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La represión de Beijing ahora apunta sus dardos hacia los videojuegos
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Las negociaciones de los adolescentes sobre cuánto tiempo pueden jugar videojuegos suelen ser procesos fallidos. Pero las draconianas restricciones de Beijing llevan el argumento a un nivel superior. El régimen quiere que el tiempo de juego para los menores de 18 años se reduzca a solo tres horas por semana. Este anuncio envía una señal amenazante a la lucrativa industria de juegos del gigante asiático.
Aproximadamente dos tercios de los adolescentes chinos juegan juegos en línea. Se supone que los menores solo pueden jugar de 20:00 a 21:00 los viernes, fines de semana y festivos. Beijing sostiene que esto previene la adicción a los juegos, a la que responsabiliza por el aumento de la miopía y el bajo rendimiento académico.
Adoptar medidas más drásticas afectará de inmediato los ingresos de los fabricantes de juegos. Para las grandes empresas de juegos como Tencent, será manejable. Las ventas a menores contribuyen con menos del 3 por ciento de sus ingresos. Sin embargo, a largo plazo, las restricciones pueden amenazar la lealtad de los jugadores, quienes representan la base de la industria del juego con un consumo de $ 40 mil millones.
Los creadores de videojuegos dependen en gran medida de generar usuarios desde una edad temprana. Las acciones de NetEase, que obtiene tres cuartas partes de sus ventas de los juegos de videos, han bajado un 30 por ciento desde su récord en febrero.
La industria del juego en China es inusual porque los jugadores a menudo pagan más para ganar. Las microtransacciones, o compras de armas e indumentaria virtual dentro del juego, representan la mayor parte del gasto en línea. Esto sigue siendo cierto incluso después de que los reguladores limitaran a 57 dólares la cantidad máxima mensual que los infantes chinos pueden gastar en microtransacciones.
La cifra utilizada en transacciones dentro del juego se correlaciona positivamente con el total de horas de juego. Esto quedó demostrado el año pasado. Cuando las personas pasaban más tiempo jugando, durante los periodos de confinamiento, las compras de artículos virtuales aumentaron.
Una segunda tendencia fue el aumento de las cifras de audiencia de los canales de transmisión de videojuegos. Pero con el tiempo de juego limitado, el entusiasmo por esas plataformas también puede disminuir. Es de esperar nuevas caídas en el precio de las acciones de Huya y DouYu, los mayores operadores de plataformas de transmisión de juegos. Ambos han caído más de dos tercios en el último año.
Las reglas están cambiando. Las compañías chinas de este tipo de entretención tienen poco que hacer cuando Beijing les apaga el juego.