Personaje
El chileno a cargo de los vínculos entre la FIFA y los jugadores
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Hace dos semanas, Javier Ceppi (39) estuvo en Los Angeles, California. El miércoles 17 de mayo en el Griffith Observatory en Hollywood Hills, con importantes figuras del fútbol, se lanzó oficialmente la marca del Mundial 2026 que se llevará a cabo en 16 ciudades de Estados Unidos, México y Canadá.
El chileno, periodista UC, estaba ahí en el backstage junto a Ronaldo. Dice que durante todo el evento no se sentó: varios de los presentes querían conocer a las ex figuras deportivas.
Y ahí estaba Ceppi introduciendo al brasileño, al arquero mexicano Jorge Campos y a la estadounidense Carli Lloyd, a los actores Owen Wilson (de películas como Zoolander y la serie Loki) y Cristo Fernández (Ted Lasso) que querían tener sus propias selfies con los futbolistas. Cosas de este tipo son habituales en la vida de Javier Ceppi, quien desde hace cuatro años vive en Zurich, Suiza, donde está a cargo de la relación del órgano con los jugadores y ex jugadores.
Por eso es que cosas que él tilda de “irreales”, son parte de su normalidad: “Juan Pablo Ángel, ex futbolista colombiano, de repente me dice ‘te va a llamar Maluma, porque está en Qatar para el Mundial de Clubes y quiere ir a ver al Flamengo’. Y terminé con él en el estadio. O, en un partido que hicieron Roberto Carlos y Ronaldinho al que me invitaron, en la comida oficial se acerca Jon Secada, un tipo del que yo cantaba todas sus canciones”, relata.
Sentado frente al computador en una videollamada por Teams que toma con fondo virtual azul de la FIFA, cuenta que su empleo es algo que jamás soñó cuando recién egresado entró a trabajar al cuerpo de Deportes de El Mercurio a escribir de todo, menos fútbol. Fue en Nueva York, donde vivió entre 2009 y 2011, mientras estudiaba con Becas Chile un postgrado en Administración Deportiva en NYU, donde se le abrió el apetito profesional luego de hacer “pequeños trabajos” en el US Open y la Copa de Oro.
De vuelta en Chile, mientras se desempeñaba como director del equipo Tamarugal para el Dakar 2013, el entonces gerente general de la U, Cristián Aubert, le dijo que el comité organizador del Mundial Sub 17 de fútbol buscaba un director ejecutivo. Ceppi, fanático del equipo azul, postuló al cargo y quedó.
A los 12 meses se retiró. “Fue complicado”, dice. A mediados de 2014, a un año del Mundial renunció: dice que no le gustaba la influencia que a su parecer estaba teniendo la ANFP en el comité del cual se suponía era independiente. “Complicado por todos los movimientos que pasaron y también por la situación que había en la administración del fútbol en Chile en esos momentos (en 2015 explotó el caso Jadue)”, señala. Y añade: “Pero al final del día, me abrió las puertas a FIFA y sin ese Mundial no estaría acá”.
Aterrizaje en Delhi
11 de septiembre de 2014. Vuelo Qatar Airways Santiago-Sao Paulo-Doha-Delhi. La escala de un día en la capital qatarí fue suficiente para descartar un trabajo que tenía en carpeta. Meses antes, a través de LinkedIn, había recibido una invitación del comité organizador del Mundial Qatar 2022 para sumarlo al equipo.
“En el momento que me bajo del avión supe que ocho años ahí no iba a pasar; era una ciudad muy distinta a lo que es ahora, no se veía gente en las calles por el calor. Era ir a encerrarse, ganar probablemente buena plata, pero también sabía que era un país súper caro. El año anterior había trabajado un mes en Emiratos Árabes, y la vida allá no me pareció interesante”, relata.
