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Del oro al blockchain: La estrategia de la Casa de Moneda para digitalizar su negocio

Del oro al blockchain: La estrategia de la Casa de Moneda para digitalizar su negocio

A pesar de ser la empresa más antigua de Chile (más de 279 años), la firma estatal en los últimos cuatro años ha pasado, en palabras de su gerente general Mauricio Roco, “de lo físico a la nube”. Así lo lograron.

Por: Mateo Navas | Publicado: Martes 16 de agosto de 2022 a las 18:27
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Una moneda de oro de media onza con la imagen del rey Fernando VI de España. Era 1779, antes de que Chile fuera Chile, y esa fue la primera pieza que se acuñó en los talleres de la Casa de Moneda -fundada en 1743-, emplazada en Avenida Portales 3586, Estación Central.

Si bien a lo largo de su historia la institución se ha dedicado a producir billetes, monedas, medallas y placas de patentes, en los últimos cuatro años ha sumado nuevas líneas de negocio. Incluso, adelantan sus principales ejecutivos, ven con interés la industria de las criptomonedas y blockchain.

Y es que la empresa más antigua de Chile hoy está funcionando, en ciertas áreas clave, como una startup: empleados jóvenes, tecnología de punta e identificando, día a día, nuevas oportunidades en el mercado. También trabajan con diversos Software as a Service (SaaS) para administrar distintas áreas de la firma.

“Sin duda que hay un tema histórico, de propósito, de trascendencia, que creo que es muy importante”, dice Mauricio Roco, gerente general de la Casa de Moneda de Chile. “A diferencia de trabajar en cualquier compañía industrial, aquí estás haciendo algo que va en beneficio de todos los ciudadanos. Eso te da un sentido de responsabilidad, de querer hacer las cosas distinto, de querer mejorar”.

Si bien mantienen su negocio original intacto -el de producir monedas-, están ampliando su modelo de negocios: producen billetes para otros países de Latinoamérica y han incursionado en soluciones tecnológicas. También preparan un proyecto tecnológico, que mantienen en reserva, para 2023.

Mantienen su negocio original intacto -el de producir monedas y resguardar activos con altos estándares de seguridad-, pero cuentan que se están abriendo al mercado y potenciando su modelo de negocios: han producido billetes para diversos países de Latinoamérica -entre ellos Argentina, Uruguay, Venezuela, República Dominicana y Honduras- y han incursionado en soluciones tecnológicas con diversos municipios del país. También se están alistando para lanzar un proyecto tecnológico que mantienen en reserva -con un partner europeo- en 2023.

“Nuestros competidores son europeos. Nosotros competimos al más alto nivel en lo que tiene que ver con calidad y confiabilidad. Hoy nos enfrentamos en toda Latinoamérica con ellos, tenemos que ser los mejores. Esto es igual que jugar en la Premier League. Nosotros estamos jugando ahí, con las compañías que tienen los mayores desarrollos tecnológicos en el mundo”, agrega el gerente general.

400 millones de billetes al año


Para quienes han visto la serie de ficción La Casa de Papel en Netflix -que habla de un asalto a la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre de España-, la versión chilena de aquella empresa dista -por lejos- en sus medidas de seguridad que su par hispana. A lo menos según lo que muestra la producción cinematográfica.

Para hacerse una idea: para entrar a la Casa de Moneda de Chile -ubicada al frente del Parque Quinta Normal y a un lado del Museo Artequin- hay que atravesar cerca de 15 filtros de seguridad. Nadie puede hacerlo sin una invitación de por medio, y todos deben entregar su identificación en la primera puerta de control.

Además, se deben dejar billeteras, celulares y aparatos electrónicos en unos casilleros específicos. Si se van a sacar fotos, el encargado de seguridad las debe aprobar antes de que la cámara salga del recinto. Una vez dentro -antes de ingresar a cada edificio- se debe pasar por un exigente control de rayos X. Y si alguien lleva una libreta, los agentes piden revisarla rápidamente antes de dejar pasar. Hay cámaras en todos los rincones, y guardias que se pasean por el lugar. Ni los mismos trabajadores se salvan: al igual que las visitas, deben pasar por los agudos procedimientos de inspección.

“No existe una empresa más segura en Chile. Tenemos incluso un retén de Carabineros”, dice el gerente general.

Todos los días un número de camiones blindados entran a las dependencias de la Casa de Moneda -la cantidad de unidades no se revela-. Lo hacen siendo escoltados por guardias de seguridad y Carabineros. Ya en el lugar, retiran los distintos activos que elabora y resguarda la institución: billetes, monedas o medallas. También tienen bóvedas, en las cuales el acceso está restringido a un puñado de colaboradores.

Los días comienzan temprano, especialmente en la elaboración de billetes, una línea de negocio que nace de la materia prima -como algodón o polímero- y que debe recorrer cuatro máquinas que van dándole forma. Luego son sometidos a un estricto control de calidad que es imperceptible al ojo humano. Actualmente tienen una merma del 4%, que luego se tritura. Y realizan una auditoría todos los días para que ninguna unidad salga de las instalaciones. “Tenemos la capacidad para producir 400 millones de billetes al año”, explica Roco. Eso, sumando los papeles nacionales -de 1.000 a 20 mil- con los internacionales.

