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Punto de partida

La startup que quiere un panel solar en cada casa

La startup que quiere un panel solar en cada casa

Ciudad Luz patentó un modelo que financia la instalación de los paneles sin que el usuario pague un peso, y además se ahorre la cuenta de la luz. El modelo convenció a la familia Pavón, y a ex ejecutivos de Latam, Falabella, AES Gener; hasta Gasco se asoció con ellos para expandirse por Chile y Colombia.

Por: Nicolás Durante - Fotos: Verónica Ortiz | Publicado: Sábado 28 de mayo de 2022 a las 21:00
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A inicios de la década pasada, los hermanos Tomás y Matías Steinacker, mientras estudiaban en Londres, se dieron cuenta de que en muchas casas y comercios tenían sus propios paneles solares.

“Si se puede hacer en un lugar donde casi no hay sol todos los días y con millonarios subsidios, cómo no se va a poder hacer en Chile, donde el principal subsidio es que hay vastas zonas con sol casi siempre”, se dijeron. 

Y así, primero como un emprendimiento familiar, partió lo que hoy es Ciudad Luz, que busca democratizar el acceso a la energía eléctrica generada con el sol.

Al principio sumaron a su otro hermano, Andrés, y a su amigo José Opazo, y querían desarrollar grandes plantas solares, pero no tenían las espaldas financieras para ello; y tampoco creían en el modelo de tener una gran planta en el desierto que abastezca a pequeños consumidores en el centro del país.

Tenían esta visión: “Si voy a una casa y les digo que pongan paneles solares, pero tiene que gastarse 3 ó 4 millones de pesos para resolver algo que ya tiene resuelto con su compañía de luz, no cuajaba mucho. Lo mismo con la industria. Si uno va a una viña y le dice que invierta 200 millones en una planta solar, te dice que no, porque prefiere priorizar invertir en sus vinos”, explica Tomás Steinacker. Y entonces empezaron a pensar cómo lo solucionaban. 

En 2014 había algunos subsidios de la Comisión Nacional de Energía y de Corfo para el sector agroindustrial, y con eso pudieron validar la tecnología. Y así convencieron a los primeros clientes: Unifrutti, una exportadora de fruta, y la Viña San Pedro Tarapacá, fueron los primeros contratos para instalar paneles en sus campos.

Ciudad Luz se encargaba de toda la inversión e instalación de los paneles y les vendía la energía directo a las empresas, a menor precio que si la compraban desde el sistema interconectado nacional. Ni la agrícola ni la viña ponían un peso. 
 

Ángeles y Gasco

Pero tenían que financiar esto, y necesitaban mucho capital inicial. Entonces lograron inversionistas ángeles que entraron, como la familia de Mario Pavón, que era el presidente de Sonda; y después se sumaron otros socios como José Antonio Berríos, CEO de Broota; Jordi Gaju, director de empresas y ex gerente finanzas de Falabella; Jorge Poblete, CEO de WE Technologies y ex subsecretario de Educación; Cristián Tala, ejecutivo de EVO Payment y fundador de Pago Fácil, además de Juan Ricardo Inostroza, exejecutivo de AES Gener y el exCEO de LAN y actual CEO de Casa Ideas, José Luis Rodríguez.

Entre 2015 y 2017 se juntaron con fondos de inversión y con todas las empresas eléctricas para invitarlos a participar en el negocio. Pero encontraron un aliado donde no lo esperaban, una empresa de combustibles fósiles como Gasco. 

“Ellos estaban en la búsqueda de una transición energética. Saben que no van a poder vender gas por 200 años más, y creamos una sociedad en conjunto con ellos que se llama Gasco Luz, que es el vehículo a través del cual financiamos todos estos proyectos solo para empresas”, apunta Steinacker. 

Desde 2017 a la fecha, han invertido cerca de US$ 20 millones y tienen unos 100 proyectos de paneles solares instalados en compañías industriales y comerciales en Chile y Colombia, con una capacidad instalada de 20 megas de potencia. Todos ellos generan 32 mil megawats por hora al año. 

A través de Gasco Luz la meta es ambiciosa: quieren instalar 30 megas por año, todos los años en ambos países.
 

La casa y el panel

Si el negocio con empresas ya estaba cubierto con la alianza con Gasco, quisieron llevarlo a las casas. El año pasado se lanzaron y empezaron a comercializarlo masivamente en casas, pero con un modelo distinto.

En vez de pedirle al cliente el monto total para el panel solar y su instalación (entre 3 y 4 millones de pesos). ellos prestan el dinero en un crédito de entre 18 y 25 años, el que se va pagando con los ahorros en la cuenta de la luz. 

Tomás Steinacker lo explica así: “Si tenías una cuenta con Enel de $ 60 mil, después de tener los paneles va a ser de $ 10 mil todos los meses. El modelo de Ciudad Luz es que el crédito sea menor a las $ 50 mil que se está ahorrando. Entonces, el crédito es por $ 30 mil que tienes que pagar a Ciudad Luz todos los meses, y en el ejercicio final te ahorras $ 20 mil. Además está incluida una mantención periódica de los paneles”. 

Este modelo lo lograron gracias al financiamiento que obtuvieron del fondo de inversión Alza, de Alvaro Alliende y Fernando Zavala, expertos en activos no tradicionales, y la expectativa es tener inversionistas extranjeros pronto. 

“En EEUU casi un quinto de las casas tienen paneles. Las empresas que se dedican a esto hacen 40 mil casas al mes”, dice el fundador. 

Pero además, buscan aprovechar la coyuntura del alza del precio de la luz para que más gente se sume al modelo. 

Ya tienen 330 clientes del sector residencial, y quieren hacer 500 casas este año, mil el próximo, y 2.000 casas al año en tres años más. En Colombia lo están viendo también, sobre todo porque hay rebajas tributarias por instalar energía solar, y porque las casas consumen mucho más que en Chile por el mayor uso del aire acondicionado durante el día. 

Ahora, además, quieren agregar más tecnología. 

“Al tener cientos de pequeños activos en muchas casas, necesitamos poder mirarlos todos al mismo tiempo y tener la capacidad de administrar de manera remota todos estos activos gracias a la digitalización. Para eso estamos en un aumento de capital en curso; un socio que estuvo en Miami con inversionistas ángeles que buscan soluciones para el cambio climático, y que luego se fue a Israel”, explica ​​Steinacker.  

Por último, apunta a que soluciones como esta podrían crecer mucho más rápido si la regulación avanzara a la par.

A la regulación le falta mucho para estar ad hoc para los sistemas modernos y digitales de energía. La aspiración es que si tienes paneles en tu casa, le puedas vender energía a tu vecino. También regular el uso de baterías para guardar la energía solar y usarla en la noche. Desde el gobierno de Bachelet II está ese proyecto en carpeta y no se ha logrado sacar”, apunta. 

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