El caso de Alejandro Villablanca, el ex socio de Alvi y Supermax que en diciembre de 2021 escapó de Chile cuando tenía orden de captura y que luego de ingresar al país en octubre pasado volvió a huir, mantiene a varias de las principales empresas de factoring en vilo. 

Tanner, Eurocapital, Factor Plus, Arrayán Factoring, 7 Cumbres, Interfactor, son solo algunas de las compañías que presentaron querellas contra el empresario por giro doloso de cheques, en el marco de los problemas financieros de Supermax. 

Lo que no se sabía, hasta ahora, es que había otra compañía afectada por facturas impagas de sociedades proveedoras del supermercado de Villablanca: Xepelin, la fintech ligada a Nicolás de Camino y Sebastián Kreis, que a principios de mayo pasado levantó US$ 111 millones en su ronda B y que en septiembre recibió un préstamo de US$ 140 millones de Goldman Sachs. 

La startup figuraba como acreedora de la empresa supermercadista de Villablanca por 55 facturas emitidas entre mayo y agosto de 2021 por Paraíso del Sur SpA, cuyo deudor es Supermax, por una suma total de $874.454.877. 

Pero en vez de presentar una querella penal contra el empresario, como hicieron el resto de las empresas de factoring, los abogados de Xepelin, representados por Eduardo Marchi, siguieron un camino legal diferente: en enero de 2022 interpusieron una demanda de responsabilidad civil extracontractual e indemnización de perjuicios ante el 9° juzgado Civil de Santiago contra Alejandro Villablanca, Supermax SpA, el abogado Roberto Zúñiga, ex representante legal del empresario y la sociedad Alto Valsol SpA, ligada al abogado Jorge Echevarría Riquelme.

En el escrito se lee que la fintech acusaba a la firma Alto Valsol de operar como un “palo blanco” de Villablanca para ocultar uno de sus principales patrimonios: un terreno de ubicado en el fundo El Rosario, a 20 kilómetros de La Serena, en Valle del Elqui. 

La tesis y el desestimiento

Según consta en el documento al que tuvo acceso DF MAS, la tesis de Xepelin era que “Supermax y su representante legal señor Alejandro Villablanca idearon, con la ayuda de su abogado Roberto Zúñiga y con la colaboración del abogado Jorge Luis Echevarría Riquelme, previendo a todas luces la debacle comercial que sufriría próximamente Supermax SpA, un plan para ‘salvar’ dicho activo, poniéndolo lejos del derecho de prenda general de sus acreedores”. 

Sin embargo la demanda no prosperó. El 13 de abril Xepelin retiró la acción legal. Según consta en el expediente de la causa, “luego de un nuevo y profundo estudio de los hechos y circunstancias” la fintech presentó un desestimiento y declaró “que ha alcanzado la absoluta convicción que éstos no constituyen un ilícito civil cuya indemnización deba exigirse, por lo que no se justifica la acción intentada en contra de Alto Valsol SpA y, en especial, en contra de don Jorge Echevarría Riquelme y don Roberto Zúñiga Rodríguez, personalmente considerados”.

Lo que no se supo en ese momento es que seis días antes, el 8 de ese mismo mes, Alto Valsol y Xepelin (XCapital) habían firmado un contrato mediante el cual la sociedad le cedía un lote del predio en disputa. 

Ese día, Nicolás de Camino, fundador de Xepelin junto a Jorge Echevarría en representación de Alto Valsol SpA se reunieron en una notaría del centro para concretar el traspaso. Concurrió también en el mismo contrato la empresa de factoring Finameris, ligada a Jorge Achurra, Cristián Valdés y Leonardo Whittle, que obtuvo las mismas condiciones de Xepelin. 

Ahí Alto Valsol se comprometió a comprar los créditos contenidos en las facturas de ambas empresas por un monto de $150 millones a cada una. Y se estableció que la forma de pago se realizaría mediante la cesión de “derechos, cuotas y acciones equivalentes al 20% del inmueble denominado Lote B, resultante de la subdivisión del predio”. Son poco más de 3.100 hectáreas que quedaron en manos de ambas empresas, las que una vez que se lotee y su subdivida el paño, podrían poner a la venta. El asunto ya está en tramitación en el Servicio de Impuestos Internos de La Serena.

El terreno

El fundo el Rosario queda a unos 20 minutos de La Serena entrando al Valle del Elqui, justo detrás del pueblo Algarrobito. Se trata de un paño seco, con varias hectáreas de cerro en pendiente, donde hoy existen algunas tomas irregulares y en el cual la empresa Eletrans tiene una servidumbre para levantar torres de alta tensión que forman parte del proyecto “Nueva Línea Nueva Maitencillo-Punta Colorada-Nueva Pan de Azúcar. 

Es ahí donde se ubicaba la propiedad del el ex socio de Alvi y Supermax, Alejandro Villablanca. En noviembre de 2018 el empresario decidió vender ese paño a Emprender Capital Leasing SpA, por $ 500 millones. El contrato incluía un leaseback, es decir una opción de arrendamiento y luego la alternativa de recomprar el mismo paño. 

Villablanca alcanzó a pagar 24 de las 48 cuotas de arriendo que ascendían a 500 UF mensuales. Pero, cuando empezó a tener problemas de liquidez luego de los altercados sufridos en su local Supermax en Bajos de Mena -que fue incendiado tras el estallido social-, optó por salir del negocio y traspasar su opción de recompra a Alto Valsol SpA. El 30 de diciembre de 2020 ambas firmaron la cesión del contrato de leasing.

Desde esa fecha es Jorge Luis Echevarría Riquelme el propietario del inmueble. Consultado por DF MAS, el abogado explica que se trató de “una oportunidad de negocio”. “Lo que hicimos aquí fue un negocio financiero de comprar una posición a buen precio y ejercer la opción de compra y la idea es lotear este terreno y hacer una ganancia de capital”, agrega.

“La situación de Villablanca era desesperada, este era un contrato que iba perder. El terreno no vale oro, pero tenemos tasaciones que indican que algunos de los lotes tienen un potencial interesante de venta y esperamos que eso se pueda hacer”, dice.

Respecto de las razones que lo llevaron a comprar los créditos correspondientes a las facturas impagas de Paraíso del Sur a Finameris y Xepelin por deudas de Supermax, Echevarría explica que existía un saldo en el monto de pago del terreno para Alejandro Villablanca que fue financiado mediante la compra de esas obligaciones financieras. 

“Negociamos con ellos. Y les dije que les compraría las deudas de los créditos de Supermax a cambio de un pedazo de terreno. Le habíamos pagado más del 60% de la deuda a Villablanca y nos quedaba un saldo que teníamos que pagar a fin de año. Eso se pagó a través de esas deudas”, explica.