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Avanzar hacia el voto electrónico: ¿Llegó el momento?
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En un mundo cada vez más digital, cambiar la papeleta y el lápiz por una modalidad más tecnológica podría parecer lógico. Sin embargo, este es un debate en el que aún no hay consenso.
Lo primero que aclaran los entendidos es que al hablar de voto electrónico el abanico incluye votación presencial a través de un dispositivo digital, votación a distancia -donde la gente sufraga desde su computador- e, incluso, votación móvil desde el celular.
Alejandro Barros, consultor internacional y académico asociado del Centro de Sistemas Públicos de la Universidad de Chile, dice que al momento de evaluar nuevos mecanismos, estos deben respetar ciertas garantías constitucionales, como que el voto sea personal, secreto, igualitario y voluntario. “Además se deben respetar otros principios, como el ‘principio de entendimiento’, es decir, que cualquier persona pueda entender cómo funciona el proceso sin necesidad de ser un experto en el tema, y que este sea trazable y transparente”, dice.
Para Marco Terán, director de Desarrollo Digital de Fundación País Digital, el voto electrónico tiene beneficios como el aumento de la participación electoral y la reducción de costos al dejar de imprimir papeletas, pero también presenta desventajas, como los problemas de accesibilidad y la continua posibilidad de fraudes o manipulación. Y hay que poner todo en la balanza.
“Si bien, en los últimos meses hemos visto un importante cambio e impacto positivo en materia de digitalización, apostar por modificar el proceso electivo podría ser, en este momento, algo apresurado, tomando en cuenta que hay que diseñar un sistema que asegure que no sufran algún tipo de amenazas”, opina.
Miedo al cambio
Thierry de Saint Pierre, presidente de ACTI, cree que las críticas a los nuevos sistemas de votación pueden entenderse por el miedo a lo desconocido. Pero afirma que hoy existen tecnologías que dan garantías de buen uso, como mecanismos de seguridad que permiten encriptar en forma individual cada uno de los votos o la urna completa al término de la votación. También hay sistemas de identificación y autentificación remota, a través de biometría o el uso de una clave única, para garantizar la identidad del votante.
“Tenemos los mecanismos para avanzar en seguridad y transparencia del voto electrónico”, dice. Sin embargo, más allá de las discusiones, hoy el voto electrónico es legalmente impracticable.
“Actualmente Chile no cuenta con un marco normativo para la realización de una votación electrónica en elecciones o plebiscitos”, precisa Nicolás Yuraszeck, socio en Magliona Abogados.
De todas formas, si se pudiera hacer, la implementaciòn toma tiempo. Federico Burgos, director del Mercado de Sanidad y Procesos Electorales de Minsait, una compañía de Indra en Chile, tiene experiencia habilitando sistemas de votación electrónica en el mundo y dice que es clave “introducir el voto electrónico en un primer proceso con una implementación piloto (vinculante o no), o mediante una implementación parcial, para aprender de las particularidades y necesidades de cada proceso electoral”.
La experiencia internacional
Aunque en Chile el tema aún no está en la agenda, en el mundo hay algunos países que ya están haciendo un uso masivo del sufragio electrónico desde tAunque en Chile el tema aún no está en la agenda, en el mundo hay algunos países que ya están haciendo un uso masivo del sufragio electrónico desde terminales en centros de votación, como Brasil, Estados Unidos o India. Y otros que apuestan por el voto electrónico remoto, como Suiza y Estonia, mientras que México está implementando una modalidad de sufragio a distancia para dar voto a los residentes en el extranjero. Si bien las experiencias han sido diferentes en cada lugar, su uso e implementación no ha estado exenta de problemas y críticas asociadas a la seguridad. erminales en centros de votación, como Brasil, Estados Unidos o India. Y otros que apuestan por el voto electrónico remoto, como Suiza y Estonia, mientras que México está implementando una modalidad de sufragio a distancia para dar voto a los residentes en el extranjero. Si bien las experiencias han sido diferentes en cada lugar, su uso e implementación no ha estado exenta de problemas y críticas asociadas a la seguridad.