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Marcel el día después. Las 48 horas del ministro post rechazo de la reforma tributaria
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El tráfico impedía avanzar al automóvil que transportaba al ministro de Hacienda, Mario Marcel, el viernes 10 por la mañana, así es que el secretario de Estado prefirió bajarse del vehículo y caminar junto a sus escoltas Cristián y Ricardo por un costado de La Moneda hasta el edificio de Teatinos 120 donde está ubicada su oficina.
En el camino fue interceptado por un grupo de periodistas que esperaba expectante el anunciado cambio de gabinete, los que se dieron cuenta inmediatamente que se había afeitado y ya no lucía el “chivo” de los días anteriores. “Concluí que la barba me había traído mala suerte”, dijo medio en broma el jefe de las finanzas públicas.
Fue una semana de sinsabores para Marcel, que incluso antes de asumir en Hacienda en marzo pasado, ya trabajaba con un equipo desde su casa en Providencia, en la reforma tributaria que sería una de sus grandes misiones en el nuevo gobierno, junto con mantener la estabilidad fiscal.
Pero todo pareció desvanecerse el miércoles alrededor de mediodía, cuando, de manera inesperada, al menos para el gobierno, la Cámara de Diputados rechazó la de idea de legislar la reforma tributaria por 73 votos a favor, 71 en contra y 3 abstenciones. No se logró el quórum de 78 votos que requería su aprobación.
Tras el resultado, el ministro miró la pantalla de la sala, visiblemente molesto salió acompañado de Ana Lya Uriarte, secretaria general de la Presidencia, hacia la oficina ubicada a un costado del hemiciclo. Ahí se reunieron con sus respectivas subsecretarias, Claudia Sanhueza de Hacienda -desde el viernes subsecretaria de Relaciones Económicas Internacionales, sucediendo a José Miguel Ahumada- y Macarena Lobos de Segpres y con sus equipos de prensa para analizar lo sucedido.
Fue en ese lugar que Marcel y Uriarte revisaron el informe con el detalle de las votaciones, donde quedaba claro quiénes habían apoyado la reforma y quiénes no. “Entre todo lo negro -dice una persona que estuvo presente- fue reconfortante saber que los parlamentarios de gobierno habían apoyado el proyecto”.
El titular de Hacienda confirmó a este medio que las duras palabras que entregó post votación “no fueron un exabrupto motivado por la frustración o la rabia”, sino “una respuesta bien pensada” que graficaba perfectamente su pensamiento frente a lo que acaba de ocurrir.
El llamado de Boric
A los pocos minutos sonó el celular de la ministra Uriarte. El Presidente Gabriel Boric quería saber de primera fuente qué había ocurrido. Marcel y la ministra hablaron juntos con el mandatario, quien a esa hora estaba a punto de abordar el avión de la FACH que lo llevaría rumbo a Tarapacá. “Le avisé el resultado al Presidente y estuvo muy decepcionado, quería saber dónde había estado el problema de los votos. Dentro de la decepción, fue tranquilizador y alentador para él saber que los votos de los parlamentarios de gobierno fueron todos a favor del proyecto. No hubo ni vacilaciones ni díscolos, ni cosas de ese tipo. La derecha anticipábamos más o menos cómo iba a votar, pero uno siempre tiene la esperanza de que se entiendan las razones y, por otro lado, cómo se ha ido entendiendo esta suerte de alineamiento de estos partidos más chicos que han ido surgiendo como el Demócrata. En fin”, comentó Mario Marcel a DF MAS, el viernes tras participar de una entrevista transmitida en vivo por Diario Financiero.
Lo que vino después fue la entrada de parlamentarios, entre ellos el presidente de la Cámara, Vlado Mirosevic, quien flanqueó al ministro Marcel a modo de apoyo en el punto de prensa. Pese a que en la prensa se dijo lo contrario, el titular de Hacienda confirmó a este medio que las duras palabras que entregó post votación “no fueron un exabrupto motivado por la frustración o la rabia”, sino “una respuesta bien pensada” que graficaba perfectamente su pensamiento frente a lo que acaba de ocurrir.