Continuó el viaje a Delhi a concretar otra oferta: desde FIFA apenas salió del equipo chileno Sub 17 le recomendaron postular a la organización del mismo Mundial, pero en India. Aterrizó en Delhi, siguió a Dwarka a la sede de la federación de fútbol a reunirse con el secretario general, visitó el estadio principal que habían construido para los Commonwealth Games de 2010 -”un monstruo para 60 mil personas que estaba en condiciones terribles”, dice- y de ahí voló a Mumbai a la casa de 12 pisos de Praful Patel, el presidente de la federación, ex ministro de Aviación e Industrias de India con alta influencia política en la región.
De vuelta en Delhi recibió la oferta: ser CEO y Tournament Director del Mundial de fútbol Sub 17 de India 2017, el primero en ese país de entonces 1.287 millones de personas, donde el fútbol no era ni de cerca el primer deporte nacional. “La oportunidad era tremenda”, dice.
El 31 de octubre de 2014 aterrizó con su mujer y su perra en Delhi -“una ciudad que en invierno no ves ni dos metros por el smog”- para quedarse los tres siguientes años. De inmediato hizo un primer recorrido por los seis estadios sede: “Era imposible pensar que podíamos hacer un Mundial en esas sedes, estaba todo mal”, recuerda.
Empezaba a correr el reloj.
380 vuelos
“Estrés postraumático”, dice sobre lo que padeció el mes posterior a la final del Mundial. Los ojos se le ponen llorosos en la pantalla.
“Cuando termina la premiación me voy hacia la tribuna a una silla, me pongo a llorar… (silencio). Hay cosas que no puedo contar, pero el nivel de estrés que tuve en ese tiempo fue muy difícil. Yo ya había renunciado a un proyecto, el de Chile, no podía renunciar al de India”, reflexiona. Y añade: “Lo que hicimos fue un milagro”.
La misión de Ceppi, acompañado por el indio Joy Bhattachariva, project manager del campeonato, era liderar la relación con los seis gobiernos federales y con el gobierno central en temas de infraestructura, operativos, promoción, financiamiento, seguridad y logística; y por otro lado, ser la contraparte de FIFA en cuanto a lo deportivo.
El proceso estuvo lleno de problemas. Por ejemplo, la desmonetización de la rupia: en noviembre de 2016 el gobierno anunció que los billetes de 500, 1.000 y 2.000 rupias dejarían de funcionar y serían reemplazados por otros nuevos, con el fin de terminar con la plata negra. “Eso generó una crisis tremenda. Me acuerdo haber estado en cajeros siete-ocho horas porque en India todo se pagaba en cash, y eso fue un problema gigante para los trabajos”, cuenta. Hacia el final, cuando se jugaba la semifinal, un diluvio anegó la cancha.
“Tuvimos un día y medio para vender las entradas Brasil-Inglaterra. En una hora de que las pusimos a la venta, teníamos más de 1,5 millón de solicitudes para las entradas. El sistema colapsó”, recuerda.
“Hasta hoy sigue siendo el Mundial juvenil con mayor asistencia en la historia. Tú puedes decir, ‘claro, India que tiene una población enorme’. Sí, pero tuvimos más público promedio que el Mundial de críquet que se jugó en India en 2011”, asegura. Eso, explica, en parte fue por un proyecto paralelo que llevó a cabo llamado Mission 11 million que tenía por objetivo hacer que 11 millones de niños jugaran fútbol.
“Era meternos en los colegios de todo India. Me iba por ejemplo a Kashmir a hacer un workshop con 6 mil profesores -literal-, y era súper simple: agarraba mi billetera, mi celular, los tiraba ahí y les decía ‘ahí ya tenemos un arco, lo único que se necesita es una pelota’. Existía la concepción de que el fútbol tenía que ser 11 contra 11, en una cancha perfecta. Les dijimos ‘abran los colegios, abran las clases’, hubo lugares donde los niños construyeron canchitas”, explica.
