayuda mucho Cristina Cortez. periodista de LyD.

Partí con columnas más correctas y el recorrido me ha llevado a -sin caer en chabacanerías, vulgaridades o mensajes inapropiados- ser mucho más directa con lo que quiero decir.

Hace un tiempo atrás escribí una columna que con mucha ironía, lo que pretendía era mostrar los grados altos de soberbia que percibía en la Convención. Se llamaba No tengo trono ni reina pero tengo Convención. Me gustó cómo quedó, con un tono lúdico, pero me costó escribirla justamente porque estaba apuntando mis dardos a una autoridad de la República, y no era muy simpática.

Me han pasado cosas graciosas. He tenido llamadas de altas autoridades, que incluso han causado la sorpresa de mi familia. A veces uno va en el auto con los niños y en la pantalla sale llamando alguien muy identificable, a veces son para felicitar y otras son bajo el legítimo ejercicio del derecho a réplica o para retar. Mi entorno familiar es cero político.

Ha sido un periodo duro y difícil, sobre todo porque me tocó vivir un momento del país en que las ideas que yo creo representar son ideas que por un momento en Chile parecían haber sido derrotadas, hoy dia con cierto optimismo, pero no complacencia, me enorgullece pensar por lo que uno ve en las encuestas que esas ideas no estaban derrotadas, y que Chile podría eventualmente en el plebiscito dar una señal potente de que esos conceptos que aparecian vencidos, no lo estaban. También soy una agradecida por la oportunidad.

En mis primeros tiempos en El Mercurio fui muy crítica de la labor que en ese minuto yo percibía estaba teniendo el Congreso. Mi primera columna fue algo como ‘el Congreso a la palestra’. Quería recoger algo que veía, una suerte de Congreso que muy fácilmente caía en el populismo. Ahí hice un relato de varios proyectos de ley que a mi juicio se estaban mal discutiendo, y le llamé la atención a políticos de varios sectores. Fue delicada porque trabajo mucho con los parlamentarios. No fue la única en esa línea.

Y esas columnas me costaron caro cuando el Presidente Piñera me propuso para el Consejo de la Transparencia y en el Congreso recibí todo tipo de insultos y críticas de senadores sobre mi labor de columnista. Fue incómodo, sentí un poco cuestionada la libertad de expresión.

Me gustan mucho las columnas de Jorge Correa Sutil, me parece una voz muy sensata en el debate público, también las de Gumucio en Ex-Ante, me parece que él tiene un tono lúdico e irónico pero para expresar realidades bien crudas. También Lucía Santa Cruz, la encuentro una mujer muy valiente.

Ya tengo escrita mi columna para el domingo, estoy en el proceso del resumen ejecutivo. Me tocó también para la elección de los convencionales. Es complejo escribir en estas jornadas porque es difícil dar por vencedores y vencidos a una de las dos posiciones, porque te puedes llevar una sorpresa.

Lo que estoy intentando para este domingo es tratar de llamar al votante no solo a la responsabilidad de ir a votar, también de convocar en torno a ciertos conceptos que yo creo que debieran prevalecer en una sociedad libre. Ideas que tenemos que levantarnos a defender mediante el voto y otras que ojalá queden atrás.

El éxito de una columna la mido por la cantidad de mensajes que recibo, para bien o para mal. Si nadie comentó algo ese dia, es frustrante”.