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Una tasación mal hecha y aportantes furiosos: La difícil semana de Taurus
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El 14 de mayo explotó el problema. En un directorio de la Administradora General de Fondos Taurus, varios ejecutivos y directores estaban nerviosos. Tras intensas discusiones decidieron que lo mejor, para resguardarse legalmente sobre todo, era enviar ese mismo día un hecho esencial a la Comisión para el Mercado Financiero (CMF). Uno de los fondos que tenía la AGF había hecho mal una tasación de uno de sus activos y se registró una diferencia de 120 mil UF, unos $ 4.440 millones, en contra del fondo.
¿Cómo llegó a pasar esto? Fue la pregunta que muchos se hicieron y las alarmas se activaron de inmediato entre los reconocidos aportantes del fondo. Al día siguiente, el 15, renunció el presidente de la gestora, Cristián Solís de Ovando, también director de EFE y ex timonel de KPMG.
Entre los aportantes del fondo Taurus Leaseback Inmobiliario hay pesos pesados. El principal es Inversiones Alia, del empresario Andrónico Luksic, que tiene el 23,3% del fondo; en segundo lugar está el fondo de inversión Sartor Leasing, gestora presidida por Pedro Pablo Larraín, con el 23,2%. Inversiones, y Asesorías Iculpe, del empresario Ignacio Guerrero, es el cuarto mayor aportante; e Inversiones Wachicien del inversionista y director de Taurus, Bogdan Borkowsky, un ex ejecutivo de CTC, actual director de Soquimich Comercial, filial de SQM.
Más atrás están Tanner, Itaú, BTG, BICE y Banchile en representación de terceros. Francisco Javier Ugarte y Mónica Bonilla, también aparecen como aportantes individuales minoritarios.
El caso aún está en desarrollo y las explicaciones tras este millonario error están en evaluación. Luego de hablar con inversionistas y relacionados al fondo, la historia es así.
De Tanner a Taurus
Tanner vendió su AGF a un grupo de ex ejecutivos liderado por Pedro Avendaño y José María Swett en diciembre de 2021. Así nació Taurus AGF, que se especializaría en fondos alternativos.
Cuando la gestora era Tanner la manejaba directamente Felipe Massú, hijo del fundador de Tanner, Ricardo Massú. En ese entonces entraron a invertir en fondos varios de los actuales aportantes: Luksic, Guerrero y Sartor, entre otros.
El fondo en cuestión, el Leaseback Inmobiliario, inició sus operaciones el 3 de febrero de 2021 y una de sus características era que no sería rescatable sino hasta febrero de 2024.
Con el cambio de administración, ahora en manos de Taurus, ningún aportante pudo salirse, aunque algunos lo intentaron, confidencian. Mal no les fue: en tres años, la rentabilidad del fondo ha sido de 16,21% nominal en pesos.
El 31 de enero de 2022, la nueva administración agregó un activo al fondo. Se trata de una serie de lotes de un terreno en Parral, llamado Campo Tejo, y una de las tasaciones que se hizo del terreno entonces fue de 235.361 UF, unos $ 7.653 millones. Detrás de ese activo está un empresario inmobiliario de bajo perfil, cuyo nombre se mantiene en reserva.
El fondo y el dueño del Campo Tejo celebraron una operación de leaseback: se entregaban los lotes al fondo con un arrendamiento con opción de compra por un periodo de 24 meses al dueño del terreno.
Ese plazo vencía ahora. Y ahí surgió el problema. Tras el vencimiento del contrato de arrendamiento con opción de compra, el dueño del campo no ejerció su opción de compra sobre los inmuebles, por lo que el Fondo inició las gestiones para vender el paño. Eso incluyó visitas a terreno y la obtención de valorizaciones de los inmuebles.
“En este contexto, la sociedad filial del Fondo ha detectado una diferencia entre el valor comercial de los inmuebles antes señalados y el precio al que fueron adquiridos. Preliminarmente, se estima que dicha diferencia ascendería a aproximadamente 120.000 Unidades de Fomento”, dijeron en el hecho esencial.
