Por dentro
La startup del bosque que sedujo a CMPC Ventures
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Un material sustentable hecho a partir de madera que reemplace el hormigón y el acero. Hoy por hoy es solo un prototipo, pero la meta que tienen Andrés Mitnik (45), Jorge Christie (45) y Daniel Ortiz (45) es de aquí a fin de año construir una loza de unos 3 metros cuadrados con él. Sería la prueba para demostrar que la tecnología que han estado desarrollando durante los últimos tres años puede utilizarse en la construcción y la movilidad.
Eso es lo que le prometieron a BMW cuando se reunieron con ellos en München, Alemania; y lo que espera CMPC: el gigante de celulosa controlado por la familia Matte acaba de inyectarle US$ 65 mil de capital semilla a través de su recién estrenada área de Corporate Venture Capital (CVC) CMPC Ventures.
Este, cuentan, es el primer paso de una alianza más profunda con la papelera. Y para llegar ahí, antes hubo que alinear varias fibras. Primero, en la UC: cuando los fundadores de Strong by Form se conocieron. Fue el rock -los tres tenían bandas por separado- lo que cruzó a los arquitectos Christie y Ortiz con el ingeniero Mitnik.
Al egresar cada uno armó su carrera por separado, hasta que cinco años atrás Jorge les contó que se iba a estudiar a Europa y les dijo que juntos formarían una empresa. "Quiero desarrollar algo nuevo, pero no desde la academia. Tiene que ser escalable”, les dijo. El arquitecto, que en los años ‘90 participó en el proyecto de la entonces polémica casa de vidrio, se trasladó a Zurich a hacer un Master en fabricación digital en ETH y luego a Stuttgart a continuar con un MSc en Tecnologías integradas y Diseño arquitectónico y un Doctorado en Ingeniería.
Ahí, tomando los árboles como inspiración, desarrolló un software que optimiza material para hacerlo lo más liviano y resistente posible a través de tres variables: la alineación de las fibras en la dirección que fluyen los esfuerzos; la forma y su densidad.
En paralelo, en Chile, Daniel Ortiz montó dos emprendimientos: N.O.T. y Profabrica. Ambos ligados a la fabricación digital. "Él es el tuerca del equipo, el que prototipa, arma y desarma máquinas, el que tiene las cortadoras láser", explica Mitkin. Jorge, en tanto, “es una mente loca, brillante y artista”, agrega. Mientras en el Viejo Continente Jorge desarrollaba la inteligencia, Daniel probaba en Santiago si el material podría escalarse: no bastaba con que el invento quedara en una aplicación de impresión 3D.
Cuando vieron que el descubrimiento tenía la posibilidad de industrializarse, llamaron a Mitnik para armar una startup. El director de Corporate Venturing de la Fundación Chile, master en Harvard, tenía el expertise que necesitaban en capital de riesgo, innovación y desarrollo de negocio. Cruzaron esas tres fibras y formaron Strong by Form, con el ingeniero de CEO, Ortiz de COO y Christie de CTO, desde Alemania.
El prototipo ganador
Así lo explican: son cáscaras estructurales ultraligeras y de alto rendimiento a partir de un proceso que combina ciencia de materiales, las últimas técnicas de optimización por forma y arquitectura de fibra y fabricación digital. La tecnología, bautizada como Woodflow, ocupa el 90% del árbol con chips de madera como material estructural. En la página web de SbF los modelos de Woodflow recrean la forma de árboles, con distintos anchos, formas y dimensiones.
El primer prototipo de la aplicación lo mostraron en 2019 en el Wood Startup Challenge que organiza la Corma. Tres minutos antes hacer el pitch, cuenta Mitnik, recién estuvo lista la muestra que los llevó a ganar el concurso. A la salida de la presentación al CEO lo esperaba Felipe Alcalde, gerente de innovación de CMPC, quien le contó que estaba armando un área de venture capital y que le interesaba su propuesta.