“Le vendimos el proyecto al gobierno, que estuvo full involucrado, logramos llegar a 11,2 millones de niños, repartimos 60.000 pelotas, hicimos 180 seminarios, capacitamos a 18 mil profesores… una locura. En 2017 me tomé más de 380 vuelos domésticos… más vuelos que días, porque si no estaba visitando las sedes estaba en algo de Mission 11 million”, recuerda.
Parte de la promoción del Mundial en India incluyó llevar a los FIFA Legends (ex jugadores). Ahí Ceppi conoció al ex futbolista español Carles Puyol y a otros como Marcel Desaillyl, Carlos Valderrama y Jorge Campos.
Amigos leyendas
Pensó que todos se lo pelearían llegando de vuelta a Chile por su experiencia y capacidad de organizar un evento de tal envergadura, pero durante un año sólo recibió ofertas de consultoras. En 2018, lo llamaron de FIFA para trabajar en el área Legends por un mes y medio en el Mundial de Rusia 2018.
“Lo encontré alucinante, porque trabajar con las leyendas es lo más cerca que puedes estar en la cancha, porque si cualquiera de nosotros en este rubro tiene pega es porque hay 22 jugadores pateando una pelota en una cancha”, asegura. Y agrega: “Cuando asume el presidente Gianni Infantino, parte de su primer discurso en 2016 es que quiere que el fútbol vuelva a FIFA y que FIFA vuelva al fútbol, y un proyecto estratégico ahí era poder acercar a las glorias del fútbol a la asociación”.
En Rusia conoció a los 165 “Legends” que asistieron al mundial. Entre ellas, “Diego”. “Estaba en el box cuando Diego (Maradona) se descompensó en el partido de Argentina con Nigeria, después del primer gol de Messi. Las vi verdes: hay un operativo en el estadio, pero yo tenía que coordinar con todo ese aparato, que vinieran los médicos, ambulancia, etc.”, cuenta.
Terminado el Mundial, el entonces secretario general adjunto, el ex jugador croata Zvonimir Boban, le hizo una oferta para trabajar en Suiza con FIFA en la subdivisión de Player Relations and Engagements. Y desde el año pasado, Ceppi está a cargo de la relación de FIFA con todos los jugadores activos y retirados.
“Hay una regla fundamental con las personas famosas, y es que tienes que tratarlas muy normal. Yo no he pedido ninguna selfie... Mentira, he pedido sólo una, y es ridículo: una vez en un evento en Suiza estaba Óscar Román Acosta -yo creo que la mayoría de los hinchas de la U no se van a acordar de él-, es un tipo que jugó el ‘95 en el club seis meses y le fue súper mal. En el evento me contó la historia de por qué le había ido mal, porque había chocado a una mujer que estaba esperando guagua, y eso mentalmente lo mató y dije: ‘¿Sabes qué Óscar? Yo no le he pedido una foto a nadie, pero te tengo que pedir a ti’”, cuenta riendo.
Javier Ceppi dice que tiene relaciones de “amistad” con muchos ex jugadores grandes: “Hablamos seguido, hablamos de cosas que no tienen nada que ver de pega, se saben los nombres de mis hijos, yo los suyos, cuando nació el menor de 14 meses, me mandaron regalo. Me relaciono con la lista de Legends, que son más de 1.150, y de ellos con un 10% tengo contacto muy seguido, y de esos, con otro 10% somos amigos de verdad”. Agrega: “Las leyendas valoran que puedas tomarte un café con ellos y que no estés impresionado y en función a eso se abren mucho, te cuentan cosas, ves que muchos no están tan bien, que están preocupados por el tema del retiro, no saben qué hacer”.
Por lo pronto dice, quiere estar ahí para el próximo Mundial México/Estados Unidos/Canadá 2026, “una oportunidad gigante para el fútbol”, por la escala, espectáculos, etc...
Toma una pausa. “Esta es mi pega, al final. No soy yo, sino el cargo. FIFA como órgano rector tiene esa capacidad de acercarte a esas estrellas del fútbol”.