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Personaje

Rector Sánchez ad portas de dejar el cargo y a la espera de su sucesor: “Hay que andar libre de equipaje por la vida”

Rector Sánchez ad portas de dejar el cargo y a la espera de su sucesor: “Hay que andar libre de equipaje por la vida”

El 18 marzo Ignacio Sánchez entregará el cargo que ha ocupado por 15 años en la UC. No le costó tomar esa decisión: “Personalizar la universidad no es bueno”, explica. El nombre de quién lo sucederá se conocerá en los próximos días. Él asegura no saber quién es y descarta haber conversado el tema con monseñor Fernando Chomali. En esta entrevista repasa su gestión, explica su a veces criticada exposición en la prensa y detalla el año sabático que se tomará entre Edimburgo y Nueva York.

Por: Patricio De la Paz - Foto Verónica Ortíz | Publicado: Sábado 11 de enero de 2025 a las 21:00
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“¿Quiere una primicia?”, pregunta de pronto el rector Ignacio Sánchez y se pone de pie. Sale de su oficina en el segundo piso de la Casa Central de la Universidad Católica y justo afuera, a pocos metros, muestra un cuadro. Son muchos círculos de colores, pintados con distintos materiales -desde lápices a acuarelas-, sobre un fondo blanco. Cuenta que se lo regaló para Navidad el cardenal Fernando Chomali, arzobispo de Santiago y quien es además el gran canciller de la UC. Lo pintó el propio sacerdote, como lo deja claro su firma estampada con letra imprenta en la esquina inferior derecha. “¿Sabe qué son las figuras?”, vuelve a preguntar Sánchez. Difícil adivinarlo, todo es muy abstracto. “Son ángeles. Me lo dijo el cardenal”, responde.

Es una mañana calurosa de enero. Ignacio Sánchez (63, pediatra) está con ganas de conversar. El próximo 18 de marzo cierra un ciclo de 15 años como rector de la UC, después de haber estado en el cargo tres periodos consecutivos. Por estos días debe conocerse quién será la persona que lo sucederá, luego de que monseñor Chomali enviara en diciembre a Roma el nombre que eligió entre la terna de candidatos que le propuso el Comité de Búsqueda que durante tres meses se reunió con toda la comunidad universitaria. Luego de que el Vaticano ratifique el nombre, éste se hará público. 

- ¿Usted ya sabe quién lo sucederá en la rectoría?
- No.

- Pero dicen que su opinión pesa en la decisión de monseñor Chomali. ¿No lo hablaron? ¿Él no le consultó?
- No. Mi participación en esta temática del nuevo rector o rectora se basó fundamentalmente en mis reuniones con el Comité de Búsqueda a las que fui citado, al igual que fueron otros miembros de la comunidad, decanos, profesores, estudiantes, etc. Yo tuve dos reuniones donde repasamos los desafíos de la institución y quiénes serían las personas más apropiadas para el cargo. Con el cardenal no hablé sobre este tema.

"Yo tuve dos reuniones con el Comité de Búsqueda donde repasamos los desafíos de la institución y quiénes serían las personas más apropiadas para el cargo. Con el cardenal no hablé sobre este tema".
Durante estas semanas, diversos nombres posibles han aparecido en la prensa y se comentan al interior de la UC. Todos son conocidos del actual rector. Los que más suenan son Juan Carlos De la Llera, decano por 12 años de la Facultad de Ingeniería, y el bioquímico Juan Larraín, experto en ética de la ciencia y quien fue dos veces vicerrector -de investigación y luego académico- en la gestión de Sánchez.

También se ha mencionado al psicólogo Roberto González, vicerrector académico entre 2010 y 2015; al abogado Carlos Frontaura, ex decano de Derecho; a la historiadora Sol Serrano, Premio Nacional y ex vicerrectora de investigación; y a la profesora y lingüista Lorena Medina, ex decana de Educación. 

- Rector, ¿la universidad queda en buenas manos con cualquiera de esos nombres?
- El trabajo que hizo el Comité de Búsqueda, tras más de 150 reuniones, fue ver esas seis personas que usted menciona y también tres o cuatro más que surgieron. Todas tienen una larga trayectoria y experiencia. Y lo importante es que interpreten, por una parte, el sentir de la comunidad; y por otra, que tengan el liderazgo para hacerse cargo de este encargo. A mí me alegra que haya habido opciones importantes, en áreas bien amplias.

