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Personaje

“Zazza” el youtuber italiano que recorre los barrios más peligrosos del mundo: “Chile no es un país complicado”

“Zazza” el youtuber italiano que recorre los barrios más peligrosos del mundo: “Chile no es un país complicado”

Desde 2022, el italiano se dedica a recorrer los barrios más peligrosos del mundo con su canal de YouTube “Zazza el italiano”, que hoy acumula 2,5 millones de suscriptores. Su último destino fue Chile, donde visitó las calles de Santiago y Valparaíso. A través de varios videos, el youtuber de 33 años relató lo que es el mundo de la pasta base, la prostitución y el narcotráfico en el país. ¿Cómo llegó a hacer del peligro el factor más relevante de su carrera?

Por: Catalina Vicuña | Publicado: Sábado 24 de mayo de 2025 a las 21:00
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Cuando Federico Zompicchiatti (33) llega a un país, lo que generalmente hace es tomar un taxi local para que lo lleve a su hotel. En el trayecto, siempre pregunta: “¿Cuáles son las zonas de la ciudad que debería evitar como turista?”. Cuando el/la taxista le comenta un par de barrios peligrosos, Zompicchiatti se alegra. Ya sabe qué lugares visitar.

De origen italiano -nació en Venecia-, Zompicchiatti es reconocido en redes sociales como “Zazza el italiano”, personaje de YouTube -plataforma en la que acumula 2,5 millones de suscriptores- que se dedica a “recorrer los barrios más peligrosos del mundo” en episodios de 40 minutos, aproximadamente.

Hasta la fecha, Zompicchiatti ha subido más de 150 videos -con 4 millones de reproducciones cada uno, en promedio- adentrándose en sectores controversiales de países como Estados Unidos, Italia, España, Ucrania, Albania, Colombia, Ecuador, Argentina, Perú, Santo Domingo, Guatemala, México y, el más reciente, Chile. Una vez en el lugar, casi sin pelos en la lengua, el italiano se dedica a pasear por zonas de alta criminalidad de la ciudad. Ha entrevistado narcotraficantes, adictos e, incluso, a sicarios. 

En marzo de este año, durante dos semanas, Zompicchiatti recorrió las calles de Santiago y Valparaíso. En concreto, visitó Bajos de Mena, las poblaciones El Castillo y La Causiño (en Peñalolén), las calles de Recoleta, donde grabó un video sobre el consumo de pasta base; los cerros de Valparaíso, Plaza de Armas y los comercios de Santiago Centro, donde documentó cómo funciona el negocio de la prostitución. Hoy domingo se estrena su último video de su paso por el país, donde el italiano recorre las calles nocturnas de Santiago en bicicleta.

Antes de adentrarse en el mundo del “peligro, adrenalina y criminalidad” -como él mismo define su canal-, Federico Zompicchiatti estudió Comercio Internacional en la Universidad de Milán. Sin embargo, conectado a la reunión desde Barcelona -ciudad donde vive desde 2016- “Zazza” confiesa con humor que “nunca me he sentido muy cercano a la cultura italiana. Soy ateo, no me gusta el fútbol y como poca pizza y pasta”. 

No pensó en ejercer la carrera que estudió, dice.  Al contrario, asegura que empezó sus estudios sabiendo que no le gustaba la idea de trabajar en una oficina. Pese a que tampoco recuerda haber sido muy buen estudiante, un ramo que, admite, le gustó, fue sociología. ¿La razón? Desde pequeño, asegura, le llamó la atención el mundo de la criminalidad. De hecho, cuenta que hizo su tesis final de la carrera sobre la pena de muerte, tomando como referencia a Ted Bundy. “Creo que mi acercamiento con este mundo del peligro viene de mi personalidad. Yo vengo de una familia muy tranquila, mis dos padres son médicos, pero siempre, desde muy niño, me he acercado a los niños malos. A los 21 tuve un problema un poquito más gordo y desde entonces intento rechazar la violencia. El mundo criminal es algo que ya no me representa, no me fascina, pero documentarlo así es algo que me divierte mucho. Creo que tengo dentro de mí un poquito de los dos mundos”, añade.

El segundo canal

La idea de empezar una carrera en YouTube, cuenta Zompicchiatti, llegó durante la pandemia, mientras trabajaba como barman en Australia. “Un amigo publicó un video sobre Corea del Norte y tuvo muchísimo éxito, entonces pensé: ‘Vamos a ver qué tal este mundo’”, rememora. Antes de abrir su primer canal en 2021, el italiano cuenta que estudió el algoritmo. “Pero fue una pésima elección”, reflexiona.

