Personaje
Carta de un inversionista en serie a un joven emprendedor
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El escenario parece difícil y hay noticias de que el venture capital se ha secado. Pero no es del todo cierto. No acá en Londres, que ha crecido para convertirse en el segundo hub de venture capital. Quizás sean los inversionistas particulares y ocasionales los que estén más reacios, pero no quienes nos dedicamos exclusivamente al capital de riesgo. El dinero está ahí para las startups que valgan la pena.
Y no hay solo fondos privados, también hay muchas iniciativas y programas fundados por ONGs y gobiernos. Yo participo en varios: Accelerate Cambridge (programa de mentoría), Global Entrepreneur Program (del gobierno británico para traer startups a radicarse en el país), y Accelerate 2030 (con el respaldo de la ONU para internacionalizar startups de países emergentes).
Aunque hay diferencias, según el programa para el que esté trabajando, hay características en común que busco en una startup ya sea para invertir o asesorarla para su expansión.
El dinero está ahí para las startups que valgan la pena.
Lo primero que quiero ver es una presentación, ahí determino si hay potencial. Luego viene la primera llamada. En esa instancia busco conocer al equipo fundador. No me interesa alguien que dice: “Tenía problemas para resolver el cuidado de mis niños y por eso inventé esta app”.
Me interesa alguien que o tenga experiencia en la industria en la que quiere entrar o que haya hecho investigación y ahora quiera monetizarla. Lo que quiero ver es alguien con conocimientos y capacidad técnica.
También quiero ver a un fundador que ha hecho la tarea. Todo fundador debería tener una lista de al menos 20 personas clave en su industria: competidores, inversionistas, fondos especializados, académicos. Tener sus datos, seguir en lo que están trabajando, e incluso interactuar con ellos en las redes sociales.
Otra cosa importante es el mercado, el nicho al que apuntan. Por eso me gusta trabajar con emprendedores latinoamericanos, porque muchos están inspirados en los problemas que queremos resolver: cambio climático, acceso a salud, educación, etc. Si es alguien que quiere crear otro marketplace, no me interesa tanto.
Creo que hay un potencial de talento enorme en Latinoamérica, porque dado que la industria de venture capital no está tan desarrollada como en el Hemisferio Norte, los emprendedores son más resilientes y han aprendido a hacer más con menos. También están hambrientos por recibir ayuda.
Eso me interesa y también que el fundador esté interesado en dejarse asesorar. Eso es importante. Si es un arrogante, que cree que las sabe todas, bien, que lo haga él solo.
Lo otro que busco es cuál es la solución que ofrece la startup. ¿Es el problema que buscan resolver lo suficientemente grande? ¿Cuán innovadora es la solución que ofrecen? Cuando escucho la presentación, busco ver que el equipo fundador tenga claro cuál es el escenario de competencia, quién hace qué, por qué, cuál es el rango de precio que aceptarían los consumidores, y ojalá alguna prueba real, ya con pagos.
Por último, me pregunto cuál es el valor que puedo aportar y si se alinea con mis intereses.
Pero antes de buscarnos, ya sea asesores o inversionistas, creo que lo importante es que los fundadores escuchen, aprendan. Participa en webinars, seminarios, todo lo que te ayude a aprender de otros y sobre el mercado y la industria en la que quieres entrar.
Un error común es apresurarse. Querer crecer, internacionalizarse muy rápido y, en el proceso, perder mucho tiempo en ello. Internacionalizarse tiene ventajas. Por ejemplo, la valoración de tu empresa puede multiplicarse en cinco veces, y con ello atraer más inversionistas. Es el caso de la chilena Copptech, que se mudó este año a Inglaterra. Pero también hay que tener en cuenta que internacionalizarse tiene costos, para comenzar, tú como fundador, deberías trasladarte con la empresa. Si una startup busca capital en Reino Unido, por ejemplo, y el fundador y la matriz no están aquí, no va a suceder.
En el caso de programas o fondos orientados a internacionalizar o hacer crecer emprendimientos, lo mejor es mostrar resultados.
Pero es un error pensar que no estamos dispuestos a correr riesgos. Por ejemplo, en nuestro fondo, hemos tenido dos o tres salidas exitosas. Pero las otras siete fracasaron. Nos interesa tener un par de blockbusters, las que llamamos funding turners, pero sabemos que las demás puede que no lo consigan. Es más, la tasa de fracaso entre la Serie C y la Serie E es muy, muy alta.
Por eso creo que es importante no apresurarse. ¿Has oído hablar del “lanzamiento de Google” o de Amazon? No, porque los emprendimientos evolucionan, crecen lento. No dejes tu trabajo hasta que estés listo, hasta que hayas probado tu modelo de negocio, hasta que veas potencial de crecer.
No estoy de acuerdo con quienes dicen “déjalo todo” o “házlo o muere en el intento”. No, nadie debería morir intentándolo. Quienes dicen eso o nunca han emprendido o tienen una amplia red (financiera) de soporte.
En general, si necesitas tener un salario para vivir, deberías dar tiempo para la transición, porque la verdad es que emprender te costará más y te tomará más tiempo del que esperas; y si no puedes pagar tus cuentas, si no puedes llegar a fin de mes, ahí es cuando te vas a ver tentado a tomar malas decisiones de negocio, de financiamiento y de inversionistas.
Mucho ojo con la prisa por levantar capital. Entre más temprano lo hagas, más baratas vas a entregar tus acciones. Busca el mejor inversionista que puedas encontrar, eso es más importante que la valoración que alcance tu empresa. Si consigues un gran inversionista en la ronda B, conseguirás mejores en la ronda C. Es mejor esperar, buscar apoyos en programas o becas, hasta lograr atraer al inversionista que quieres.
Tienes que pensar que es más fácil divorciarse que deshacerse de un mal inversor a menos que él se quiera ir. ¿Qué señales te deben alertar? Inversionistas que demandan muchas cláusulas que les aseguren su dinero o que demanden demasiada participación. No entregues más del 15%-20% en tu primera ronda, máximo. Además, piensa bien en el capital que quieres levantar, tiene que ser suficiente para que te lleve hasta tu siguiente hito o etapa de crecimiento.
Un último punto, no tengas miedo al fracaso. La gran mayoría de emprendedores exitosos que conozco intentaron algo antes que no funcionó. Lo importante es que aprendieron.