Plumas x plumas
Plumas por plumas: Louis y Helaine de Grange conversan de liderazgo y fútbol
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Para concretar esta entrevista, Louis (48) jugó de local y Helaine (39) de visita. Nos juntamos en Fernando Castillo Velasco, la estación terminal de la Línea 3 del metro.
Es viernes 11 de junio, mediodía, y el termómetro supera los 22 grados. Es, además, la última jornada de “libertad” para muchos santiaguinos: en 17 horas más la Región Metropolitana pasará a cuarentena total para frenar el alza de casos de Covid-19. Y justamente ante eso, Louis de Grange dice que, por lo menos en el Metro, tienen una tecnología de punta que permite evitar los contagios masivos.
Aunque no la lleven puesta para esta entrevista, los dos hermanos de Grange usan la jineta de capitán (elástico que se usa en el brazo para identificar a los líderes de un equipo de fútbol): Helaine dentro de la cancha, comandando a un plantel de 35 jugadoras; y Louis liderando un equipo de cientos de trabajadores del Metro de Santiago, firma estatal que según él cuenta, “es de las más respetadas del país”, pero que ha atravesado momentos complicados este último tiempo
“Nos ha tocado enfrentar la crisis más grande de la empresa. Sin duda alguna. Yo creo que si la compañía no hubiera dispuesto del capital humano que tiene, no podría haberla superado”, cuenta Louis, quien es presidente del directorio desde el 23 de abril de 2018. Previamente había sido director de la escuela de Ingeniería Industrial de la Universidad Diego Portales y asesor de la campaña presidencial de Sebastián Piñera.
-Los dos tienen roles de liderazgo, ¿coincidencia o es algo que se inculcó en la casa?
-Louis de Grange (L): Las trayectorias vitales son diferentes. Las dificultades que vas enfrentando en la vida te van forjando el carácter. Los fracasos y frustraciones son tremendas oportunidades de aprendizaje. Y si a eso le sumas la pasión, que yo siempre he tenido una gran pasión por el Metro, llegas a cumplir tus sueños.
-Helaine de Grange (H): En un principio la capitanía era coyuntural, en función de los partidos y del rival. No había una capitana definida.
-Pero ahora tú eres la principal…
-H: Tiene que ver con una cuestión de tiempo. Me dicen la capitana histórica y hacen el paralelo con Mario Lepe. Tengo tanto tiempo en la institución, la conozco tanto, que terminé siendo la capitana instalada.
Quesos, Squadritto y el fútbol
Francia. Si hay un país que representa a la familia De Grange es Francia. “Mi padre (Alain) es inmigrante francés. Llegó en sus 20 a Chile. Se alojó en una pensión en el centro. La dueña de esa pensión era mi abuela. Ella tenía una hija, que es mi mamá (María Beatriz Concha). Ahí se conocieron y luego se casaron”, cuenta Louis.
-¿Qué fue lo que heredaron de sus raíces francesas?
-L: El queso. Mi papá tenía una quesería en Grecia con Lo Encalada. Todos siempre colaboramos en el negocio. Mi papá cortaba el queso y uno de nosotros estaba en la caja. Nos íbamos rotando, pero siempre ayudamos.
-¿Cuál es tu primer recuerdo de Helaine?
-L: Me acuerdo cuando la fui a ver al hospital cuando nació. Cuando creció teníamos que sacarla a pasear. Nos íbamos rotando entre los hermanos (cinco en total). Yo me acuerdo que fumaba escondido y ella me acusaba con mis papás.
Si bien el primer hogar de los hermanos De Grange fue en Ñuñoa, en Román Díaz con Irarrázaval, el barrio que más recuerdan es Lastarria. Ahí vivieron en dos domicilios: al lado de la Iglesia La Veracruz y en el pasaje Rosal. “Crecimos ahí cuando era totalmente residencial. Era muy distinto a lo que hay ahora”, recuerda Louis. Fue en un departamento en Rosal donde tienen los mejores recuerdos: “La cocina del Squadritto daba a mi pieza, por atrás. Nosotros sentíamos el olor del restorán todos los días”.
-¿Y ahí comenzaron tus primeros pasos en el fútbol?
-H: Toda mi infancia ocurrió en el Parque Forestal. Mis andanzas en el fútbol comenzaron ahí. Siendo la más chica de cinco hermanos y con harta diferencia de edad, una buena excusa para que mis hermanos me sacaran era ir con ellos y jugar a la pelota. Jugábamos como se hacía antiguamente: con un polerón a cada lado para armar un arco. En la tierra, lleno de baches y nos torcíamos la pata.
