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Personaje

Iván Valenzuela, conductor de Tele13 Radio: “El ego lo tengo harto controlado”

Iván Valenzuela, conductor de Tele13 Radio: “El ego lo tengo harto controlado”

Tele13 Radio cumplió una década de vida. Su principal conductor, el periodista Iván Valenzuela, habla sobre lo que han logrado cumplir y lo que aún queda pendiente. También describe el país que ha visto desfilar delante suyo en estos 10 años. “Extraordinariamente impredecible, complejo”, comenta. Recuerda entrevistas que lo marcaron entre las cerca de 300 que hace por año. Y, de paso, confiesa lo que le produce ser uno de los rostros mediáticos más conocidos y mejor evaluados.

Por: Patricio De la Paz - Fotos: Verónica Ortíz | Publicado: Sábado 10 de mayo de 2025 a las 21:00
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"No dejaría que alguien más lo hiciera”. Eso dice el periodista Iván Valenzuela cuando cuenta que él, además de ser el conductor de Mesa Central, en Tele13 Radio, es quien programa las cinco canciones que acompañan -entre tanto despliegue de contingencia- cada emisión de este espacio que va entre 7 y 10 de la mañana, de lunes a viernes. No es raro que eso ocurra: él es un melómano con impresionante memoria musical, que comenzó su carrera profesional escribiendo justamente de música y conciertos a fines de los ‘80. Esta mañana de martes que conversa con DF MAS, más temprano en el dial 103.3 ya sonaron los temas que Valenzuela eligió con pinzas: Shakedown, de Bob Seger; It started with a kiss, de Hot Chocolate; Smalltown Boy, de Bronski Beat; Night fever, de Bee Gees; y Birdhouse in your soul, de They Might Be Giants.

Para cumplir esta autoimpuesta tarea musical, explica que tiene una grilla desde 2022 con todas las canciones que ha programado diariamente, de modo que de un año a otro repite algunas y agrega otras. El requisito es siempre el mismo: que el día que se pone al aire, haya algún aniversario que lo justifique. El nacimiento o la muerte de su intérprete, o algún hito con la misma canción, por ejemplo. Fue así desde el inicio de Tele13 Radio: cuando comenzó sus transmisiones el 21 de abril de 2015, a la medianoche, Valenzuela eligió que los fuegos los abriera Feeling Good, de Nina Simone, quien había muerto, un día como ése, 12 años antes. 

Es precisamente la década que recién cumplió Tele13 Radio lo que anima a Iván Valenzuela a dar una entrevista, situación a la que -como entrevistado- se expone poco. Pero éste es un medio donde él pesa: junto con Mesa Central, el programa estrella -que además los domingos tiene versión televisiva en Canal 13-, él co-conduce Mercado global y Página 13. No ocupa un cargo directivo formal, pero dicen que está en todas las decisiones. Responde las preguntas con entusiasmo, mientras come almendras que saca de una bolsa plástica. “Es mi desayuno”, explica. Son las 10.15 de la mañana. 

- ¿Qué de lo que pensaste cuando partió hace una década Tele13 Radio se cumplió?

- No lo había pensado… Yo diría que se cumplió el propósito principal, que era hacer un medio que fuera un lugar de encuentro. Nuestro primer eslogan era: “Es hora de escucharnos” y partimos con una campaña que era media pesada con el estándar que se ocupaba entonces. Por distintos lados llegamos a la conclusión de que no necesitábamos ni profetas ni opinólogos. Era un formato del que yo personalmente estaba cansado. Entonces decidimos dejar la opinión en voces de nuestros columnistas y no de los conductores. Aunque hay cosas en las que siempre tomo partido.

- ¿Cuáles?

- El respeto al estado de derecho y la libertad de expresión, porque son temas sustanciales a mi trabajo; mi medio de comunicación no puede existir en un país donde no hay estado de derecho ni libertad de prensa. Nunca voy a cejar en eso. Pero lo que te decía respecto del inicio de la radio es que fuera un punto de encuentro, porque consideramos que el país estaba muy polarizado. Diez años después, el país está más polarizado, lo cual demuestra que los medios de comunicación no influimos en nada… Pero sí, esta radio tiene una marcada inclinación por el consenso y los acuerdos, un marcado tono de contener conversaciones que son posibles.