“Como era lo que se hacía más viral, empecé a hacer videos de retos, haciendo cosas absurdas. Corrí una maratón vestido de dinosaurio. Mi idea era ser como un Mr. Beast -youtuber americano con 396 millones de suscriptores-, pero hacía cosas que no tienen ningún sentido”, cuenta.

Ese primer canal duró ocho meses, rememora. Entonces, dice, decidió darle una segunda oportunidad a la plataforma. “Pensé: ‘¿Qué es lo más arriesgado que pueda hacer?’ Yo vivo en una zona de Barcelona donde hay muchísima microcriminalidad, robos, peleas, etc.”, cuenta. “Una noche vino un amigo y me pidió que lo acompañara hasta su moto a las 10 de la noche. Me dijo que la zona le daba miedo. Pensé: ‘¿Será que tengo una percepción del peligro diferente?’ Pues igual sí. Además, me gustaba viajar, hablar con la gente, hacer las cosas de manera natural, pero no estaba haciendo nada de eso. Entonces decidí cambiar todo. Y así nació mi canal. Lo que nadie hace, lo hago yo. Me meto solo en los barrios más peligrosos de todo el mundo”.

Su primer video lo publicó el 6 de marzo de 2022 con el título “300 ROBOS al DÌA - el barrio MÁS PELIGROSO de Barcelona”. Desde ahí, lo que siguió para Zompicchiatti fue recorrer -solo y con su cámara- otros barrios de España, París, Albania, Ucrania e Italia. Para junio de ese mismo año, asegura el italiano, ya ganaba más que en su antiguo trabajo.

Pese a que hoy pasea por todo tipo de calle con total naturalidad -lo que caracteriza a su personaje-, las primeras veces que Zompicchiatti salió a grabar, cuenta, se sintió “como pez fuera del agua”. De hecho, su cuarto video -recorriendo la periferia de París- fue de los momentos más tensos, asegura, que ha vivido en su carrera. “Me comenzaron a perseguir dos personas que grabé vendiendo droga. Estaba en un barrio que no conocía, solo, sin poder hablar el idioma. Fue la primera vez en mi vida que sentí mis piernas temblar”, rememora.

A casi tres años de esos primeros videos, hoy el italiano asegura sentirse cómodo con su trabajo. “Antes me costaba dormir la noche anterior, me la pasaba en el baño. Ahora hago una vida normal. Si me dices de ir a un barrio peligroso, vale, vamos, perfecto. Pillo la cámara y nos metemos. Y esto es muy importante porque si quieres trabajar de esto muchos años, imagínate tener esa tensión y ese miedo todas las veces, sería horrible”, asegura.

- ¿El miedo es algo que se supera o más bien algo con lo que se aprende a convivir?

-Yo siempre digo que hay un músculo del miedo. La primera vez que lo fuerzas, te duele porque no está entrenado. Pero si empiezas a entender cómo funciona la mente humana, te das cuenta de que hay algunos truquillos para evitar el miedo. Por ejemplo, hay una técnica de respiración que utilizan las fuerzas especiales cuando tienen que afrontar situaciones muy duras. La semana pasada, grabando en Honduras tuve que cruzar un río porque me estaban persiguiendo unos pandilleros, ahí apliqué eso. Cómo respondes al peligro también es algo que se puede aprender a gestionar (...). La clave es estudiar bien dónde te vas a meter, calcular riesgo y hacer las cosas con cabeza.

La receta del éxito

Pese a que en sus mismos videos Zompicchiatti explica a la gente que está grabando “un documental” o “un reportaje”, el italiano confiesa que no se considera a sí mismo ni como periodista ni como documentalista. “Yo sólo voy a un lugar, te enseño lo que pasa, espero entretenerte, y si a lo largo de 40 minutos, además de pasarlo bien has aprendido algo nuevo, pues misión cumplida”, dice.

- Uno pensaría que el objetivo de visitar los barrios más peligrosos se trata de algo más que generar entretenimiento…

- La base es entretener, pero cuando lo haces de una manera inteligente e informada, detrás hay algo más.

- ¿Y qué es, en este caso, ese algo más?

- Pues dar voz a quien no la tiene. Porque nadie se para a hablar con estas personas. Nadie entiende sus problemas, nadie habla de estas temáticas. Mi canal creo que es muy importante para eso, para darle un altavoz a quien no tiene absolutamente nada.

