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Personaje

Fundador de Xepelin deja la firma para convertirse en pastor

Fundador de Xepelin deja la firma para convertirse en pastor

Diego Contreras es uno de los cinco fundadores de Xepelin, una de las principales fintechs de la región. Fue en Tijuana, México, donde dice que vio el camino que le dibujó Dios. Entonces, a finales de febrero, decidió dar un vuelco en 180 grados a su vida: renunció a la empresa para fundar Awaken Santiago, la sede nacional de una mega iglesia fundada en Las Vegas. Y él será el pastor principal.

Por: Juan Pablo Silva | Publicado: Sábado 9 de marzo de 2024 a las 21:00
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Hoy me despido con gratitud y emoción tras casi cinco años de travesía fintech. Juntos recordamos hitos como la Serie B más grande de la historia de una fintech B2B en Latam, y el crecimiento a más de 500 colaboradores, conquistando más de 40.000 empresas enroladas, 10,000 clientes financiados y más de 4 billones de dólares transados históricamente, siendo 2 de ellos en los últimos 12 meses (...).

Lo que sí tengo muy claro son mis próximos pasos espirituales, pues en un corto plazo emprenderé paralelamente la apasionante tarea de fundar una iglesia cristiana en Santiago de Chile, asumiendo con entusiasmo el rol de pastor principal. Esta nueva travesía espiritual será una emocionante odisea sin retorno”.

Ese es sólo un extracto del texto que publicó la semana pasada en su LinkedIn personal Diego Contreras, cofundador de Xepelin, donde anunció su renuncia a la fintech chilena fundada en 2019. Y sus palabras no pasaron desapercibidas: cientos de personas comentaron y miles reaccionaron. Y es que no todos los días un emprendedor deja una startup para crear una iglesia y convertirse en pastor principal. 

El camino para hacerlo -dice- se lo dibujó Dios. De hecho, Contreras se compara con Moisés, el profeta más importante para el judaísmo: “Hasta ayer siempre me sentí como un José, alguien en quien Dios puso gracia y en que todo lo que hizo le fue bien. Hoy me veo más como un Moisés, que estuvo 40 años en Egipto -primero preparándose con los mejores-, 40 años en el desierto, y 40 años en que los dedicó todo a Dios. Yo veo ese cambio. Él me preparó 40 años con todos los skills para, ahora, hacer algo grande”.

Sentado en un restorán del mall Casacostanera, en Vitacura, afirma que su carrera profesional no tiene lógica. Viste camisa de lino, pantalones y sandalias de cuero. “La posición que tengo hoy y el patrimonio que voy a llegar a tener, porque no hay liquidez todavía, no tiene lógica. Fui a un colegio cualquiera, estudié de noche, trabajé duro, pero aun así llegar aquí es muy difícil”.

Básquetbol y estudios
Contreras nació en Cerro Navia en 1985. Gracias al trabajo de su padre -en una tienda de autos en Cantagallo, Las Condes- pudo conocer otras realidades. Fue al colegio Excelsior en el centro de Santiago.

Desde que tiene memoria, siempre acudió a la iglesia. Los domingos iba con su familia a estudiar la Biblia, y fue ahí -hace 15 años- que conoció a su actual señora.

También soñaba con llegar a la NBA. Jugaba básquetbol en el Club Providencia y llegó a competir en la Liga de Las Condes. Recuerda que siempre sus compañeros lo elegían de capitán, “porque lograba meterle ganas a la gente y ayudarlos”.

En ese tiempo el entrenador le dijo a su equipo que si ponderaban sobre 650 puntos en la PSU, podían entrar a la carrera que quisieran en la Universidad Católica, club al cual representaban. Pero Contreras no llegó a los 600 puntos y se matriculó en ingeniería civil en computación en la Universidad Tecnológica Metropolitana. Su vínculo con los computadores fue una casualidad: su mejor amigo se movía en silla de ruedas, por lo tanto, él lo acompañaba a los “tarreos” y competencias de videojuegos. Gracias a él incursionó en este mundo.

Los constantes paros y el tiempo que se demoraba en llegar a la universidad lo llevaron a dejar los estudios. “Bien inmaduro me cambié a estudiar educación física en la Universidad Central”, dice. A los seis meses también abandonó la carrera, pero -esta vez- por razones externas: “A mi papá le vino un bajón de lucas, mi hermana estaba en tercer año de medicina veterinaria y no me podían pagar la carrera. Pero fue lo mejor que me pudo haber pasado en la vida”.

