Personaje
Pablo Piñera: “Tatán, cuando creciste fuiste un gran hermano”
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“Algunas anécdotas de mi infancia con Sebastián, más conocido en esos años como Tatán.
Sebastián es un año y 5 días mayor que yo. Nuestros primeros años fueron en Nueva York donde llegué de 2 años, por trabajo de mi padre, y nuestra gran entretención era ir al Central Park cuando nevaba para tirarnos en trineo. Eran épocas de tranquilidad, Miguel aún no había nacido. Sebastián, como siempre, contra total oposición de mi madre, se tiró donde no debía, y terminamos todos en el hospital. Fue muy retado después por mi madre. Pero parece que no aprendió.
De vuelta a Chile ya éramos 6 hijos. Mi madre -feminista adelantada-, puso a mi hermana mayor y a la menor (que tenían 15 años de diferencia) en piezas individuales y a los 4 hombres en una pieza con dos camarotes. Ahí aprendimos a sobrevivir. Miguel era el más despierto de nosotros, él dominaba el espacio con música, trasnoche, siendo un niño. Ahí aprendimos, como decía el Presidente Aylwin, que el mercado es cruel.
Después partimos a Bélgica por trabajo de mi padre, sin los dos hermanos mayores (Guadalupe y José). Ahí nuestra gran competencia era quién era más alto. Para molestar a Sebastián le pusimos “el Chatito”. Mi madre, que era barrera, le puso “el Chatito de oro”. Finalmente terminamos midiendo lo mismo.
El cantante top en esa época en Bélgica era Adamo. Sebastián se peinaba igual que él con la esperanza de pincharse -como decíamos en esa época- a algunas fans. Según él, le fue muy bien, pero nunca hubo testimonios gráficos ni testigos.
Al volver a Chile, ya adolescentes, vivíamos a tres casas de la Cecilia Morel y me mandaba a espiar por hora, para ver cuando venía caminando la Cecilia. Ahí yo le avisaba y él salía por casualidad y se encontraba con ella. Nunca me remuneró por los servicios prestados.
Tatán, cuando creciste fuiste un gran hermano. Siempre buscaste desafíos en todos los ámbitos, incluyendo el deportivo. Te gustaba el riesgo: helicóptero, parapente moto, caballos (todo a los 70 años). Te sentías más libre, en especial cuando volabas. Desgraciadamente, en tu último vuelo seguiste a la eternidad”.