“Lo que hemos tenido en esta votación es que la ideología se impuso sobre el pragmatismo, la ideología se impuso sobre el diálogo. El Ejecutivo presentó cerca de 90 indicaciones a este proyecto, participó en la tramitación de este proyecto durante ocho meses y antecedió a eso un proceso de diálogo con la ciudadanía. Por lo tanto, quienes simplemente se ampararon en eslóganes, en ideología, son los que hoy, desgraciadamente, se han impuesto en esta votación”, dijo el secretario de Estado a la salida de la votación, junto con nombrar una a una las iniciativas que no lograrán ser financiadas sin la reforma tributaria.
“Yo preparé mis notas. Hay gente que dice que fue el exabrupto, pero no, yo fui anotando y tenía todo bien ordenado y pensé muy bien lo que iba a decir. Fue algo que pensé bien, no fue un arranque del momento”, explica Marcel.
La desazón se sentía en el aire en la oficina de la Segpres, donde tras el punto de prensa el ministro volvió a reunirse con su equipo. Fue ahí cuando improvisó un discurso en el que agradeció a los que habían trabajado en el proyecto, en especial al director del Servicio de Impuestos Internos, Hernán Frigolett, quien también se encontraba entre los presentes.
Tras eso partió solo con su chofer de regreso a su oficina en Santiago, donde estuvo varias horas en el comité político, el que aún analiza los diversos caminos a seguir tras el inesperado rechazo de la reforma emblema del gobierno.
Llamados y reuniones de última hora
A las 20 horas de ese miércoles, Marcel salió de su oficina rumbo a su casa. Pero, según el mismo confirmó en entrevista al diario El País en España, recibió varios llamados de apoyo, entre ellos del presidente del Senado, Álvaro Elizalde y del senador Ricardo Lagos Weber. Según fuentes cercanas, también recibió mensajes desde representantes del empresariado e incluso desde congresistas de derecha quienes le plantearon alguna manera de buscar nuevos caminos.
“Me he sentido decepcionado la verdad. Uno lleva muchos años trabajando y predicando sobre la responsabilidad fiscal y ver que hay sectores que pareciera no importarles mucho”, dice Marcel, quien en la entrevista transmitida por Diario Financiero el viernes en la mañana señaló: “He encontrado mucha más recepción en el mundo empresarial que en el político”.
La desilusión de Marcel también tiene que ver con que algunos de los diputados que votaron en contra del proyecto se habían reunido personalmente con él. Sin ir más lejos, el martes 7 a las 18:30 en el salón Inés Henríquez el ministro se juntó con los diputados (exDC y ahora Demócratas) Joanna Pérez y Jorge Saffirio, quienes le entregaron una minuta con 21 medidas de lo que le faltaba a la reforma para apoyar a las pymes. El equipo técnico del ministerio trabajó en una respuesta para cada una de ellas, la que fue entregada por mail y luego por mano a los congresistas al día siguientes antes de la votación. Sin embargo, no convenció a los diputados, que votaron en contra de la idea de legislar.
“La discusión fue muy frustrante. Hubo una organización de pymes que distribuyó críticas a la reforma, nosotros preparamos una minuta respondiendo cada uno de los puntos y sin embargo los parlamentarios seguían repitiendo lo mismo. Yo intervine más de lo habitual en una votación, intervine cuatro veces para entregar datos, para precisar cosas, pero me parecía que no se escuchaba mucho”, señala Marcel.
Desde su equipo, lamentan también los votos en contra de la derecha. Dicen que el equipo técnico del ministerio se reunió con sus pares de la oposición en varias oportunidades donde se conversaron temas que eran importantes para la derecha, como que se bajara la tasa base de los impuestos a las utilidades retenidas.
“De esas conversaciones se redujo la recaudación de la reforma desde 4,1% a 3,6% del PIB. Son parte de las concesiones que se hicieron a petición de la derecha, así como también la extensión del beneficio del DFL2 para los adultos mayores”, explican.