- No hay médicos. Usted y los dos anteriores rectores -Pedro Rosso y Juan de Dios Vial- lo han sido. ¿Qué pasó ahora?
- Creo que después de 40 años de liderazgo, era sano dar aire. Habla de la amplitud de la Facultad de Medicina.

- ¿Hay posibilidad de que ahora sea nombrada por primera vez una rectora?
- En las últimas dos ternas ha habido profesoras y es probable que en la actual también. Siempre se ha considerado que lo que se busca es la mejor persona, sea hombre o mujer, que represente más el sentir de la comunidad y los desafíos que se avizoran para el próximo tiempo. 

- Si bien hay nombres que suenan con insistencia, ¿hay espacio para sorpresas?
- El Comité de Búsqueda no es un comité electoral. Si van a tomar la decisión sólo por quienes son los más nombrados, no están haciendo una búsqueda. Pero por otro lado, tampoco puede hacer caso omiso de lo que dice la comunidad universitaria y los liderazgos naturales. Debe ser una combinación. Yo tengo que decir que el nombre mío en el 2010 surgió en la última parte del Comité de Búsqueda. No surgió inicialmente, entonces siempre es una búsqueda, es estar abiertos a que junto con las personas que han manifestado su voluntad previo al inicio del comité, también surjan otras.
 

“Personalizar la universidad no es bueno”

- Usted dice que el rector “debe ser la mejor persona para el mejor momento”. ¿Cómo es el momento actual?
- Si se revisan los últimos 60 años de la universidad, uno puede ver que ha encontrado a las mejores personas para los tiempos que han correspondido al momento y las circunstancias. Fernando Castillo Velasco, Jorge Swett, Juan de Dios Vial, Pedro Rosso.

- Pero hoy, ¿cómo es el momento, qué persona se requiere, qué desafíos enfrentará?
- Nosotros estamos en un proceso de inclusión en educación superior que iniciamos hace tiempo y se va a profundizar. Hemos ido incorporando estudiantes que hace unos años no estaban en nuestra institución de manera tan significativa: hoy tenemos casi un 50% de estudiantes del sector público, particular subvencionado, municipal; un número muy importante de estudiantes con necesidades educativas especiales; un número de estudiantes en ascenso de pueblos originarios y población migrante. Otro desafío es la convivencia universitaria. En total debemos ser unas 60.000 personas, que es como una ciudad, entonces la convivencia universitaria es clave para la cohesión social futura y la formación democrática. Entre estos temas de presente y futuro se podrían incluir también la innovación docente, la inteligencia artificial, las nuevas formas de evaluación y la generación de nuevo conocimiento.

El rector Sánchez cuenta que está preparando un informe de 200 páginas para entregarle en enero a quien sea su sucesor. Allí están todos los temas abordados en estos 15 años en el cargo (ver recuadro). Agrega que se reunirán la última semana de enero para comenzar el traspaso y que igual estará disponible en febrero si se requiere, pese a que estará de vacaciones. Continuarán con las reuniones durante las dos primeras semanas de marzo, hasta que entregue formalmente el cargo en una ceremonia ya agendada para las 10 de la mañana del martes 18.  
Dice Sánchez que no le costó tomar la decisión de no repostularse a un nuevo período de rector. Lo oficializó en junio pasado, después de dar la cuenta pública de la universidad, aunque ya lo venía comentando desde octubre del 2023.
Sánchez muestra un cuadro. Son círculos de colores sobre un fondo blanco. Cuenta que se lo regaló para Navidad el cardenal Chomali, quien es el Gran Canciller de la UC. Lo pintó el propio sacerdote.
“De verdad que no me costó decidirlo -explica Sánchez-. Llevo 45 años en la Universidad Católica desde mi primer año de Medicina hasta ahora, así que la rectoría ha sido un área más en que me he desempeñado y estoy muy agradecido. Ha sido un encargo y se lo paso ahora el nuevo rector o rectora. Pienso que las instituciones necesitan un cambio después de 15 años. Personalizar la universidad no es bueno”.