La huella digital
Diversos funcionarios al interior de la Casa de Moneda coinciden en que el año clave fue 2009. Específicamente el 1 de junio. Fue ahí cuando la firma se convirtió en una Sociedad Anónima, es decir, dejó su rol de servicio público para poder incursionar en otras actividades industriales y mercantiles.

Eso no significó que la firma dejara de ser una compañía del Estado de Chile. De hecho, Corfo es dueña del 99% de las acciones, mientras que la Tesorería General de la República mantiene el 1% restante.

Este cambio generó un viraje fundamental en la estrategia corporativa: producir ganancias. “Esta compañía tiene un mandato de lograr excedentes para sus accionistas, que son todos los chilenos”, argumenta el gerente general.

“El directorio nos dice: ‘Ustedes son una Sociedad Anónima del Estado, y por lo tanto, tienen que ver cómo hacen para ganar dinero, manteniendo todo lo otro constante: la preocupación por las personas, la dignidad, la igualdad de renta de género, el medioambiente, la comunidad, etcétera”.



Este cambio los llevó a buscar negocios en el extranjero y participar de concursos para adjudicarse contratos a largo plazo. “Estamos participando en licitaciones dentro y fuera de Chile. Estos procesos te obligan a ser extremadamente competitivo y claro”.

Además de la exportación de billetes, recientemente incursionaron en la investigación y desarrollo de nuevas tecnologías. Así llegaron a la huella digital, uno de los proyectos más ambiciosos de la empresa y que, según Roco, tiene una serie de aplicaciones en el futuro.

La huella digital es, en simples palabras, un chip gráfico de ultra seguridad y que -a diferencia de los tradicionales- no es replicable por la cantidad de detalles que tiene. Es, según ha explicado Luis Herman, responsable del área de soluciones tecnológicas de la Casa de Moneda, una especie de chip que se puede imprimir en el papel y que puede ser escaneado por los mismos celulares. Esto bajaría el costo de producción de US$ 4 a solo US$ 0,5.

Para partir el proyecto de la huella digital decidieron incursionar en un rubro masivo y con problemas en asuntos de verificación: los permisos de circulación. Por ejemplo, en 2018 más de $ 30 millones se perdieron producto de las falsificaciones de los permisos de circulación, revisiones técnicas y certificado de gases, lo que afecta directamente al fondo común municipal. “Es una iniciativa que viene a dar un golpe a la delincuencia”, explica el gerente general.

Comenzaron trabajando con las comunas de Colina y Estación Central, y hasta hoy tienen acuerdos con diez municipalidades. Según cálculos de la institución, este nuevo producto ha llegado a más de 1,3 millones de personas.

Blockchain y el proyecto tecnológico secreto
“Estamos pasando de cosas físicas a soluciones en la nube”, afirma Roco, quien agrega que, además, están “incorporando los últimos desarrollos tecnológicos en la fabricación de billetes que existen en el mundo”.

-¿Ven con interés el mundo de las criptomonedas?
-Lo estamos revisando, analizando. Efectivamente hay una oportunidad de desarrollo. En los países europeos, que son líderes en todo lo que tiene que ver con soluciones digitales, conviven ambas soluciones en paralelo.

-¿Y la tecnología blockchain?
-Todo esto corre bajo blockchain. Entonces la información está debidamente protegida y solamente tienen acceso los actores relevantes a la parte que estimen relevante.

-¿Entonces ustedes la están ocupando?
-Sí. Todos nuestros nuevos productos están basados en blockchain, como la huella digital en los permisos de circulación.

Uno de los proyectos más ambiciosos es con una institución europea. Por ahora, lo prefieren mantener bajo absoluta reserva, pero adelantan que podrá ver la luz el próximo año. Eso sí, no se tratará, para nada, de billetes o monedas. Es, en palabras de Roco, un proyecto meramente tecnológico.

“Estamos viendo proyectos que son confidenciales con clientes europeos que van a hacer algo muy interesante. Ellos dijeron que aparte de Europa tenían que estar instalados en Chile”, cuenta Roco. “¿Pero dónde específicamente? Hicieron un análisis de las compañías que habían durado mucho tiempo, con confianza del Estado y con los más altos estándares de seguridad”.

Así llegaron a la Casa de Moneda.

Y a pesar de que la mayor parte de los procesos de la Casa de Moneda están apalancados a la tecnología, hay uno que todavía es 100% artesanal: las medallas presidenciales. Por ahora, el equipo a cargo está modelando -con plasticina y luego con yeso- la próxima medalla conmemorativa de Gabriel Boric, una tradición que se ha mantenido por toda la República y que, generalmente, se le entrega a los mandatarios cuando terminan sus mandatos.

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