Un año antes, los socios recurrieron a capital semilla de Corfo para pagar un sueldo a Christie para que se dedicara a full al emprendimiento. Cada vez que se reunían con potenciales inversionistas, dice Mitnik, escuchaban el mismo argumento: “Me parece muy bien la idea, pero no soy capaz de analizarlo porque en Chile no hay industria para esto. Es demasiado grande”. El ingeniero lo traduce así: “La construcción es una industria muy conservadora. Los maestros saben trabajar con hormigón y albañilería y cambiarles la forma de trabajo es muy complejo”.
Por eso, el foco de SbF no está en Chile, sino en Europa. Apuntan a la construcción de edificios de altura media en madera y automotoras. "Allá la madera es un material de lujo, y la gente está dispuesta a pagar por ella", agrega.
Si bien el software es revolucionario, dicen, el proceso integra tecnologías existentes a través de alianzas con empresas. Por eso las conversaciones con BMW y Audi; la constructora más grande de Alemania, Zublin; y el gigante japonés Takenaka. “Somos una startup de etapa muy temprana y tenemos algo que se está buscando. Por eso hemos tenido conexiones con players de calibre grande”, añade.
Entra la Papelera
Si el Wood Startup Challenge fue a fines de septiembre de 2019, recién en diciembre de 2020 los empredendores sellaron la inversión de CMPC Ventures. Alcalde, jurado del concurso, cuenta que estaba mirando distintas alternativas donde poner las fichas, principalmente en los países nórdicos como Finlandia y Suecia, cuando se cruzó con la chilena.
“Los dos no teníamos claro si buscábamos una inversión, pero sí que teníamos que generar una sinergia”, cuenta Alcalde. En los meses que siguieron, SbF les mostraba los avances a distintos expertos de la papelera, hasta que llegó la doctora en Biotecnología en Cambridge Bernardita Araya a cerrar el acuerdo, en el estreno de CMPC Ventures.
“Fue acordado entre ambos que lo mejor era hacer algo de capital semilla sujeto al cumplimiento de ciertos hitos conectándolo al sistema de acceso y expertos de CMPC para validar las hipótesis de valor que tienen, y estando insertos en la red de la compañía para acelerarse y ser exitosos”, dice Alcalde.
Araya hasta entonces había estado a cargo de Hub Tech, y antes trabajó en Aurus liderando el área de capital de riesgo. Cuenta que la compañía invierte en startups que estén conectadas a los bosques: construcción sostenible, nuevos materiales, packaging inteligente, sustitución de plástico, biocombustibles y nuevos materiales, etc. y que a diferencia de lo que se hacía en el pasado -cuando buscaban principalmente M&A-, el foco ahora es apostar por emprendimientos y asociarse a ellos antes de que estén maduros.
"Si esperas que lleguen con las soluciones listas, alguien va a acceder a ellos antes que tú. El desafío es hacerlo juntos", dice Araya.
Allá vamos
Strong by Form acaba de cerrar la ronda con inversionistas ángeles por US$ 240 mil, donde además de CMPC Ventures entraron familiares de los socios, los empresarios Pedro Iturriaga (dueño de Proingas) y Rodrigo Silva (de Silvertec); INERSA SpA y la inmobiliaria suiza Mowe Haus. Con esa plata van a desarrollar la máquina que les permita industrializar la fabricación del material para generar un primer prototipo de escala de arquitectura.
El año pasado ganaron el premio Startup del Año de El Mercurio con la Embajada Suiza, y en ese país, con la universidad de Berna, están trabajando en conjunto un sistema constructivo para unir las distintas piezas que van desarrollando. Con Mowe Haus, en tanto, sellaron una alianza para desarrollar oficinas con el material, para los patios de las casas.
En marzo les avisaron que fueron seleccionados por la aceleradora de negocios Plug and Play de Silicon Valley, y acaban de comenzar el programa que los vincula con corporativos de todo el globo.
“¿Si queremos ser un unicornio?”, se autopregunta Mitnik. “Para allá vamos”, se autoresponde.