Tuvieron que pasar más de dos décadas para que Helaine se reencontrara con el fútbol. Mientras eso ocurría jugó basket en el colegio y estudió Ingeniería Comercial en la Universidad del Desarrollo. “En 2008 la Católica hizo la prueba de jugadoras para el primer torneo ANFP. Fui con varias amigas que participaban en un equipo de futbolito informal. Quedamos todas. Con el tiempo empecé a conocer realmente la institución: sus valores, la aproximación que tenían a los deportes, a la vida y al compañerismo. Yo me fui enamorando porque llegué con mis amigas y le agarré amor a la camiseta y al club”. Desde ahí, nunca ha jugado en otro equipo.
Para la familia De Grange lo más complejo no fue el estallido social, sino lo que ocurrió cinco meses antes. En la noche del 7 de mayo de 2019 llegó un paquete a la casa de Louis de Grange, que, por razones de seguridad, no fue abierto. Era un explosivo compuesto de niple de acero con casi medio kilo de pólvora negra y pernos. Horas después el Departamento del O.S.9 de Investigación de Organizaciones Criminales de Carabineros logró desactivar el artefacto, el cual fue producido por la organización ecoterrorista Individualistas Tendiendo a lo Salvaje, los mismos que se adjudicaron el ataque al expresidente de Codelco, Óscar Landerretche.
-¿Cómo fue la experiencia?
-L: Fue algo completamente inesperado. No se podía comentar mucho, porque era una situación compleja. De hecho, todavía sigue la investigación. Sentí mucho apoyo de Carabineros, me pusieron un escolta durante unos meses. También me sentí respaldado por Metro, sus trabajadores, ejecutivos y sindicatos. Pero después ocurrieron cosas que te marcan más todavía…
-H: Fue chocante. Fue como: “wow, de verdad esto puede pasar, y puede pasar tan cerca”. Y pensar en la posibilidad de que lo hubiera abierto, que afortunadamente no sucedió. ¿Pero si lo hubiera hecho? Es un tremendo cable a tierra. Él es bien reservado. Le preguntaba cómo estaba y me decía que estaba tranquilo. Afortunadamente no pasó a mayores.
-¿Y cinco meses después?
-H: Con el estallido social, en términos de mi relación con Louis, fue muy duro, porque yo sé cuánto él ama su trabajo. Cuando él habla de esa pasión yo la veo a diario. Nuestra infancia no tuvo lujos, las cosas no se daban por sentado. Entonces sabemos lo que es no tener ciertas cosas y la importancia que tiene Metro en las personas. Entonces ver imágenes de cómo se estaban quemando las estaciones… Sabiendo que mi hermano era el líder de la empresa para mí fue muy complejo. Y sabía que eran noches duras, días duros, que no se sabía lo que iba a pasar al día siguiente. Yo estaba en la angustia.
-L: Trabajamos con todos los equipos desde las 5-6 am hasta la 1 de la mañana. Trabajamos más de 18 horas diarias por un mes completo. Teníamos poco tiempo para interactuar.
La goleada 10-0 y las lecciones
Hay tres fechas clave para entender el presente de Helaine de Grange en Universidad Católica. La primera es el 12 de diciembre de 2020, cuando se concretó su retiro del fútbol. La segunda es el 2 de febrero de 2021, cuando descolgó los botines y anunció su reincorporación al plantel: “Me pidieron volver a jugar. Luego de conversaciones con el club, volví con el objetivo de concretar un proyecto hasta 2023. Se requerían condiciones de liderazgo y de empujar al equipo en una dirección, y ellos consideraron que yo era la persona indicada”.
Y la tercera fecha clave es el 22 de mayo de 2021. Esa jornada, y contra todo pronóstico, Universidad de Chile, su máximo rival, marcó 10 goles en San Carlos de Apoquindo. 10-0 fue el resultado final del clásico universitario. “Humillación”, “Fiesta azul en la precordillera”, “No tuvieron piedad”, fueron algunos de los titulares de ese día.
-¿Qué tan fuerte pegó ese resultado en el equipo?
-H: Fue un golpe duro para las jugadoras, para el cuerpo técnico y el club. Nunca habíamos perdido 10-0, y menos en un clásico universitario. Fue un remezón que lo tomamos como una oportunidad. Nos remeció tanto que nos permitió cambiar mucho nuestra forma de pararnos, de entrenar. Se vio un cambio drástico en el equipo, en la forma de actuar, en la disposición.
-¿Cómo toman las críticas?