- Pese a que estudiaste el algoritmo, el contenido con el que realmente te fue bien tiene que ver con peligro, no con risas… ¿Qué lectura haces de ese éxito?

- Mi contenido tiene varias cosas; tiene morbo, que es algo que nos encanta; tiene información, porque siempre paso 10-20 minutos hablando sobre el lugar al que voy y las personas que no viajan mucho se pueden enterar de otras realidades; hay peligro; hay diversión; hay momentos cómicos. Creo que también puedo ser un personaje curioso, un italiano que habla español, que parece policía. También es un canal que crea mucha polémica. Casi todos los medios, sobre todo de pueblos pequeños, hablan muchísimo de mis videos porque enseño realidades que son más incómodas o que a la política no le gusta enseñar. Entonces se crea un debate que hace que la bola de nieve se haga más grande. Creo que esos son los ingredientes del éxito.

- Mencionas el factor del morbo… ¿Cuidas de alguna forma no caer en él?

- Yo no hago videos porque quiero el morbo, pero está ahí. Entra de manera natural y yo intento tratarlo de una manera muy respetuosa. Por ejemplo, si entrevisto a una prostituta yo no enseño su cuerpo o le hablo de manera vulgar. No hago preguntas incómodas. Pero en ciertos casos, el hecho de estar entrevistando a un trans borracho a las 3 am ya es morbo en sí. No hace falta que yo haga o no haga algo.

“Con el tiempo se pierde empatía”

- Tienes 1 millón de seguidores en Instagram y 2,5 millones de suscriptores en YouTube. Donde vas, seguramente, eres reconocido. ¿Cómo manejas el ego?

- Tengo la suerte de haberme hecho conocido a los 30, cuando uno ya tiene cabeza. Si me hubiera pasado todo eso a los 20, seguramente hubiera sido un fracaso porque es demasiada tensión. Yo he estado en situaciones de muy poco dinero, de compartir casas con 15 personas. Entonces, cuando empezó a llegar todo esto, lo he vivido con muchísima alegría, pero también con muchísima tranquilidad, con la cabeza de un adulto. Tengo conciencia de que es un trabajo que de un día para el otro puede desaparecer. Puede caerse la plataforma, puede entrarte algún tipo de miedo que te impida grabar, puedes hacerte daño físico. Así que lo gestiono muy bien.

- ¿Cómo conllevas las críticas? Hay quienes dicen, por ejemplo, que tus videos lucran con la pobreza…

- Por suerte, es un comentario que leo bastante poco. El ejemplo que doy es lo que hace un fotógrafo de guerra. Él va a Gaza, hace una foto a unos niños que acaban de morir, vuelve a casa y obviamente lo vende a su periódico. ¿Quiere decir que esta persona está haciendo dinero con la muerte de estas personas? No. Él ha ido hacer una fotografía de una situación dramática, de un problema, y gracias a eso el resto del mundo se entera. En mi caso, a mí me pagan (la plataforma YouTube) por hacer esto, porque si no sería imposible. Como todos, yo tengo mis gastos: mi equipo, el alquiler, los viajes como tal. Pero yo no voy a un barrio a juzgar o a quitarle el pan de la boca a las personas. Estoy entrando y comentándote la situación. Luego todo Chile se entera, por ejemplo, de que en La Vega hay muchísimas personas que sufren de drogadicción. Yo espero que se monte un lío increíble ahí y que haya asociaciones que digan: “Vale, ahora sabemos dónde está el problema. Antes nadie hablaba de estos temas, ahora que todo el mundo sabe, bueno, vamos allá e intentemos resolverlos”.

El italiano ha evidenciado situaciones sensibles. Durante su paso por Estados Unidos -específicamente por Filadelfia- conversó con víctimas del fentanilo; en Lima, pasó 13 horas con un hombre en situación de calle; en Bogotá -escoltado por un guardia privado- conoció y entrevistó a personas que sufren de dependencia al consumo de estupefacientes. Y así la lista corre.

- ¿Cómo se hace para lidiar con el sufrimiento ajeno, ver todo eso y seguir una vida “normal”?

- Cuando grabo yo estoy concentrado en muchas cosas: en mi seguridad, en la pregunta que le quiero hacer a una persona, en analizar a quién tengo delante, tengo una estructura pensada para grabar el vídeo. Son muchas cosas. Entonces yo estoy ahí, pero no estoy presente al 100%. Es como si estuviera viendo una pantalla. Recién me doy cuenta de todo cuando ya me he ido y estoy más tranquilo. Pero con el tiempo se pierde empatía haciendo este trabajo. Como no estoy muy presente, todas las cosas positivas o negativas no me impactan muchísimo. Igual hay algunas situaciones muy fuertes, sobre todo con los niños, que sí me afectan. Pero no son muchas.

