En pocos meses se cumplirá una década de la muerte de Steve Jobs, el hombre que cambió para siempre el mundo de los teléfonos con el iPhone. Uno de sus aportes más importantes en diseño no tiene que ver con tecnología de consumo sino con las tiendas de Apple, que son objetos de culto por sí mismas y que él ideó. El 19 de mayo de 2001, hace 20 años, se abrieron al público sus dos primeros locales.

Ese paso era lógico, ya que Apple es eminentemente una compañía que vende hardware y sus tiendas fueron un fenómeno global, llegando desde la Quinta Avenida hasta un localcito en el museo del Louvre.

Esta semana, Google dio un nuevo paso en su evolución final de ser solo una empresa de software y abrió su primera tienda donde venderá desde sus teléfonos hasta computadores en el barrio de Chelsea, Nueva York. “Este nuevo espacio brindará a los clientes una interacción práctica con nuestra línea de dispositivos y servicios, desde teléfonos Pixel y productos Nest hasta computadores Pixelbooks y accesorios Fitbit”, dijo la empresa.

La tienda se parece a las de Apple en cuanto a que solo hay productos que se venden y se pueden probar ahí mismo: los usuarios pueden sentarse en sillones a vivir la experiencia de las innovaciones de la firma en un ambiente relajado. La tienda de Google parece más una casa que un local comercial, donde predominan los colores cálidos y toques acogedores, a diferencia del vidrio y metal de las Apple Stores.

Un elemento que Google se ha encargado de destacar es la sustentabilidad. “El enchapado de las paredes es de origen responsable, cada accesorio de iluminación es energéticamente eficiente y nuestros muebles de madera y corcho personalizados se crearon con un artesano local de Greenpoint, Brooklyn. Incluso nuestras alfombras fueron fabricadas con materiales reciclados”, dice la empresa, destacando que el local ha logrado una calificación LEED Platinum, la certificación más alta posible en el sistema de calificación de edificios ecológicos.