- Que convivan voces distintas…

- Exacto. Todo el equipo funciona súper orientado en esa lógica. Pero no es sólo que sean distintas miradas, porque también Sin filtros tiene distintas miradas. Pienso que nosotros estamos en un lugar distinto, estamos privilegiando un contenido poco estridente, apegado a los hechos, aunque eso no esté de moda. Y que sea de alguna manera constructivo. Nunca he creído que nosotros tengamos que venir a subsidiar la democracia ni nada de eso, pero sí creo que uno puede contribuir a un cierto estado de ánimo en quienes te oyen y en quienes participan del debate. Yo soy muy partidario de ser respetuoso, de escuchar el argumento del entrevistado.

"Pienso que nosotros estamos en un lugar distinto, estamos privilegiando un contenido poco estridente, apegado a los hechos, aunque eso no esté de moda. Y que sea de alguna manera constructivo".

- Eso se nota en tus entrevistas, a diferencia de otros que sólo parecen querer derribar a quien tienen al frente.

- Sí. Es un estilo que se fue armando con el tiempo. Es tratar de seguir el diálogo en una entrevista. En 10 años he hecho muchas. 

- ¿Has calculado cuántas?

- A ver… ponte tú esta semana voy a hacer cinco entrevistas en Mesa Central, más dos en el programa del domingo. Siete entrevistas a la semana; unas 300 entrevistas al año. Antes no tenía ese nivel de práctica. Eso te genera un cambio, por supuesto. Ya es algo que sale natural, porque tampoco es que esté impostando ser el Dalai Lama.

- ¿Y qué de lo que pensaste hace 10 años para Tele13 Radio sigue pendiente?

- Que venga el Presidente Boric a la radio; es el único Presidente que no ha venido.

- Pero esa es una decisión del Presidente. Me refiero a algo que hayas pensado editorialmente para la radio y que esté en deuda…

- Me gustaría tener una programación como de radio hablada, lo que los gringos llaman talk radio. Todo el día. Y tener programas donde se puedan tener otras conversaciones.

- ¿Por ejemplo?

- Por ejemplo, el otro día entrevistamos a Paolo Bortolameolli (director de la Orquesta Filarmónica de Santiago). No es evidente que tengamos que entrevistarlo. Hay que mover un poco la tuerca. Necesitamos ese tipo de espacio. Lo hemos podido hacer en podcast, pero merece un espacio en la radio. 

"(Hago) siete entrevistas a la semana; unas 300 entrevistas al año. Antes no tenía ese nivel de práctica. Eso te genera un cambio, por supuesto. Ya es algo que sale natural, porque tampoco es que esté impostando ser el Dalai Lama".

El país impredecible

- Ocurrió mucho en una década. Desde un estallido y una pandemia a dos procesos constitucionales, tres gobiernos. ¿Cómo es el país que has visto pasar en este tiempo?

- Creo que es un país que se ha vuelto extraordinariamente impredecible en el mediano plazo, extremadamente complejo. Un país donde había algunas voces que no se estaban oyendo y que ahora se escuchan. Eso tuvo su paroxismo en la primera Convención, que ya sabemos cómo terminó. Por otra parte, han surgido cosas nuevas. Cuando empezamos, José Antonio Kast estaba probablemente a punto de irse de la UDI, pero no se podía prever en ese momento la derecha que iba a representar o lo que significa hoy. Mucho menos podíamos prever que alguien como Johannes Kaiser iba a estar en la lista presidencial. Eso no ocurría. Y creo que sólo el fracaso de la Convención ha impedido que haya una expresión política de una izquierda más extrema, que entonces se hizo un espacio por sobre los consensos. 

“Había consensos súper claros en la transición y que el 2015 estaban totalmente vigentes -continúa Valenzuela-. Creíamos en el libre comercio internacional, que ahora está tan puesto en duda. Creíamos que el crecimiento y el gasto focalizado podía generar mejores condiciones de vida para los chilenos. Creíamos que el diálogo democrático debía darse en cierto marco. Cuando partimos habían pasado dos años de los 40 años del golpe, donde se produjo una cosa muy heavy en términos de la difusión, con programas con éxito de rating, porque había una generación entera que estaba exponiéndose por primera vez a esos contenidos. Pero al mismo tiempo había un consenso muy claro respecto a que esto no podía pasar. Hoy ese consenso está más difuso, curiosamente… Pero bueno, como dice Joan Manuel Serrat: ‘Nunca es triste la verdad, lo que no tiene es remedio’. Surgieron otras voces, algunas son como los gremlins, como diría el bueno de Ascanio (Cavallo), algunas son súper aportadoras, otras llenan un vacío en la sociedad. Como sea, y sin juzgarlo, hace que todo el análisis sea más complejo”.

