Opinión
Paula Walker: "Ha sido un gran descuido enfrentar la crisis en la salud con una estrategia de comunicación ausente, débil"
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La política de la “patá y los combos”
Partamos con algún grado de franqueza: nadie es “apolítico”. Cada persona en sus actuaciones diarias abraza diversas miradas políticas al elegir, decidir, comentar. Podemos no militar en partidos políticos, pero militamos en las miradas sobre la vida y el país que tenemos. Y siempre termina notándose nuestra posición política: “puedes engañar a todos algún tiempo y a algunos todo el tiempo; pero no puedes engañar a todos, todo el tiempo” (Abraham Lincoln).
La política es indispensable para el desarrollo (o subdesarrollo), para el progreso (o estancamiento), para la paz social (o estallido social), para el crecimiento económico (o la pobreza), para la felicidad (o la rabia) de un país. Y Chile no es ajeno a esto. Nuestra clase política debería dar muestras cotidianas de valores sólidos y renunciar a la idea de la “patá y el combo” para relacionarse.
Concentrarse en conducirnos a un Estado cada vez mejor como sociedad, donde no se progresa manteniendo todo igual, sobre todo cuando es bueno para unos pocos e inmensamente desfavorable para la gran mayoría.
Con este escenario en mente, repaso esta semana que está marcada por las negativas 4D: descuido, desconcierto, desesperanza y desilusión. Ha sido un gran Descuido enfrentar la crisis en la salud con el agresivo virus sincicial con una estrategia de comunicación ausente, débil y unas descoordinaciones de gestión que el equipo de salud no fue capaz de explicar.
No hubo encuentros con la prensa de manera habitual, no se hizo una campaña de difusión exitosa para cuidar a los niños y niñas, no se bajó a terreno a buscar la colaboración del sector privado en las clínicas para apurar camas. Obviamente el Presidente le pidió la renuncia al responsable, el subsecretario Araos.
Mi segunda D es el Desconcierto. Es incomprensible que un Ministro de Cultura decida por sí mismo renunciar a que Chile sea el invitado de honor de la principal jornada editorial del mundo, la Feria del Libro de Frankfurt. Es un privilegio y una oportunidad impagable tener ese espacio para la difusión de nuestra cultura, de escritores e intelectuales. La explicación es peor: no nos alcanza la plata, con lo que tenemos vamos a apoyar un plan de lectura. Ojalá el Presidente revierta este papelón, como buen amante de los libros que es.
Mi tercera D es la Desesperanza. Saber que un parlamentario de Renovación Nacional graba a escondidas al Presidente de Chile y luego pasa la grabación a los medios genera desesperanza en esa clase política donde todo vale. Uno espera que los representantes del pueblo tengan un cierto estándar ético. Sus explicaciones lo retratan: grabó para luego cobrarle al Presidente sus promesas, y no se arrepiente. Dice que sólo lo repudia el 38% porque el 62% lo apoya en su WhatsApp.
Finalmente, mi última D es la Desilusión. No es posible que a esta altura de los hechos el gobierno no empuje una ley antiterrorista moderna y útil, que converse con este siglo y con lo que vendrá por delante. Caer una y otra vez en la misma trampa desilusiona.
Pienso en 4C positivas como ingredientes que el Ejecutivo debiera practicar a diario, incluso cuando nadie los ve. Aplicar una buena Comunicación y una Coordinación de verdad (no sólo tener plantillas Excel). Cuidar la Conexión y la Confianza que se ha depositado en ellos, evitando a toda costa practicar esa política de la “patá y el combo” que todo lo destruye.