-H: Siempre hay que escuchar, sobre todo mirar hacia dónde están dirigidas, generalmente a la institución. Dicen que no nos apoyan, pero sí lo hacen.
-¿Y las críticas al Metro? ¿Cómo las toman?
-L: Siempre las veo como una oportunidad de aprendizaje. Nunca me han molestado, sobre todo aquellas que se traducen en oportunidades de mejora. Además, es parte de la naturaleza humana. Uno trata siempre de mejorar, de aprender, pero también uno tiene puntos ciegos muy grandes. Las críticas te ayudan a superar esos puntos ciegos.
-¿Cómo reaccionas al ver a tu hermana en la cancha?
-L: En general magnifico su rendimiento. Si ella juega muy bien yo siento que jugó incluso mejor, y si ella comete errores siento que son garrafales. Pero es difícil verla porque no transmiten todos los partidos.
-¿Cómo analizas el presente del fútbol femenino chileno?
-H: Está creciendo con una aceleración bastante positiva. Falta todavía, pero soy optimista. Pero es complejo, ya que nos gustaría dedicarnos 100%. Si trabajamos, estudiamos y además entrenamos y jugamos partidos es muy difícil rendir al nivel que se esperaría de un deportista de alto rendimiento.
-¿Y qué falta?
-H: Chile es un mercado bastante más chico que el europeo. Mira el Barcelona, que invierte US$ 3,5 millones al año en el fútbol femenino. Es distinto. Faltan proyectos e iniciativas para poder generar realmente un proyecto sustentable
Por diversas razones personales los hermanos De Grange empezaron a vivir juntos en medio de la crisis sanitaria. No lo habían hecho desde que sus padres se fueron a Francia a inicios de los 2000.
Alrededor de ese tiempo, a los 28 años, a Louis le diagnosticaron cáncer de riñón: “Era como una pelota de tenis. Los tumores renales son siempre malignos. Por suerte me lo pillaron por casualidad, porque cuando te lo encuentran por hallazgo, el diagnóstico es súper bueno, pero cuando te lo pillan por síntoma, es mucho más difícil. Estuve una semana internado. No sufrí quimio ni radioterapia”.
-¿Pero no es el único caso en la familia?
-H: Mi papá tuvo un cáncer al colon en 2017 y fue un proceso bien duro, largo para él. Por supuesto que le impacta a todo el entorno. Unos meses después, a mi hermano le pillaron un linfoma y comenzó todo un proceso que fue mucho más rápido. Entremedio mi papá salió del cáncer, pero mi hermano fallece. Nos pegó mucho a toda la familia.
-L: Claramente existe un historial. Yo soy obsesivo (para los exámenes). Todos los años me hago un chequeo completo. Mi aproximación a la enfermedad fue mucho más joven, he estado siempre monitoreándome.
-¿Cómo ha sido la experiencia de vivir juntos en la pandemia?
-H: Yo no tengo ninguna complicación. Siento que nos llevamos súper bien. Cada uno respeta los espacios del otro. Yo también estoy sorprendida de que no tengamos peleas. Lo más complicado es que yo tengo una perrita…
-L: No es una perrita, es una perrota (ríe).
-H: Es un pastor suizo, entonces ensucia harto y hay que estar limpiando.
Los principales desafíos que le quedan a la gestión de Louis de Grange en Metro son tres: mantener la excelencia de los servicios actuales, seguir con el proceso de reconstrucción de estaciones, y empujar los proyectos de expansión en las líneas 2 y 3 y el avance de la Línea 7. “Son proyectos de Estado que trascienden los gobiernos”, dice. Y agrega: “Paralelamente estamos tratando de avanzar en los estudios de ingeniería para las Líneas 8 y 9”.
-¿Qué tan importante es la próxima elección presidencial para Metro?
-L: Es importante que Metro se mantenga al margen de la contingencia política. Eso es clave. Yo creo que todos los presidentes de Metro en la historia lo han visto de esa manera. Y los mismos trabajadores y equipos de la compañía lo perciben así. No obstante, siempre en las candidaturas hay propuestas que son interesantes, pero es relevante que la institución se mantenga al margen de esa discusión.
-¿Ya tienen planes una vez que termine la pandemia?
-H: Quiero ir a Francia apenas pueda. Quiero ir a ver a mi familia (ahí viven los padres y dos hermanos), quiero estar con ellos. Y poder estar bajo otras condiciones. Uno podría viajar pronto, pero con un montón de restricciones.
-L: Yo tengo muchas ganas de ir también. Nos quedamos en la casa de mis padres. Generalmente voy entre una a dos semanas.
-Van juntos entonces.
-H: ¡Se armó el plan!