Personaje
El historial de batallas de Leonidas Vial, el nuevo dueño de la polémica casa de Cachagua
-
Cuéntale a tus contactos
-
Recomiéndalo en tu red profesional
-
Cuéntale a todos
-
Cuéntale a tus amigos
-
envíalo por email
La mediación de un sacerdote. Ese podría ser el próximo capítulo de lo que ya parece teleserie en la disputa por la casa de Cachagua en la que vivía Virginia Struthers y que fue rematada y adjudicada en $ 400 millones por la sociedad Inversiones La Viña, ligada al empresario Leonidas Vial Echeverría.
La comunidad de Cachagua-Zapallar está dividida, dicen. Mientras un grupo apoya a Virginia (63 años), una carta enviada el sábado pasado y firmada por el hijo de Vial, Manuel Vial Claro, sembró una serie de dudas sobre el caso. De partida, que la casa no es de Virginia, sino que de sus dos hermanas, Jennifer y Gilian, de 72 y 75 años, respectivamente, que viven en Inglaterra hace muchos años y quienes estarían de acuerdo con el remate. El abogado de ambas, Max Vigneaux, respondió que “para mis clientas el caso está terminado”.
Sobre el destino de la casa, Vial no lo tiene claro aún, revelan en su círculo.
Pero Virginia, al otro lado del teléfono, dice que aún tiene esperanza y que se ha tratado de comunicar con sus hermanas para que respondan por escrito dándole su apoyo. Lo que hasta el cierre de esta edición no ocurría. Por mientras, dice, está tratando de juntarse con León Vial. El alcalde de Zapallar y hasta un sacerdote se habrían oficiado para mediar en la pelea.
Rodeado de amigos
Pero volviendo al protagonista de este artículo, Leonidas Vial Echeverría, el historial de batallas que ha dado en los más diversos ámbitos es bastante grande. “Él no es que ande buscando pelear, pero si encuentra que algo lo afecta injustamente, va a dar la batalla en tribunales. Y cuando alguien tiene convicciones, y plata, puede hacerlo las veces que quiera”, dice alguien que lo conoce.
Otro apunta a que en lo humano es “cálido, cariñoso, simpático. Es de esos que te abrazan harto cuando no te ven en un buen tiempo”. Pero si se enoja o siente que lo quieren engañar. Ay.
Su estudio de cabecera para sus variadas estrategias legales es Alcaíno Abogados. Ahí, es atendido por el socio principal Alfredo Alcaíno, además de otros como Marcelo Giovannazzi. Con ellos ha enfrentado casos como Cascadas, La Parva contra El Colorado, y también varias aristas de La Polar. Eso sí, en el caso Cachagua cambió de asesores y optó por un hombre de confianza de Eduardo Fernández, su socio y amigo en los negocios inmobiliarios: se trata de Eugenio Guzmán Gatica, de Portaluppi Gúzman & Bezanilla y quien también tiene casa en el balneario.
Dentro de su círculo de amigos más cercanos, además de Fernández León con quien invierten a través de Santana en acciones y bonos, también tiene una estrecha relación con Carlos Alberto Délano. Con su cuñado, César Barros, además de familia, son muy amigos y conversan siempre de contingencia política.
Además, desde el 2015 su mano derecha en inversiones es Tomás Hurtado, el exgerente de inversiones de Consorcio. Desde el año pasado, Hurtado es el gerente general de Santana.
Eso sí, Leonidas Vial en quienes más se apoya hoy es en sus dos hijos mayores, León (38 años) y Manuel (36). El primero está a cargo de La Parva, entre otros negocios como ST Rentas y emprendimientos propios; mientras que Manuel supervisa La Polar, donde es vicepresidente; y Santana, como director. Ambos representan al padre en el directorio de LarrainVial. Hay un tercer hijo, de 31 años, Juan Luis Vial Claro, quien también está incursionando en los negocios y ya es director de Santana y gerente general de ST Capital.
Además, le gusta asociarse: con los Larraín Cruzat en LarrainVial, donde se mantiene como socio, pero totalmente alejado del día a día; con José Yuraszeck en Colchones CIC; en la inmobiliaria FFV con Eduardo Fernández León, José Antonio Garcés Silva y la familia Guilisasti; en La Parva con Pedro Donoso, y en la compañía industrial El Volcán, con los Matte Larraín.
