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El robo de paneles que mantiene en alerta al gremio de energía solar

El robo de paneles que mantiene en alerta al gremio de energía solar

El hurto está afectando principalmente a parques solares fotovoltaicos de Pequeño Medio de Generación Distribuida (PMGD) en regiones desde el Maule hacia el norte del país. Los empresarios del sector -quienes prefieren resguardar sus identidades- cuentan que la sustracción de cables y paneles opera de un modo parecido en todos los parques de este tipo, y aseguran que se trata de “bandas especializadas”.

Por: Carla Salinas | Publicado: Sábado 15 de octubre de 2022 a las 21:00
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Se trata del nuevo delito que afecta a empresarios de la industria de energías renovables del país: la sustracción de paneles y cables en parques solares. El modo de operar de estas “bandas delictivas” -como las denominan desde el gremio- es irrumpir en las dependencias rurales de los parques, a altas horas de la madrugada, en camionetas y con conocimiento técnico suficiente para aislar eléctricamente las instalaciones y robar sin electrocutarse.
  
“Esto ocurre en varias regiones del país: la Metropolitana, la V, VI y VII, principalmente donde hay plantas PMGD. En general, son robos de paneles, cables y transformadores, que implica inversiones extra en seguridad, tiempo perdido en reposición y, en general, gastos adicionales para la empresa”, explica Marcela Puntí, directora de Asuntos Corporativos de la Asociación Chilena de Energía Solar AG (ACESOL).
 
Los parques PMGD o de Pequeño Medio de Generación Distribuida, como indican sus siglas, generan energía a un nivel mayor que un sistema solar residencial, pero menor que un proyecto a gran escala de decenas de mega watts (MW). De hecho, la potencia máxima de los PMGD es de 9MW.
  
Puntí agrega que, a partir de este año, algunas de estas empresas solares asociadas a ACESOL han reportado que están sufriendo entre uno y dos robos mensuales en promedio, y detalla que este fenómeno, hasta el momento, no se extiende en los proyectos de paneles en techos para autoconsumo, ya que serían de más difícil acceso para los delincuentes.
 

Zonas rurales y robo de cables

Un ingeniero eléctrico senior -que ha dedicado toda su vida al mercado eléctrico nacional y que ahora es parte de una empresa de energía solar- explica que estos parques PMGD están habitualmente ubicados en zonas rurales y no cuentan con vigilancia presencial, sino que únicamente el sistema de televigilancia que cada empresa elije tener. Además, relata que como son compañías más pequeñas que las grandes generadoras, financieramente no pueden permitirse “el lujo” de contratar guardias para que cuiden el perímetro.
   
Desde otra empresa PMGD complementan esta información y agregan que “estos son parques a los que se les hace impagable una inversión de un sistema de vigilancia con guardias 24/7”.
  
El ingeniero eléctrico -que prefirió resguardar su nombre y el de la empresa en la que trabaja para que, según él, no haya consecuencias en la comunidad que rodea a los parques- detalla que debido a lo aisladas que están las instalaciones solares de la parte “urbana” de las comunidades rurales, Carabineros muchas veces no alcanza a acudir al momento del robo. Pero, a pesar de esto, relata que han hecho denuncias formales cada vez que ocurren los hechos delictuales: “Aunque sean 10 mil metros de cable robados o uno solo, igual damos cuenta”, señala.
   
“Yo diría que a partir de julio de este año empezamos a sufrir de estos robos, que la verdad son hurtos en lugares no habitados porque son sin violencia física”, explica. Agrega que las zonas que más se han visto afectadas por esta situación -al menos en su empresa- son los parques PMGD cercanos a las comunas rurales de la región de O’Higgins.
   
Fabio López, delegado presidencial regional de O’Higgins, afirma que la mayoría de las denuncias por robo de cables en esta zona se concentran en Rancagua y Machalí. Agrega que, hasta la fecha, se han realizado dos mesas de trabajo sobre este tema con la participación de Carabineros, Seremi de Energía, Fiscalía, SEC regional y empresas eléctricas.
   
“Además estamos coordinando inspecciones a chatarrerías para clausurarlas y en julio se ofició a todas las municipalidades para fiscalizar estos negocios y desincentivar el mercado del cobre robado”, señala la autoridad, quien también enfatiza que es fundamental que la ciudadanía denuncie estos hechos. Su par de la región del Maule, Humberto Aqueveque, detalla que en su zona se ha estado trabajando en mesas para “articular acciones que identifiquen a las bandas que cometen estos delitos”.
  
Pero el robo de cables no es fenómeno único de la industria solar ni mucho menos nuevo, sino que lleva años ocurriendo. De acuerdo a datos de la Asociación Chilena de Telecomunicaciones, en el país se han presentado más de seis mil querellas desde 2019 por robo de cables de cobre. Donde, generalmente, se vandaliza la infraestructura, se extraen los cables y se venden en el mercado negro.
  