- Eso, con 15 años en el cargo, debe ser una amenaza permanente, ¿no?
- Yo he sido un instrumento de desarrollo de la institución sirviendo al país, a la Iglesia, pero trato de tener esa mirada lo más humilde y distanciada posible para poder sentir libertad interior. Hay que andar libre de equipaje por la vida. Cuando camino no anda caminando el rector sino Ignacio Sánchez; en este periodo he sido rector circunstancialmente, pero no me envolvió en un manto de cargo. Uno debe tener libertad de no estar amarrado a estereotipos de lo que hace o debiera hacer el rector de la Católica.

- Usted fue un actor activo de la discusión pública en el país, con columnas, cartas, entrevistas frecuentes. Mucho más que los rectores anteriores. ¿Por qué?
- Por dos motivos principales. Primero, porque me di cuenta precozmente de que no había ningún tema de debate nacional en donde la universidad no tuviera una reflexión, algo que decir. Segundo, porque era muy importante que la sociedad supiera lo que hacía la Universidad Católica, con sus iniciativas abundantes y fructíferas.

- Dice que no hay que personalizar la universidad, pero voces críticas sostienen que usted aparecía demasiado en medios. Que había afán de exposición. ¿Qué responde?
- En algún momento se me planteó eso. La verdad es que había algunas personas que pensaban que yo podía tener otros objetivos después de ser rector, pero eso nunca fue así. Siempre el objetivo fue presentar lo que hacía la universidad. A eso se sumaban entrevistas que tenían que ver con situaciones coyunturales del país, ya que tenía la impresión de que nuestra institución siempre había sido muy reconocida y respetada en los ámbitos académicos, pero estaba menos presente en la vida nacional. Y tomé como objetivo ponerla ahí. A lo mejor en algunos aspectos podría haber moderado la presencia, pero creo que cuando no se está presente, otras instituciones lo están.

- ¿Lleva la cuenta de cuántas columnas escribió como rector?
- Entre cartas y columnas, fueron más de 400 por periodo. O sea, como 120 por año. Más o menos dos por semana. Ya he publicado dos libros y en abril voy a publicar un tercero con una recopilación de todas las columnas, esta vez del período 2020-2025.
 

Año sabático

Ignacio Sánchez mezcla mundos. Ya desde su propia oficina. Detrás de su escritorio hay una pintura de monseñor Joaquín Larraín Gandarillas, primer rector de la Universidad Católica hace más de un siglo, y que él decidió poner allí cuando asumió el cargo. Cerca, hay una foto de la visita del Papa Francisco a la UC en 2018. Hasta ahí, todo muy tradicional. Pero luego, el relajo: sobre el borde de una ventana, hay dos muñecos que representan a Elvis Presley -su músico favorito-; y en una mesa lateral están ordenadas 15 citronetas en miniatura.

“Tengo 80 más en mi casa. Y tengo además una Citroneta Club del año 79, naranja, descapotable, francesa, que uso de vez en cuando. La tengo hace 25 años y se llama Mercedes, como mi abuela”, comenta, mientras la muestra en una foto en su celular. El rector cuenta, además, que toca batería. Su última presentación fue hace un año, invitado por un grupo de profesores de la Facultad de Ingeniería.

- A fines de marzo se tomará un año sabático. Un semestre en Edimburgo, otro en Nueva York. ¿Ya tiene todo listo?
- El 31 de marzo tengo pasaje para Edimburgo. Voy a estar hasta agosto allá, como profesor visitante en la Universidad de Edimburgo, en una institución que se llama Instituto del Futuro, que trabaja en educación superior del futuro, en docencia, en investigación, en nuevas tecnologías, en inteligencia artificial. Iré tres días de la semana; y los otros dos voy a ir al hospital de niños de la ciudad para actualizar mi desarrollo pediátrico. En Nueva York estaré de septiembre a febrero, también como profesor visitante. Tres días en NYU y dos en el hospital de niños Langone.

- ¿Se irá solo?
- No. Mi señora (Salesa Barja, también médico) es profesora de la universidad en el área de nutrición y también va a tener un periodo de sabático. Va a realizar labores de investigación en nutrición tanto en Edimburgo como en Nueva York. 

- Regresará a la UC en marzo de 2026. ¿Volverá como académico de Medicina?
- Sí, ya está conversado con el decano de Medicina. Pero durante 2025 estaré disponible para el nuevo rector o rectora, a través de métodos virtuales, para lo que requiera. Yo en este momento dirijo distintas fundaciones, como Mavi UC y Beethoven por ejemplo, y voy a estar disponible para seguir participando en esos directorios vía virtual.