En ese momento, dice, maduró. “Tenía una presión social grande, todos mis amigos estaban en tercer año de universidad y en buenas carreras. Entonces me puse a trabajar”. A los 20 años era fiscalizador de autopistas concesionadas en APSA: tenía que contar las tachas, medir la iluminación de las señaléticas y otras tareas. Tras un año y medio en esta firma, recapacitó y volvió a los estudios.

Esta vez se matriculó en técnico en finanzas y al poco tiempo empezó su vida laboral en la industria del factoring. Debutó en Incofin en 2008 y a los seis meses llegó a Tanner, donde -dice-, con 22 años, se convirtió en el ejecutivo comercial más joven de la firma. Su buen desempeño lo llevó a Penta, como parte de un equipo de 22 personas. En 2014 dejó la empresa con 160 empleados. A los 23 contrajo matrimonio con su actual esposa.

Los inicios startuperos
Una casualidad lo hizo conocer la incipiente industria tech chilena. Uno de sus clientes en Tanner era español y lo recomendó a la country manager de la época en Cumplo (fintech para financiar pymes fundada por Nicolás Shea), María Fernández de Córdova. Con este paso, Contreras dejó el mercado financiero tradicional y conoció el rubro startup.

“Voy a agradecer siempre esa experiencia, me abrieron los ojos”, comenta. Estaba feliz en la firma tecnológica, pero tras fallar el primer tratamiento de fertilidad que llevaban adelante con su señora, Contreras decidió que era el momento de emprender. Se había propuesto hacerlo antes de los 30 años y recibió la noticia como una señal: sólo faltaban dos meses para que se cumpliera el límite que se autoimpuso.

Así, fundó Represéntame, una fintech enfocada en los ejecutivos de los factorings. Desarrolló una plataforma en donde un broker se registraba, enrolaba a su empresa, y solicitaba financiamiento. Se asoció con su hermano Cristóbal y llegaron a facturar $ 50 millones mensuales con 17 ejecutivos. Al poco tiempo quiso dar el salto, pero -dice-, “estábamos adelantados para la época”.

Trabajó para levantar una ronda de deuda y equity, “ahí me di cuenta del bloqueo que significa no tener una red desde el colegio y la universidad. No lo juzgo, lo entiendo, pero fracasé en ese objetivo y no logré recaudar lo que buscaba”.

Gonzalo Rojas
Uno de los inversionistas a los que le presentó la idea fue el director de empresas Gonzalo Rojas. “Él me derivó con su hija (Antonia), que venía llegando de San Francisco”, recuerda Contreras. En ese contexto también conoció a Sebastián Kreis, pareja de Antonia. No quisieron apostar por Represéntame. A pesar de esto, “Seba me llamaba cada dos semanas para preguntarme cómo iba, o para resolver dudas sobre las facturas”.

Tras dos años y medio emprendiendo, llegó la noticia que tanto esperaba desde su matrimonio. El cuarto tratamiento de fertilidad in vitro había funcionado. “Ahí dije: necesito un sueldo más estable, me voy a emplear”. En ese contexto recibió una generosa oferta de una consultora tecnológica. Esa misma semana le contó a Kreis y éste le dijo: “Antes de que tomes cualquier decisión, juntémonos a almorzar”.

Un lunes de marzo de 2019 se juntó con Sebastián Kreis y Nicolás de Camino en el restaurante francés Aligót de Isidora Goyenechea, Las Condes. De Camino tenía buenas referencias de Contreras, se ubicaban, y el fundador de Broota, José Antonio Berríos, le había hablado de él.

“Fui a ese almuerzo con un par de jugadas adelantadas, me gusta el ajedrez. Era un sueño que me ofrecieran ser socio”, comenta. Y así fue. Le ofrecieron entrar como fundador con una participación minoritaria en la propiedad de Xepelin. “Les tenía más fe que ellos mismos. Yo conocía los números de la industria, hubiera soñado en Represéntame tener a alguien que levantara capital y deuda como lo hacen Nico y Seba”, agrega. Tras ese almuerzo ya estaba adentro.

Inicios de la fintech
Xepelin absorbió la cartera de clientes de Represéntame y con ello alguno de sus empleados, entre ellos el hermano de Contreras, Cristóbal. Y desde el inicio se vieron las distintas realidades, confiesa el emprendedor. “Perdí parte de mi participación porque dijeron: ‘Los fundadores no nos vamos a pagar sueldo el primer año’. Yo no podía, no tenía esa realidad, necesitaba el flujo. Era parte de la negociación y lo acepté”.

