Personaje
Rojas Vade antes de la política: estudiante de teatro y operador de aerolíneas
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Madrid, París, Chicago, Dubái y Bangkok. Todas esas ciudades fueron visitadas por Rodrigo Rojas Vade durante su etapa laboral en Latam. “Le decíamos peladito, pero en ese tiempo era otro”, relata un excompañero de trabajo.
Rodrigo Rojas Vade -el convencional que el fin de semana pasado confesó no tener cáncer- nació en Puente Alto y estudió en el Colegio Polivalente San Damián de La Florida, donde egresó el 2001. Al año siguiente se matriculó en Teatro en la Universidad Mayor, carrera que abandonó tres años después por la situación económica familiar.
Luego, decidió estudiar por tres semestres Técnico de Nivel Superior en Servicios de Vuelo mientras trabajaba en el Mall Florida Center. En 2009 entró a Latam como operador de vuelos. Su rol era chequear y analizar las tareas vinculadas al despegue de un avión, como planificación de ruta, cálculo de combustible, estiba de carga y análisis meteorológico.
“Era muy tranquilo. Disfrutaba de viajar, en especial a Miami”, asegura el mismo conocido, quien cuenta que en ese entonces a Vade le gustaba la tecnología, las redes sociales y las fiestas. También coincide en su estrecha relación con sus padres y su pareja -Claudio Castillo, conocido como Caco, ingeniero ambiental-, a quien conoció en 2007 antes de entrar a Latam.
Otro cercano complementa que Rojas Vade “tenía un humor muy negro, de muchos amigos, muy extrovertido, siempre muy alegre. Él decía que era un gozador de la vida porque en cualquier momento se podía morir”.
Trabajó regularmente hasta 2012, año que le dijo a sus cercanos que le habían diagnosticado leucemia linfoblástica aguda mixta, uno de los cánceres más invasivos y que requiere largos procesos de quimioterapia y radioterapia. Sus colegas y jefes de Lan -compañía que por ese tiempo no había concretado su alianza con la aerolínea brasileña Tam- lo apoyaron. Le reorganizaron sus horarios y le acomodaron los días para viajar.
Meses después comenzó con su “tratamiento” en Barcelona, específicamente en el Hospital Vall d’Hebron. Incluso, comentan fuentes conocedoras, sus pares consiguieron que volara gratis a Europa para uno de sus ensayos clínicos. Además, se hacía exámenes regulares en Santiago que lo ausentaban algunos días de su trabajo en el aeropuerto. Respecto a esto, no se sabe si Latam revisará las múltiples licencias médicas que Rojas Vade presentó durante años.
De la tierra al aire: etapa JetSMART
El 7 de agosto de 2017 llegó a JetSMART. Su objetivo era ser tripulante de cabina, ya que en Latam solo había trabajado en tierra. “Su sueño era ese. Nos dijo que por eso se cambió de empresa. Quería trabajar arriba en los aviones”, dice una amiga cercana, quien agrega que tuvo experiencia en vuelos nacionales e internacionales.
En ese tiempo Rojas Vade escribía sus vivencias en un blog llamado “Cáncer, realidad sin filtro”. Eran pensamientos, reacciones y experiencias como paciente de leucemia. Le decía a sus colegas que lo leyeran. Sin embargo, ese sitio ya no se encuentra disponible.
Además, antes de cada vuelo, subía fotos a su Instagram personal junto con la tripulación y los aviones de JetSMART. Generalmente etiquetaba a la cuenta @cabin_crew_cl. Hoy, eso sí, su usuario @pelaovade se encuentra privado y con decenas de fotos eliminadas.
“Era muy alegre y trabajador. Siempre tenía una sonrisa. Todo esto, obvio, antes del estallido social”, dice una actual trabajadora de la aerolínea controlada por el fondo de inversión estadounidense Indigo Partners, quien agrega que sus pares le organizaron una rifa para que pudiera costear su enfermedad.
En octubre de 2019 Rojas Vade estuvo hospitalizado en Santiago. Fue ahí, le dijo en múltiples ocasiones a su círculo cercano, cuando vio por televisión las primeras imágenes del estallido social. El 22 de ese mes lo dieron de alta y decidió ir a Plaza Italia con un cartón que hacía alusión a su enfermedad. Ahí comenzó todo.
A pesar de estar largas horas protestando, siguió trabajando en JetSMART. “Cada vez que terminaba sus turnos se iba a Plaza Italia”, comenta una ex colega. En ese mismo contexto, junto a otros 54 trabajadores, formó la primera organización sindical de tripulantes de cabina de la aerolínea. “Empezó a decir que no tenía nada que perder”, recuerda.
Denuncia a JetSMART
El vínculo contractual entre Rojas Vade y la aerolínea se terminó el 27 de abril de 2020. La compañía lo desvinculó por falta de vuelos producto del coronavirus. El 9 de diciembre de ese mismo año el actual convencional, acompañado de otras 12 personas, ingresaron una demanda ante el 1º Juzgado de Letras del Trabajo de Santiago en contra de JetSMART. En el escrito acusan que la firma vulneró sus derechos por prácticas antisindicales.
“A finales de abril se nos comunica nuestro despido por la causal de necesidades de la empresa debido a una reestructuración por el Covid-19. Ante ello nos dimos cuenta de que, de 25 despidos en total, 21 trabajadores pertenecemos al sindicato”, se lee del documento, donde agregan que el universo total de tripulantes de cabina era 164 trabajadores.
Rojas Vade solicitó una indemnización por $ 16.831.990 por distintos ítems, el monto más alto de los 13 denunciantes. En la demanda nunca hizo alusión a su cáncer.
El caso llegó a conciliación el 8 de marzo de 2021 en una audiencia preparatoria. Las partes acordaron que JetSMART pagaría la suma única de $ 3.406.380, que aplicaría para la totalidad de los 13 denunciantes.
Aparte de este conflicto legal, Rojas Vade enfrentó una demanda civil de Scotiabank ante el 19º Juzgado Civil de Santiago. El banco, en su denuncia, estipuló que tenía una deuda impaga por $ 21.571.567.
El martes 7 de septiembre el diputado de Renovación Nacional Tomás Andrés Fuentes presentó una querella ante el 7º Juzgado de Garantía de Santiago, donde acusa a Rodrigo Rojas Vade de autor del delito de perjurio.