- Decías que haces 300 entrevistas por año. En una década serían 3.000. ¿Algunas que recuerdes especialmente porque te impactaron, te sorprendieron?

- Chuta, qué difícil. Tengo un recuerdo que está tamizado por la repercusión. En 2018, al inicio del segundo gobierno de Piñera. Una entrevista con Isabel Plá, que después citó Carlos Peña, sobre feminismo y derecha. Lo mismo que ocurrió con Hernán Larraín padre, como ministro de Justicia, sobre derechos humanos y la responsabilidad de los civiles en la dictadura. Ha habido entrevistas con momentos muy espectaculares. Carolina Tohá estaba recién en el gabinete y nos dice que está muy enojada porque se había filtrado un audio de una reunión del presidente en Cerro Castillo con parlamentarios. No todo el mundo sabía, yo de hecho no lo sabía. Y ella lo cuenta y golpea con eso. Recuerdo también cuando ganó Donald Trump por primera vez. Al día siguiente de la elección estaba invitado Piñera a la radio y yo estaba haciendo el programa desde Nueva York. Conversamos. Piñera estaba aquí solo en el estudio, era como el dueño de casa y, como había ganado Trump, al final me terminó entrevistando él.

- Has entrevistado a prácticamente todos los Presidentes de Chile.

- Sí. Siempre esas entrevistas son importantes. Yo soy súper institucionalista, por decirlo así. Creo que al Presidente de la República hay que tratarlo de usted y tratarlo de Presidente incluso cuando dejan de serlo. Siento que tienen como un cierto estado de gracia, lo que no impide que se equivoquen, pero igual encarnan una cosa que está por sobre ellos mismos.

"Yo soy súper institucionalista, por decirlo así. Creo que al Presidente de la República hay que tratarlo de usted y tratarlo de Presidente incluso cuando dejan de serlo. Siento que tienen como un cierto estado de gracia".

Sin jugar sucio

Iván Valenzuela se levanta de lunes a viernes a las 5 de la mañana. Luego lee prensa, se va a la radio, realiza sus programas, a la 1 de la tarde conduce Teletrece Tarde y dos horas después ya está de regreso en su casa. Generalmente duerme siesta. “La necesito y me encanta. Cuando tengo tiempo, es como de una hora”.

Dice que el salto diario entre la radio y la televisión -está en Canal 13 desde 2001- no le implica esfuerzo adicional. Y eso, explica, es porque encontró una voz propia. “Hace muchos años, mi amigo Alberto Fuguet, en la época de la Rock & Pop, me dijo que uno tenía que encontrar su voz y yo siento que así como para esa época la encontré, de alguna manera estos 10 años acá han consolidado esa misma idea”.

- ¿Cómo es esa voz propia?

- Yo pregunto desde la sensatez y hago las preguntas que me parecen pertinentes y legítimas. Sin encerronas, sin jugar sucio. Uno se puede equivocar muchas veces, lo que no puede pasar es equivocarse de mala fe.

Dice Valenzuela que mantenerse en esa voz propia a veces le trae críticas. “Ponte tú, el domingo me pegaron duro por preguntarle a Jeannette Jara por lo de Tohá y Marcel, decían que yo era facho. La semana anterior, en cambio, me pegaron porque decían que era rojo luego de que el Checho Hirane dijo que yo era un reconocido periodista de izquierda. Y lo que yo hago es hacer las preguntas que son obvias y que le hacen bien al país. No hago activismo. Nunca he dicho por quién voto y la gente se lo pregunta. Mi mujer es la única que sabe. Sí siempre he dicho que estuve contra Pinochet porque era evidente, todos los que estaban en la universidad conmigo lo sabían, pero eso no me convierte ni en comunista ni en facho. Esa era, para mi gusto, una decisión moral”. 

- Quienes trabajan contigo reconocen que tienes una memoria impresionante. ¿Es natural o fruto del esfuerzo?

- Siempre la he tenido. Pero me acuerdo de puras leseras. Me gustaría acordarme más de sonetos de Shakespeare, digamos. Otra facilidad que tengo es que leo y retengo de inmediato. 