La cita con el presidente
El jueves fue un día de entrevistas. El ministro de Hacienda partió la jornada en Radio Concierto, para luego seguir en comité político durante la mañana, el que esta vez fue ampliado con los representantes de los partidos.
A la salida hizo una rueda de prensa y a las 2 de la tarde dio una extensa entrevista al diario El País de España en la que analizó en profundidad lo ocurrido la jornada del miércoles y las repercusiones que tendrá para los planes del gobierno. “La dinámica política se ha tensionado en Chile y ya no son suficientes los argumentos”, fueron sus palabras al diario de habla hispana más leído en el mundo.
Como es su costumbre, almorzó solo en su oficina, participó de reuniones con sus equipos del ministerio durante la tarde y partió a Mega donde daría la última entrevista del día.
Durante todo el jueves, los llamados y mensajes con el Presidente fueron permanentes. Ambos planeaban reunirse esa noche apenas el mandatario aterrizara desde la Región de Tarapacá. Pero no fue posible. Gabriel Boric llegó pasada la medianoche a Santiago.
El cambio de gabinete siguió revolviendo las aguas de una semana convulsionada. Por lo mismo, había dudas de que el ministro Marcel asistiera a la entrevista que tenía con el Diario Financiero en Tánica. Pero ahí estaba. A las 8:30, pidiendo café, comiendo tapaditos, y estrenando su nuevo look sin barba y con una corbata “rockera” en tonos negro, morado y rosado.
Era el personaje de la semana, pero hizo gala de su templanza. Se sentó en el escenario, dejó su celular sobre la mesa lateral, se arregló los calcetines con bordados en forma de bigote y respondió una a una las preguntas, mientras 10 mil personas lo escuchaban conectadas al streaming de DF.
Al salir, se dio tiempo de responder, antes de entrar a su auto en el estacionamiento, algunas preguntas para DF MAS, mientras sus escoltas y sus asesores de prensa lo esperaban ansiosos para llevarlo a la ceremonia de cambio de gabinete.
La renovación en el equipo de gobierno, adelantó en ese minuto el ministro, vendría a fortalecer la gestión de gobierno y podría ayudar, en parte, a favorecer un ambiente más propicio al diálogo.
Después de varias horas de retraso, el cambio de gabinete se concretó a las 15:30. Recién a las 16:37, terminada la ceremonia, desde los patios de La Moneda se pudo distinguir la figura de Mario Marcel en el despacho del presidente.
¿Marzo 2024?
Según explican cercanos al equipo del ministro, las salidas para reflotar la reforma, el menos en el corto plazo, no son muchas. Para revivir el proyecto una opción es acudir al Senado, donde se requiere 2/3 de apoyo. Pero el jueves de esta semana los 11 senadores de Renovación Nacional echaron por tierra esa opción: dijeron que no estarían disponibles para aprobar la reforma, lo que dificulta lograr el quórum requerido.
Ahora, el gobierno apuesta a llegar a algún tipo de acuerdo para empujar su agenda en esta y otras materias. Pero Marcel, pragmático, reconoce que los tiempos electorales y la institucionalidad dificultan esas tratativas: “No es un acuerdo fácil, el problema es que a veces no se ponderan bien las normas institucionales. Rechazar en general no es lo mismo que rechazar en particular. Entonces eso dificulta mucho todo el proceso posterior. Y si ahora tenemos elecciones en mayo, de aquí a esa fecha lo único que vamos a tener es gente que se desafía, que se toca la oreja, pero disposición a dialogar y llegar a acuerdos es muy difícil que tengamos”, reconoce a DF MAS.
Volver a ingresar el proyecto en marzo de 2024, que es lo que permite las normas del Congreso cuando se rechaza la idea de legislar sobre una ley, es, hasta ahora, la alternativa más plausible, reconocen al interior del ministerio. Pero todo está por verse.