La batalla épica por las cascadas
En su historias de batallas, quizá una de las más intensas que ha dado es en el caso Cascadas, donde la entonces Superintendencia de Valores y Seguros lo identificó como parte del esquema a través del cual Julio Ponce, acusó entonces el organismo dirigido por Fernando Coloma, se enriqueció ilegalmente y afectó a las sociedades cascadas que controlan SQM.
Para Vial, la SVS pidió US$ 20 millones de multa. Dicen quienes vivieron esos días con él, que ha sido uno de los episodios más amargos de su vida. Sentía que su honor -que al final es lo único que uno tiene, como suele repetir a sus cercanos- se había manchado. Y no escatimó en recursos para defenderse. Hasta ahora va ganando.
El 29º Juzgado Civil de Santiago dejó sin efecto la multa porque, dijo, no había constancia concreta de un concierto entre Vial y Ponce. El Consejo de Defensa del Estado apeló y el caso sigue en la Corte de Apelaciones. Entre medio, fue el segundo del grupo de los multados en ir al Tribunal Constitucional donde logró que, en el caso que la Corte decida mantener la multa, ésta se rebaje hasta los US$646 mil.
Además, la AFP Provida lo demandó por indemnización de los perjuicios que habría causado Vial a los fondos de pensiones. La AFP controlada por Metlife perdió en primera, segunda y tercera instancia.
También la Fiscalía lo perseguía penalmente, pero en marzo de este año, días antes de que se desatara la pandemia, la Fiscalía Centro Norte decidió no perseverar contra Vial. No había pruebas contundentes en su contra.
Ese día, Vial sonrió.
Incluso, el Servicio de Impuestos Internos no le cobró impuestos por las operaciones con las acciones de las cascadas que realizó, como sí lo hizo con otros involucrados en el caso.
La lucha incansable por La Polar
Ya es personal lo de Vial y La Polar. Entró como inversionista antes de que se desatara el escándalo de las repactaciones ilegales a un millón de clientes en 2011. Y cuando todo estalló y se derrumbó, se estima que Vial perdió unos $35 mil millones. Pero no lo iba a dejar ir así como así.
Empezó a aumentar y reconvertir deuda en acciones, hasta que en 2018 Vial Echeverría se convirtió en controlador. Todavía muchos en el mercado no entienden qué hace un financiero nato como él metido en el retail. Eso es una cuestión personal, se contestan.
Y había logrado dar vuelta los resultados de la multitienda, incluso se alistaba para abrir una operación bancaria con su tarjeta de crédito. Pero estallido social mediante, y pandemia después, los retailers medianos son los que más han sufrido. Y ahí, comandados por su hijo Manuel Vial y el gerente general, Manuel José Severín, no se dan por vencidos y han potenciado fuertemente el canal de ventas online, lo que debería seguir profundizándose el próximo año, además de hacer mucho más eficiente la operación de cada una de sus tiendas.
Según el sindicato de la retailer, se han desvinculado este año del orden de 140 personas, principalmente a quienes no se les renovó el contrato una vez terminada la suspensión de los contratos acordados al inicio de la pandemia. Además, a fines de enero se cierran las tiendas de Estación Central y Calama; pero ya está operando una nueva en Arica y en febrero abre otra en Quilín.
Por eso, porque siente que lo han dado todo en La Polar, inyectándole recursos frescos cada vez que lo ha necesitado, es que a Vial le molestó tanto cuando en 2017 el Sernac los acusó de refinanciamiento no informado al cambiar a los clientes a su nueva tarjeta de crédito.
Fueron a la justicia, y lograron desacreditar la demanda del Sernac, pero el juez los condenó igual a pagar “daño moral” a los 300 afectados. Algo que Vial no iba a dejar pasar. El concepto de daño moral se incorporó en la modificación de 2018 a la ley, no en el periodo donde el Sernac los acusó. El caso sigue en la Corte de Apelaciones.
El dolor de Colo Colo
Quizá una de las inversiones más dolorosas que ha hecho, y con peor desempeño financiero fue en Blanco y Negro, la sociedad tras Colo Colo, el club de sus amores. En el estadio, cuando se podía ir, se le veía alentando a gritos al plantel.
Ahí, se enfrascó en una pugna por el control con Aníbal Mosa, su archirrival en ByN. Tras varios millones de dólares para comprar y comprar acciones, finalmente Vial perdió esa batalla, y en abril del año pasado tuvo que dejar la presidencia. Hoy, aunque sigue como accionista, ni siquiera está en el directorio. Esa batalla, dicen en su círculo, no está cerrada aún.