- Te rodea un equipo mayoritariamente femenino. Las integrantes del Rat Pack son hoy sólo mujeres. ¿Te sientes más cómodo así?

- No tengo un prurito ni a favor ni en contra de eso. Es un diseño que se implementó como al final del segundo año de la radio. A mí me pareció una buena idea. Además con eso comenzó la especialización del Rat Pack. Lo que teníamos antes eran editores del Canal 13 que venían y opinaban, ahora en cambio se dan informes con reporteo especial. A mí lo que más me gusta es que las editoras del Rat Pack son súper buenas; ése es el mejor criterio para mirarlo.

Cierto cable a tierra

Un estudio Cadem publicado en marzo incluyó a Valenzuela entre los rostros mediáticos más conocidos y mejor evaluados. Lugar en que están también, por ejemplo, Juan Manuel Astorga y Soledad Onetto. “Me siento bien con eso, contento, me da gusto -reconoce él-. Me siento orgulloso con mi familia. Mis hijos tienen una razón para estar contentos ya que su papá se ha valorado. Y mi mujer también”.

- ¿Y qué pasa con el ego?

- Creo que el ego lo tengo harto controlado. Pero es imposible no tener ego. Salir al aire es un ejercicio egótico, ya que necesitas estar satisfaciendo algo que equilibre la presión que significa esa exposición. Decir lo contrario, es mentira. Igual el ego a veces te juega malas pasadas, porque te crees más de lo que eres. Como dice la canción argentina: “No te creas tan importante”. Yo siempre pienso en eso y es una manera de mantener un cierto cable a tierra. Nada de lo que hacemos es tan importante para la gente.

- ¿A qué te refieres?

- La gente tiene hijos, preocupaciones, tiene pareja. Tiene que pagar el arriendo, el colegio. Eso es lo importante para la gente. Nosotros no; y es bueno tenerlo en cuenta. 

"Salir al aire es un ejercicio egótico, ya que necesitas estar satisfaciendo algo que equilibre la presión que significa esa exposición. Decir lo contrario, es mentira".

- Más allá de egos controlados o no, un rostro siempre tiene miedo de perder visibilidad, hay una presión por estar vigente. ¿Eso es algo que a ti te atormenta?

- Sí, y me pasa una cosa: que salir en la tele, ser conocido, trae beneficios. Si vas a una clínica, se van a preocupar un poco más; pasan cosas así. Pero también hay gente que ni se entera. Yo hago ocho horas a la semana en televisión y unas 20 de radio. O sea, son 28 horas a la semana al aire. Pero es obvio que la gente puede no enterarse y no tener idea.

El sábado 3 de mayo, Valenzuela cumplió 59 años. Y con eso empezó los descuentos hacia los 60. “Eso es lo que me habría dicho mi abuelita si estuviera viva: ‘Entraste a los 60’”, comenta. “El otro día hice el ejercicio y pensé en mi papá a los 60. Como era de otra generación, a esa edad ya era un señor mayor. De hecho, jubiló unos años después. Yo no me siento para nada en esa situación. No tuve crisis a los 40, ni a los 50; y espero no tenerla a los 60”.

- ¿Estás en el mejor momento de tu carrera?

- Siempre, a lo largo de mi carrera, he sentido que estoy en el mejor momento. Lo he pasado muy bien trabajando, he tenido mucha suerte. Cuando empecé, escribía en el Wiken de El Mercurio. Después, mis cuatro años de radio Rock & Pop fueron plenos. Lo mismo en Canal 13, con los altibajos y todo. Siempre tenía algún proyecto que me entusiasmaba. En Cooperativa, Lo que queda del día era un programazo. Y ahora, en Tele13 Radio, me siento la raja. Digamos entonces que ha sido una sumatoria de momentos plenos.

- ¿Y hasta cuándo en esto, con este ritmo?

- ¿10 años más?… Lo que me pasa, sinceramente, es que estoy muy agradecido de la posición en la que estoy ahora, entonces no pienso en el futuro. No tengo un plan.

- Has estado en prensa escrita, radio, televisión. En contingencia, en cultura, distintos temas. ¿Qué te falta?

- Realmente lo que me gustaría volver a hacer en algún momento es un programa de poner canciones en la radio. Para mí, eso es algo extremadamente parecido al trabajo perfecto.

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