Punto de partida
Construir cuatro casas al día: La promesa que sedujo a BCI y Kawen
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Actualmente hay un déficit habitacional de más de 500 mil residencias, según el último reporte del Ministerio de Vivienda. Cada titular que ha pasado por esa cartera en los últimos gobiernos ha puesto énfasis en que ése es un problema a solucionar. Sin embargo, del dicho al hecho, poco ha pasado.
Al igual que a muchos chilenos, a Guillermo Schenone le llamaba la atención esta cifra. Desde 2001 el ingeniero civil estuvo ligado a la construcción y los materiales, llegando a ser gerente general corporativo de Integral (conglomerado que agrupa Heavy Duty, Soinsa y Drilltech).
“Estaba conforme con lo que estaba haciendo y sentía que a nivel profesional y económico había crecido. Pero en términos de la entrega a la sociedad, el aporte era bien bajo. A pesar de que estaba trabajando en una de las empresas de ingenería más grandes del país, no sentía que desde ahí estuviera haciendo un aporte real”, afirma.
Había dos problemáticas en la industria de la construcción chilena que requerían una respuesta urgente, dice Schenone. En primer lugar, el acceso a vivienda. “Por más esfuerzo que se haga, por más partes interesadas que existan, no se logra acortar la brecha del déficit habitacional”, asegura. Y el ingeniero tiene una respuesta a esto: “No se requiere construir más, sino construir distinto. Hay que cambiar el modelo de negocio”.
El segundo problema, propone Schenone, son los indicadores de sostenibilidad en el mundo de la construcción: “Desde los fenicios y los egipcios se construye exactamente igual, con un cuadrado y un pegamento” dice.
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Eterna Lab
Con ese análisis, Schenone vendió su casa, renunció a su trabajo estable y en 2022 fundó Eterna Lab, un laboratorio que busca soluciones para esta industria. No sólo se enfocó en la creación de nuevos materiales, sino también en la implementación de un modelo de negocio integral que abarcara desde el diseño y la arquitectura hasta la entrega de la casa completamente montada.
El ingeniero se convenció de que el modelo de negocio era el errado. “Hoy (el rubro) está entregado a grandes constructoras o desarrolladoras de proyectos. Montar constructoras en zonas extremas requiere una espalda muy grande, por ende no logran entrar al mercado las empresas más pequeñas. El Gobierno entrega subsidios, pero los planes no llegan a concretarse porque no hay empresas que trabajen a esos precios”, explica.
En cambio, asegura, “con la construcción industrializada permites hacer proyectos de menor escala o un proyecto grande fraccionado en partes distintas, por lo cual le permitiría entrar a más chicos y constructores locales”.
Entra Kawen
En septiembre de 2022, Schenone se acercó a Juan Pablo O’Ryan, gerente general de Kawen, aceleradora de negocios del grupo Ecomac, para presentarle el proyecto: construir casas en fábricas. Tenían ya una planta piloto de cinco mil m2. O’Ryan le dijo: “En 16 días es la feria Edifica. Si logras construir una casa para que presentemos ese día, seguimos conversando”. Y había, aparte del tiempo, otro obstáculo: tenía que ser igual a las que construye Ecomac.
“Podemos hacerlo”, contestó Schenone, quien hoy confiesa no haber tenido certezas de lograrlo. “¿Necesitan plata?”, le preguntó O’Ryan. “No tranquilo, tenemos” dijo el emprendedor. “Mentira. No teníamos ningún peso”, reconoce hoy entre risas.
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Schenone se fue a vivir a su fábrica. En 48 horas tenían los planos de la casa, a la jornada siguiente se pusieron a fabricar los materiales y el día 15 (24 horas antes de presentar) llegaron desde Kawen a la fábrica a supervisar el avance. “Increíble, ¿les costó mucho?”, preguntó Daniel Mas, socio de Ecomac y Kawen. “Estábamos preparados para esto”, le contestó el ingeniero, junto a su equipo de tres personas.
Al día siguiente llevaron la casa (que corresponde a un subsidio DS49) a la feria, y fue el fondo en el punto de prensa del ministro Carlos Montes y el Presidente Boric.
Entra BCI
Con ese hito convencieron a Kawen de ser parte de la sociedad y entraron como socios controladores. Al poco tiempo sedujeron al Bci y hoy tienen un proyecto de US$ 15 millones -dividido en tres etapas- y que contempla construir cuatro casas al día listas para habitar, al mismo precio que el mercado (15-20 UF por metro cuadrado).
La gran diferencia, afirma el fundador de Eterna, es que “un proyecto normal dura entre 18 y 24 meses y nosotros llevamos el proyecto entre seis a 10 meses”. Y agrega: “Esto hace que los gastos generales y los retornos de inversión de quienes desarrollan el proyecto sean más altos. No es un producto más barato, pero sí mucho más rentable”, agrega. Tienen cuatro proyectos adjudicados y 25 en estudio.
Construyeron una fábrica de 15 mil metros cuadrados en el Noviciado, donde se crean las viviendas desde el inicio hasta el final. Este espacio va a ser inaugurado en julio y con él van a aumentar su capacidad de producción. Para lograr la mayor eficiencia, Schenone y O’Ryan viajaron a China, Alemania y España. En uno de esos viajes compraron una máquina cortadora láser que “parece a estar con una espada de Star Wars”, dicen.
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El proceso es: una constructora se adjudica un proyecto, cotiza con Eterna, ellos ingresan los parámetros cotizados a sus sistemas y en dos días tienen planes, un render, un video y el presupuesto de la casa. Con éste, van al cliente y si éste lo aprueba se desarrolla una orden de producción. Una vez aprobado por el cliente un prototipo físico, se pasa a la fabricación.
El enfoque de Eterna en las viviendas sociales es un pilar fundamental de su modelo de negocio. “Queremos revolucionar la construcción empezando por el mundo social. Si somos capaces de hacer viviendas sociales al valor del subsidio, seremos capaces de hacer cualquier cosa”, concluye su fundador.