Personaje
El negocio musical de Jorge Larraín Matte
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Es sólo una coincidencia, pero no deja de llamar la atención. La calle en que está domiciliada Selknam UK, en Reino Unido, lleva las palabras Abbey Road, uno de los álbumes más icónicos de The Beatles. Eso sí, está a 292 kilómetros de la “real” calle londinense, donde está ubicado el emblemático estudio (homónimo) en que la banda británica grabó el disco.
Hace siete semanas Jorge Larraín Matte (47), el menor de los cuatro hijos de Patricia Matte y Jorge Larraín, constituyó la sociedad Selknam UK bajo los roles de reproducción de grabaciones sonoras, fabricación de productos de plástico, comercio de cintas de audio, discos y CD, y venta de grabaciones musicales. ¿El único accionista? Selknam SpA, la sociedad que está a cargo de la única fábrica de vinilos en Chile y en la que participa Larraín Matte a través de la entidad Madurai Inversiones SpA.
El ingeniero comercial PUC se fue a vivir a Reino Unido hace aproximadamente seis meses junto con su cónyuge, la artista visual Francisca Aninat y sus hijos. No es la primera vez que vive ahí. Lo hizo también entre 2005 y 2008, cuando estudió un magíster en sociología (su madre también estudió aquella disciplina) en el London School of Economics.
Larraín Matte quedó como director ejecutivo de Selknam UK, una entidad que, según cuenta su socio Diego Ili, es importante porque tienen una serie de proveedores estratégicos que tienen sus oficinas allá.
Pero más allá de funcionar como un domicilio extranjero, Selknam UK representa un objetivo a largo plazo para la compañía de origen chileno: que sus vinilos -elaborados en una fábrica en La Reina- aterricen en el Viejo Continente. “Estamos trabajando para eso”, adelanta Ili.
De la música a los negocios (y viceversa)
Quienes lo conocen dicen que es el hermano de más bajo perfil de los Larraín Matte. Jorge Gabriel es descrito como artístico, alternativo, y, sobre todo, músico: es conocido por coleccionar discos e ir “a una buena cantidad” de conciertos. Este gusto se lo inculcó su tío, Bernardo Matte, presidente del Banco Bice.
Cuando estudiaba ingeniería comercial en la PUC, fue productor de conciertos, llegando incluso a traer a conocidas bandas electrónicas.
Desde que salió de la universidad Larraín Matte ha complementado muy bien los negocios (tanto personales como familiares) con su faceta artística. Entre 2016 y 2022 ejerció como director de CMPC y jugó un rol clave en la estrategia de la compañía para enfrentar el Caso Tissue. Fue crítico respecto a lo ocurrido y estuvo de acuerdo con el trinomio de colaboración, disculpas públicas y compensación a usuarios.
Antes de eso trabajó en el ministerio de Cultura en el primer gobierno de Sebastián Piñera, donde ejerció como asesor del ministro Luciano Cruz-Coke.
También ha participado en distintas organizaciones sin fines de lucro. Entre ellas, Música para Todos, una ONG que promueve esta disciplina a jóvenes de sectores vulnerables.
En el plano de negocios culturales participó, junto con Hugo Chávez (quien fue dueño de la ya cerrada disquería chilena Background), en Ánima, una editorial independiente. Algo similar realizó con Osvaldo Sotomayor con Transamericas, un sello de música chilena y latinoamericana que sigue vigente. Este último ha sacado producciones de Los Jaivas y Tobías Alcayota.
Lo más reciente, en 2020, invirtió en Selknam Record Pressing, una empresa que combina lo mejor de dos mundos: un negocio “copado” en ventas (conocedores afirman que no son muy grandes, pero que “están llenos de pedidos” hasta el próximo año), música y una ambiciosa expansión internacional.
Diego Ili es un nombre conocido en la escena musical chilena. Es ingeniero de audio y ha trabajado con Francisca Valenzuela, Nicole, Lucybell, Los Jaivas, Los Tetas y Myriam Hernández. También ha participado de los premios Pulsar, el Festival Viña del Mar y ha sido guitarrista de Alain Johannes, considerado uno de los músicos chilenos más influyentes en el rock internacional (ha colaborado con Arctic Monkeys, Red Hot Chili Peppers, Queens of the Stone Age y Eddie Vedder).
Antes de terminar cuarto medio se fue a vivir a Estados Unidos con su familia. Ahí estudió producción digital, grabación y producción discográfica en la Omega Recording School, en Maryland.
Volvió a Chile y trabajó en el Estudio Foncea, de Cote Foncea, baterista de Lucybell. En paralelo ejerció como profesor de audio digital, productor técnico y mánager de bandas. También se dedicó a la grabación en vivo, mezcla de discos y mastering.