- No es menor sentir que uno pierde empatía…

- Pero no lo veas como algo negativo. Es un proceso muy natural. La primera vez que escuchas la historia de una mujer que vive en la calle te impacta muchísimo, pero cuando lo has escuchado 74 veces, la número 75 obviamente no la percibes de la misma manera. Le pasa lo mismo a un policía. Y menos mal que uno pierde la empatía, porque entre más emoción le pones al momento, menos lucidez tienes para actuar de una manera profesional. No es una pérdida de empatía mala en plan: “Ya no me importa que esta persona esté sufriendo”. No lo digo en ese sentido.

“(En Chile) están haciendo las cosas muy bien“

Federicco Zompicchiatti aterrizó en suelo chileno el pasado 13 de marzo. A diferencia de sus otros destinos -donde es Google o Chat GPT que le recomiendan dónde ir- decidió venir tras recibir cientos de comentarios de chilenos. “Había una desesperación”, dice el italiano. “En todos mis videos pedían que viniera a Chile. Y dije: ‘Bueno, algo tiene que estar pasando ahí’. Pero la verdad, siendo sincero, no pasa mucho”, confiesa.

Y añade: “Viendo mis videos, uno puede pensar que Chile es una locura pero, de lo que he visto, yo creo que es el mejor país de Latinoamérica desde el punto de vista de la criminalidad y lo económico. Es un país muy tranquilo. En los videos que pude grabar se muestran dos pistolas y un kilo de cocaína. Vale, pero he encontrado las únicas dos pistolas de kilos de cocaína de todo Chile. Mientras que en Colombia la cosa es otra. Estoy exagerando la realidad, obviamente. Pero Chile no es un país complicado. Puede parecer que sí, pero yo creo que no”.

Zompicchiatti cuenta que tiene un Excel donde anota ciudades que la gente le recomienda visitar a través de redes sociales, así escogió sus destinos en Chile. Además, el italiano suele contactarse con gente local para que lo acompañen durante su recorrido. Sin embargo, cuenta que que muchas veces prefiere recorrer solo. En el caso de Chile, cuenta, se acompañó del cantante urbano venezolano, TC. “He recibido muchas críticas por haber recorrido sin un chileno. Pero, en realidad, ellos no me enseñaban nada. Yo ya sabía lo que iba a grabar o dónde quería ir”, asegura.

Durante su visita, el italiano hizo un paréntesis en su tipo de contenido y publicó un video pasando una noche como bombero en el barrio República. “Hace un tiempo pensé que en lugar de visitar los barrios más peligrosos del mundo, podría integrar también los trabajos más peligrosos del mundo. Me parecía muy interesante y, como no hay muchísima criminalidad en Chile, investigué la posibilidad de hacerlo y tuve la suerte que un amigo de mis padres era amigo del jefe de bomberos de Santiago. Finalmente accedieron a una entrevista y fue una experiencia muy bonita. Creo que ha sido el video mejor recibido de mi canal, no tanto en visualizaciones sino en comentarios. Se nota que son muy queridos, de corazón”, asegura.

- ¿Qué percepción te llevas del país?

- Me llevo una idea muy buena de un país que, en un contexto muy complicado como es Latinoamérica, está haciendo las cosas muy bien. Hay personas mucho más alfabetizadas o instruidas respecto a otros países que he podido ver, vi una criminalidad mucho más inteligente, mucho más escondida respecto a los otros países latinos. Y es un lugar muy bonito, que me gustaría poder visitar como turista.

- ¿Qué sigue para “Zazza el italiano”?

- Bueno, los países para visitar no se van a acabar, pero yo creo que me voy a cansar en algún momento. Sobre todo si voy a tener una familia. No me imagino a los 40 con un hijo metiéndome en barrios, ¿sabes? Arriesgándome tanto. Creo que el proceso natural después de YouTube sería tener algún tipo de programa en alguna plataforma como Netflix o HBO, pero de manera más estructurada.

-¿Y en el corto plazo?

- Acabo de volver de Honduras. Pienso que en las primeras dos semanas de julio haré otro viaje, pero aún no sé dónde. Ya lo pensaré a finales de junio, me gusta improvisar.    

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