- Ha dicho que le gustaría seguir ligado a alguna de las iniciativas culturales de la UC que impulsó como rector. ¿Qué se imagina?
- Lo que hemos tratado es sembrar la parte inicial de cómo una universidad puede aportarle a la cultura del país. Tenemos iniciativas, pero yo soñaría con tener una institucionalidad más robusta en este tema, con lazos con otras universidades, con el Estado, con apoyos privados. Estamos en un camino inicial, creo que nos faltan 15, 20 años; y a lo mejor ese tiempo yo me puedo dedicar a una labor así. 

Bandera a media asta
Ignacio Sánchez asumió como rector de la Universidad Católica a los 48 años, en 2010, siendo la persona más joven en ocupar ese cargo. Antes de ser nombrado, era decano de Medicina. En sus 15 años de gestión en la rectoría le tocó enfrentar distintos temas. Por nombrar algunos: la venta de Canal 13, las movilizaciones estudiantiles, los casos de abuso en la Iglesia, el inicio de la Red UC Christus, un estallido social, una pandemia, procesos constituyentes y además una intensa agenda que tocó temas valóricos, como el aborto en tres causales o el matrimonio igualitario.

- ¿Qué fue lo más difícil?
- Varias cosas. Al interior de la universidad, lo más difícil de manejar siempre son los movimientos estudiantiles, que requieren una dedicación especial. El movimiento estudiantil de 2011 fue fuerte, también el movimiento feminista del 2018. También fue difícil el estallido, donde nuestra Casa Central estaba en la zona cero, y la pandemia. Otro momento fue la ley de aborto en tres causales (2017), porque yo sentía que la Universidad Católica era quizás la voz, no sé si única, pero la más importante, que estaba poniendo resguardos a un proyecto de ley mayoritariamente apoyado por la población, el Parlamento, el Gobierno. Cuando vimos que era imposible que no se aprobara, pusimos la objeción de conciencia.

- También puso la bandera de Casa Central a media asta…
- Sí, es una decisión que tomé yo. Era una señal fuerte y lo hice por dos motivos. Primero, porque sinceramente creía que no era un día alegre para el país. Y segundo, porque era un gesto para la Historia. Estoy convencido de que en 10, 20, 30 años será visto como un hito. La institución que había jugado el principal rol de oposición frente a esto tenía que mostrar un signo. Y sabiendo que esto iba a ser polémico y que podía traer repercusiones internas, preferí asumir yo todo el costo político interno.
"Al interior de la universidad, lo más difícil de manejar siempre son los movimientos estudiantiles, que requieren una dedicación especial. El movimiento estudiantil de 2011 fue fuerte, también el movimiento feminista del 2018. También fue difícil el estallido, donde nuestra Casa Central estaba en la zona cero, y la pandemia".

- Hace poco hubo un intercambio de mensajes entre monseñor Chomali y la ministra Orellana por la postergación del proyecto de aborto libre…
- El tema del aborto es tan profundo y serio que siempre debiera ser tomado con la mayor profundidad de análisis, de diálogo, de intercambio. Yo tengo una posición absolutamente en contra del aborto, pero quiero siempre tener el mayor respeto por quienes opinan distinto. Se tiene que dar la argumentación pausada y con argumentos de fondo.

- ¿Dejó algún pendiente como rector?
- Siempre hay… En el ámbito de la docencia, necesitamos tener mucho mayor flexibilidad curricular. Hoy tenemos 18 facultades que podrían tener más sinergias. También me habría gustado tener un mayor impulso a la ciencia y al desarrollo de nuevo conocimiento, pero eso requiere recursos. Hay un aporte estatal importante que hay que suplementar, pero también un compromiso privado.

- ¿Algo de lo que se arrepienta o que haría de otra manera?
- No. Tal vez hubiera podido poner otros énfasis. En el tema de Canal 13, a lo mejor los tiempos podríamos haberlos adelantado, pero fueron los tiempos en que la institución necesitaba una presencia pública del canal. El apoyo que le hemos dado a la cultura ha sido en los últimos cinco años, y a lo mejor me hubiera gustado hacerlo durante los últimos 10, porque hoy estaría más desarrollado. Pero no tengo la impresión de que haya tomado una decisión errónea que hoy día tendría que echar atrás: las decisiones que en el camino demostraron que no eran apropiadas, no las tomé.

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