Sobre los inicios, Contreras rememora que fueron austeros y parte del éxito fue la separación de roles. El levantamiento de capital era trabajo de Kreis y de Camino, mientras que Puntarelli, Guillermo Molina (jefe de riesgo) y él se encargaban del día a día.

Con su salida, de los cinco socios iniciales sólo quedan los mayoritarios: Kreis y De Camino.

Desde un inicio la fintech chilena comenzó operaciones en el mercado mexicano. “Cuando había que empezar a armar el equipo allá me dijeron que me quedara en Chile. ‘La estamos rompiendo, no te puedes ir’. Medio en broma y bien en serio les dije que en México no me iban a ganar nunca. No deseando el mal, pero yo siempre quiero estar arriba. Soy muy competitivo”.

Pero igual llegó el momento: en agosto de 2021 De Camino y Kreis le pidieron que viajara a México. “Me dijeron: ‘Vamos bien, pero podríamos ir mejor, vente’. Mi esposa estaba embarazada de mi segundo hijo y empecé a viajar todos los meses para allá. Apenas nació nos fuimos a vivir”, rememora.

Primeros quiebres
Estando en México el panorama empezó a cambiar. Llegó un nuevo CTO (Erik Johannessen) y un nuevo CPO (Duncan Steblyna) en marzo del 2023. “Yo todo el tiempo era muy de meter las manos al barro, automatizar procesos. El primer año participé mucho en producto, pero con este crecimiento explosivo cada día me fui separando más de eso. Mi rol pasó a ser casi 100% numérico, mandar los presupuestos, revisar planillas, evaluar el desempeño de mi equipo. No tenía tiempo para lo que me gustaba. Mi trabajo se empezó a poner cada día más fome”.

Contreras quería volver a crear. Y se lo dijo al CEO, Sebastián Kreis. Además -recalca-, “soy muy realista sobre los próximos pasos de Xepelin. Para las próximas series necesitas los Stanford, MIT, yo sé que el juego es así. Yo soy del colegio Excelsior, estudié en la Arturo Prat de noche y no tengo esas credenciales. Pero si había que poner a alguien encima mío, no me importaba, no tengo problemas de ego. Yo sé que soy hijo de Dios y con eso les gano a todos”.

Después de esa conversación, Kreis le ofreció que eligiera la universidad para hacer un master e irse a vivir con su familia. Todo pagado por la empresa. “Pero fue ahí que pensé: ‘si hago esto sería por Xepelin, no por mí, porque yo voy a seguir siendo emprendedor, y si quiero usar mi tiempo en estudiar, va a ser la Biblia’. Ahí hubo un primer quiebre con Seba”, afirma Contreras.

Con la suma de la desmotivación y la negativa a los estudios, Contreras y Kreis decidieron empezar un proceso de transición para su cargo. El tercer trimestre de 2023 volvió a trabajar en el área de producto, “pero empecé a ver una fricción en mi forma de trabajar, que es acelerada, con mucha comunicación y con mi frase sobre el teletrabajo: ‘Presencial hasta demostrar lo contrario’. Como ejemplo, mis dos mejores ejecutivos venían sólo una vez a la semana a la oficina”. A las tres semanas el nuevo rol no estaba funcionando, la empresa había cambiado y coincidía con que su hija entraba a prekinder.

Paralelamente, algo sucedía en la vida espiritual de Contreras.

Pacificador
Contreras recalca que sus creencias siempre las transparentó con sus socios. “Nico siempre me habla que su mamá es cristiana, entonces desde el principio le conté. Yo a Nico, lo quiero en la iglesia en un tiempo más. Seba también tiene sus creencias, pero es un poquito más recatado con todos y afectivo con sus cercanos, más robot, y por eso tiene todo lo bueno de ser un robot. Pero siempre supo de mi fe”, indica.

“Como creo tanto en lo que vivo, soy un pacificador. Entonces en una startup como Xepelin, con crecimiento hiper acelerado, hay roces entre socios, egos y otras cosas. Y yo era como: ‘Loco, acuérdense lo que éramos hace cuatro años, aprovechen este momento. Esa pelea da lo mismo, esa otra igual’. Yo estoy muy en buena con todos. Porque he cuidado eso, y he sido muy intencional. Pero es una vida loca está cuestion: los egos, la codicia, el afán de poder, que son características del humano, no de ellos. Todos en algún minuto tenemos esas cosas”.