Antes de 2015 un amigo le pidió ayuda para producir un disco de vinilo. Pero ni en Chile ni Sudamérica existía una fábrica de estos productos. Ili gestionó con un proveedor norteamericano, importó los productos y gestionó con Aduana. Pasaron dos semanas y otro músico le pidió lo mismo. Ahí se dio cuenta de que podía ser un negocio.
Postuló a Corfo para fabricar vinilos afuera y empaquetar en Chile. Ganó. Con esos fondos viajó a distintas fábricas y selló alianzas para obtener los mejores precios. Al volver a Chile cerró un millonario contrato con Chilevisión Música, pero sus proveedores en EEUU nunca le respetaron la tarifa previamente pactada.
Ahí decidió abrir una fábrica en Chile, que bautizó como Libre Records.
Para echarla a andar, eso sí, necesitaba una máquina. Buscó y encontró una en Miami, pero que necesitaba restauración. Pagó el 50% bajo el compromiso de que su dueño la dejara lista para usar.
Pasó un año y la máquina no estaba lista. Viajó a EEUU para acelerar el proceso, pero no tuvo suerte. Finalmente, decidió traerse el artefacto y restaurarlo en Chile. Acá contrató a ingenieros mecánicos que recablearon, cambiaron el sistema interno y reemplazaron cilindros hidráulicos y válvulas mecánicas. Lo dejaron listo para usar.
Desde ahí comenzó un proceso comercial que, si bien tuvo buenos momentos, nunca terminó de cuajar, por lo que decidió poner la fábrica en venta. Se reunió con distintos inversionistas, pero ninguno concretó la operación porque no sabían operar la máquina.
Eso, hasta que apareció Jorge Gabriel Larraín Matte, quien le propuso compartir la propiedad. Ellos ya se conocían, dice Ili, por sus negocios previos en el mundo editorial. “Él era mi cliente”, explica.
Analizaron el negocio, constituyeron otra empresa, cambiaron de nombre y debutaron. Era justo marzo de 2020.
¿Por qué Selknam? Ili comenta que “no existe una historia muy entretenida de cómo surgió el nombre: Nos gusta decir que es un tributo a nuestros antepasados. Ellos cazaban ballenas en pequeñas canoas”.
Desde que comenzó la nueva etapa del negocio (al que se sumó también Cristián Morales, desarrollador e inversionista ángel en startups) las ventas de Selknam Record Pressing aumentaron considerablemente. Debido a que su capacidad de producción es limitada, lograron rápidamente copar su libro de pedidos.
“Jorge logró conocer el potencial de Selknam y con su experiencia -tanto en la industria de la cultura como en los negocios- logró ayudarnos a ser lo que somos hoy”, complementa Ili.
Actualmente Jorge Larraín y Cristián Morales participan del directorio y están atentos a los avances del negocio, pero no tienen un rol full-time como Ili. Aparte de él, hay otros 10 funcionarios que trabajan en la fábrica, en roles que van desde maquinaria y control de calidad a ejecutivos.
En su fábrica en La Reina tienen tres máquinas con una capacidad de producción de 200 mil discos anuales. Ahora están instalando una cuarta, e Ili explica que tienen más disponibles para “duplicar la capacidad”.
Sus principales clientes son los sellos internacionales Universal y Sony, además de firmas independientes. Su pedido mínimo son 150 discos, aunque conocedores comentan que la mayoría están por sobre los 500. En promedio, Selknam se demora 10 meses en entregar los productos, un periodo que se estila en la industria.
“Estamos en un proceso fabril muy artesanal y análogo. Llevamos 100 años haciendo lo mismo con muy pequeños cambios. Requiere mucho tiempo para hacer el control de calidad, hay que estar encima. Es bonito, pero no deja de ser complejo este formato”, complementa Ili.
A pesar de eso, explica, la demanda por estos productos está más alta que nunca. “Es un negocio ágil. El mercado del vinilo lleva creciendo en los últimos 15 años y cada vez se suman más artistas al mercado. Hoy este producto representa el 70% del formato físico de la música”.
Estrategias de internacionalización
A pesar de que siguen enfocados en el mercado local, Ili, Larraín y Morales ya están viendo posibilidades de expansión y ser competitivos afuera: siguen siendo la única fábrica chilena de vinilos, ya tienen “aceitado” su modelo productivo y su competencia aún es escasa en Latinoamérica.
De todas maneras, ha ido creciendo el mercado. “Cuando nosotros empezamos existían 45 fábricas en el mundo. Hoy son más de 200”, comenta Ili, quien asegura que están buscando “activamente estrategias de internacionalización”.
“Tenemos clientes de otros países, gente con mucho interés. Físicamente todavía es algo que no hemos concretado pero que sí estamos activamente persiguiendo. Va a partir por la exportación en Latam. Tenemos un muy buen producto”, complementa.
Sobre Selknam UK, Diego Ili comenta que Reino Unido es la “meca del mercado musical en Europa. Muchas cosas salen de ahí. Además, tenemos proveedores. Llegar ahí es una posibilidad, pero entre varias otras”, concluye.