Por su parte, cifras entregadas por Movistar Chile en su primer Informe de robo de cables 2022, revelan que durante el primer semestre de este año han ocurrido más de 11.600 delitos relacionados al robo de cables en todo el país, lo que representa un aumento de un 91% comparado con el año pasado.
  
Desde Empresas Eléctricas A.G dicen que esta es una “práctica de larga data, pero que ha aumentado de manera importante en el último tiempo. Solo en la Región Metropolitana este delito se ha duplicado en el último año, con más de 270 casos al mes de junio, lo que se replica en otras regiones del país”.
 

Modus operandi en parques solares

Según lo que narra el ingeniero eléctrico senior, los robos ocurren durante la noche -entre las 11 y 1 de la madrugada-, cuando los delincuentes destrozan los cercos del parque y entran de tres a cinco personas a cortar y sustraer cables solares, que tienen cobre. Luego los suben a una camioneta y se los llevan. En una carga, precisa, puede haber hasta 15 millones de pesos. Especifica que en el caso de los paneles solares el robo es menos eficiente debido al tamaño que tienen (1m x 2m), el peso y las pocas unidades que caben dentro de una camioneta.
 
Agrega que antes de este operativo, los involucrados en la sustracción operan los equipos eléctricos del parque para “desenergizar” las instalaciones y así no electrocutarse durante el hurto. “Es como cuando uno desenchufa algo en la casa, pero en este caso no lo podría hacer cualquier persona. Por eso creemos que es gente que sabe y que tiene el conocimiento técnico en parques solares”, precisa el ingeniero.
 
Marcela Puntí de ACESOL detalla que en el gremio se habla de una “banda especializada” por su modo de operar similar en los parques PMGD de distintas regiones del país.
 

Pérdidas millonarias

Otro conocedor del rubro solar recalca que, en promedio, cada hurto implica una pérdida de 100 millones de pesos que se reparten entre la reposición del material sustraído, la mano de obra necesaria para la reparación y la energía que se deja de producir hasta que se repongan las instalaciones, que es un trabajo que puede durar un par de meses.
 
“Hemos visto cómo operan a través de las cámaras de vigilancia que tenemos instaladas en los parques, pero hasta que alguien llegue al lugar donde está ocurriendo el robo, ya se llevaron todo lo que querían”, explica.
 
Agrega que antes de 2022 también eran víctimas de robos de paneles y cables, pero ocurría con más frecuencia durante la construcción de los parques y no durante la operación, que es una tendencia que se ha comenzado a notar desde este año. “Con esto, las primas de seguro han comenzado a aumentar”, sentencia.
  
Integrantes del gremio señalan que, en el caso de robo del cableado, se suele desmontar el material y vender el cobre que contienen por su peso, que es lo que se hace en el típico hurto de cables. En cambio, en el caso de los paneles, no hay mucha certeza sobre qué ocurre con ellos. Algunos piensan que se desmantelan y venden por partes y otros dicen que se revende cada panel para el uso particular y domiciliario.
 

Otros proyectos

Los proyectos industriales Net Billing son de entre 100 y 300 KW. “Este es en el mundo en el que nosotros hemos tenido problemas”, dice un ingeniero y empresario del área solar, que detalla que la zona más conflictiva para ellos ha sido la Región de Coquimbo.
  
“Son sectores rurales que tienen plantas a la vista, al pie de la carretera, donde van y se roban los paneles, cables e inversores con todo el tiempo del mundo”, explica.
  
Cuenta que el mecanismo es el mismo que en los PMGD: actúan de noche y en camionetas. “Llevamos años en la industria de la energía solar y desde hace unos cinco que nos roban los paneles. Hemos aprendido a no hacer plantas que queden expuestas y hemos reforzado la seguridad poniendo cámaras, pero no hay negocio que aguante que te estén robando todo el rato”, sentencia.
 
Por su parte, desde Enel Chile también han reportado un aumento de robos de paneles y cables en lo que va de este año: “La situación se ha intensificado. En el caso de los proyectos solares, en 2021 se registraron 25 eventos y en lo que va de este año, hasta ahora, ya suman 42, lo que representa un aumento de un 68%”, explica Mary Rinchi, gerenta de Servicios y Seguridad de Enel.
 
La directiva agrega que los proyectos Campos del Sol, Azabache, Domeyko y Sierra Gorda Solar, entre otros, han sufrido robos de paneles, cables y equipos relevantes para las operaciones, y hace un llamado a “reforzar a los organismos competentes para que tengan los recursos necesarios para prevenir o hacer frente a estas situaciones”.

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