La señal en Tijuana
Al aterrizar en México en 2021, Contreras llamó a un amigo pastor, fundador de la Calvary Chapel Temuco, que luego se casó con una mexicana, y fundó Calvary Chapel Cancún. “Le pregunté, ‘a qué iglesia me congrego para ir los domingos con mi familia’ y me recomendó hablar con David Hernández, un pastor joven que congregaba a unas 300 personas”.

Explica que a raíz de una serie de divisiones desde la fundación de esta iglesia, llegó a conocer el movimiento Awaken Las Vegas, fundado por el pastor Derek Naider y de la cuál dependía Hernández.

Todos los domingos, en México, Contreras y su familia asistían a estudiar la Biblia con su comunidad. A finales de 2022 partió a una actividad tradicional de este movimiento, que consiste en una semana de voluntariado con una comunidad necesitada y que luego culmina con un gran evento masivo. Ese año era en Tijuana.

“Mis amigos mexicanos me decían: ‘Ten cuidado, allá matan gente, hay prostitución, tráfico de niños, pobreza’. Yo por dentro pensaba, ‘por eso quiero ir’. Otros me decían que fuera a Hong Kong, un edificio de cinco pisos dedicado a la prostitución. Ese viaje cambió mi vida. Fue la señal que necesitaba”, señala Contreras. Llegó a Ciudad de México a contarle a su señora -hija de pastor-, “y por primera vez lo aceptó”. Con ello, tomó la decisión. Volvería a Chile a fundar Awaken Santiago.

Salida de Xepelin
Su partida de la fintech fue el 29 de febrero y se oficializó a través de un post en LinkedIn que hoy tiene más de 300 comentarios.

Ese mismo jueves el director de producto de Xepelin, Lucas Rencoret -que en repetidas ocasiones ha ganado el premio a la cultura interna-, organizó una despedida espontánea a las 16:00 con los que estaban en la oficina. En ella -comenta el fundador- “no podía hablar, sólo lloraba. Fue bonito, hubo mucho abrazo y di unas palabras contando algo parecido a lo que aquí hemos hablado”.

Próximos pasos
Contreras se proyecta dos años más en el mercado laboral y luego dice que se dedicará 100% a la iglesia. Para ello, ya tiene proyectos: quiere construir una cafetería que se sustente y que las personas que estén trabajando ahí puedan formar una familia. Además sueña con fundar un colegio que enseñe los valores que predica. Hoy, dice, en Chile eso no existe y por eso tiene a sus hijos en colegio católico. Por último, quiere crear un orfanato.

En la práctica, ya creó un Instagram llamado @awaken.santiago, donde tiene una primera publicación: “Evento noche de propósito y visión”. En esta jornada, que se llevará a cabo durante la tercera o cuarta semana de marzo, en algún lugar cercano al metro Tobalaba o el Golf, Contreras busca convocar seguidores para resolver preguntas como ¿quiénes somos? ¿Por qué en Santiago de Chile formamos parte de una comunidad? ¿Cómo puedes ayudar o participar? Para esto ya tiene un Google Form para los interesados.

Sobre su proyecto pastoral, explica que es “una iglesia cristiana que declara lo siguiente: ‘Nuestro propósito es glorificar a Dios a través de la fe en Jesucristo, amándolo a Él y amando a los demás. Somos una comunidad de seguidores de Jesús que adoramos a Dios, hacemos discípulos y llegamos a Santiago y al mundo con el evangelio’”.

Agrega: “Tenemos diferencias con el catolicismo en algunas partes de su estructura, como por ejemplo, que yo seré pastor y estoy casado con mi esposa y tengo hijos. Tampoco veneramos santos. Finalmente, lo más importante son los fundamentos que nos unen, como creer en la Trinidad, creer que Jesús es el único camino de salvación a través de su sacrificio y resurrección, lo que lo hace un Dios vivo, y que somos salvos por gracia (un regalo no merecido y que no depende de mis acciones). Por último, la Biblia (Antiguo y Nuevo Testamento) es la Palabra de Dios. Justamente esto es lo que importa. Estamos en un momento como sociedad ‘cristiana’ en el que buscamos más lo que nos divide, que es el 20%, y no lo que nos une, que es el 80%”.

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