Es decir, si el terreno se había tasado en 235 mil UF, la verdad es que ahora costaba -o siempre costó, ahí está la discusión- 115 mil UF, unos $ 4.255 millones a la UF actual.
Quienes conocen del asunto creen que aquí hubo una serie de negligencias de la administración. Cuando se hizo ese contrato se enviaron cuatro tasaciones de conocidas marcas del mercado y todas llegaron a un valor similar al que se incorporó al fondo. Dos años después, valía varias veces menos.
Tres aportantes del fondo explican, bajo reserva, que habrían teorías aún más graves: el dueño del campo estaría relacionado comercialmente con los administradores de Taurus, y los habrían ayudado a reunir el dinero para comprarle la AGF a Tanner en 2021. Esa información, ni el directorio ni los aportantes la sabían hasta la semana pasada, por eso la molestia es mayor. En ese caso podrían venir acciones legales de lado y lado.
De todas formas, cuenta un conocedor, el deudor (el dueño del campo) ha dejado en claro que sí quiere llegar a un acuerdo para que no se perjudique al fondo y lo más probable es que llegue a un entendimiento pronto para enterar parte de los $ 4.440 millones que vale menos su campo.
Una de las molestias de los aportantes tiene que ver con la falta de profesionalismo de esta operación. Cuando se hace una operación de leaseback, el fondo debe preocuparse antes si la contraparte va a hacer efectiva la opción de compra o no. En este caso fue muy encima y por eso todo se hizo a la rápida.
Lo cierto es que el fondo logró una prórroga de un año para liquidarse, quedando su nueva fecha final para febrero de 2025. Entre las razones que dieron los aportantes para liquidar el fondo un año después es lo apretado que está el mercado inmobiliario.
El fondo, además, tiene un patrimonio por cerca de $ 10 mil millones, pero suma activos por $ 25 mil millones gracias a un apalancamiento que tiene con el Banco Security.
“Aquí hay demasiada gente y empresas metidas, esto no va a quedar así como así. Alguien tiene que caer”, dice un aportante. Asimismo, se está indagando si hay otros activos del fondo mal comprados, apunta.
DF MAS trató en varias ocasiones de hablar con el gerente general, José María Swett. Pero primero dijo que estaba de regreso de un viaje en Perú y luego que estaba en una serie de asambleas, por lo que no podía conversar.
Los otros fondos y los planes
Un agente del mercado dice que Taurus no es de las AGF más destacadas del mercado ni tampoco compite entre los grandes de los activos alternativos.
Según su sitio web, tienen un fondo de renta residencial, otro de real estate en EEUU, y dos de deuda privada del banco UBP.
En una entrevista con DF en julio de 2022, dijeron que dentro de sus planes estaba lanzar un fondo para el financiamiento de pases de futbolistas sudamericanos con montos que variarán entre US$ 2 millones y US 7 millones. Lo harían en alianza con socios posicionados en Suiza y España. En su sitio no informan de ese fondo, ni tampoco en la CMF.
Lo que sí anunciaron en esa entrevista es un fondo de criptomonedas. Ese sí está inscrito en la CMF bajo el nombre de Taurus Blockchain Strategies Fondo de Inversión, cuyas operaciones comenzaron el 7 de mayo recién pasado.
Según dijeron en la entrevista, el fondo estaría invertido en un 70% en las principales criptomonedas, como el Bitcoin y Ethereum, mientras que el otro 30% quedaría sujeto a buscar oportunidades en el mercado criptográfico, como los NFT. El ticket de entrada estaría en torno a los US$ 10.000.
“Es más probable que un millennial tenga criptomonedas porque se le hace más fácil a través de aplicaciones que descargan al teléfono, pero para un multifamily, un family office o una persona mayor de alto patrimonio no es lo que más les acomoda”, recalcó Swett entonces, antes de que su fondo de leaseback entrara en problemas.