Click acá para ir directamente al contenido

Opinión

La columna de J.J. Jinks: "Vemos cómo se estira y se estira el elástico sobre las condiciones necesarias para que haya ahorro e inversión"

La columna de J.J. Jinks: "Vemos cómo se estira y se estira el elástico sobre las condiciones necesarias para que haya ahorro e inversión"

El columnista anónimo hace un paralelo entre la caída de las acciones tecnológicas, el fin del dinero gratis de los venture capital y los gobernantes de turno.

Por: J.J. Jinks | Publicado: Sábado 11 de junio de 2022 a las 21:00
  • T+
  • T-

La corrección de los valores de las empresas tecnológicas más disruptivas ha sido feroz en los últimos meses.

Mr. Market después de premiarlas durante buena parte de la pandemia les soltó la mano y como dice el adagio bursátil, “las acciones suben por la escalera y bajan en ascensor”.

No es raro ver acciones emblemáticas que han bajado 60, 70, 80%  en este período; para muestra un botón, la acción del ícono latinoamericano Mercado Libre (MELI para los amigos) llegó a valer 2.000 dólares a comienzos de 2021 y hoy transa en torno a 700 dólares, una pérdida de valor brutal. ¿Está cara o barata hoy día? Nadie sabe, si supiera no estaría escribiendo columnitas, claramente. 

Esto naturalmente ha afectado a todo el ecosistema de tecnología y hoy está lejos de ser papaya para las startups levantar fondos para financiar las distintas rondas, cuando hasta hace poco tiempo atrás parecía cosa de chutear al arco y abrazarse.

Empezamos a ver empresas tech que se tienen que apretar fuertemente el cinturón, pues seguir quemando caja ya no es un elemento más del paisaje y pasa a ser un tema que pone en riesgo la supervivencia de las empresas.

Nos tocó leer y escuchar cómo algunas de estas empresas modificaban a la baja los horarios de trabajo, aumentaban las semanas de vacaciones para sus empleados, fuerte presión al alza en los salarios y todo tipo de perks, la empresa más rasca se iba de retiro espiritual a la Patagonia por una semana con las parejas invitadas, regalos para todos, solo faltaba un berlín.

Por supuesto, nadie está en contra de que los trabajadores se beneficien del desarrollo de las empresas, pero rondaba en el aire que muchos de estos logros se están (estaban) entregando gracias al capital barato que salía del bolsillo de los inversionistas. La sensación de que independiente de lo que uno hiciera siempre iba a haber dinero para financiar los gastos, estaba bastante instalada.

Algo de generacional tiene esa mirada, y lo vemos en nuestra discusión pública. El hecho de haber crecido en un país pujante por muchos años donde el crecimiento y la sana convivencia democrática eran temas dados y sin discusión, ha llevado a perderle el respeto a las bases que permitieron esto.

Hoy vemos cómo se estira y se estira el elástico sobre las condiciones necesarias para que haya ahorro e inversión, pero cualquiera que levanta la voz al respecto es rápidamente tildado de alaraco. Dentro de esas cabezas, no importa la cantidad de impuestos que uno cobre, las regulaciones que imponga o la injerencia estatal que haya, la inversión va a fluir y el país será el que conocimos, pero más justo. 

Cuando niño me gustaba un cuento popular chino donde una familia muy pobre compartía su olla de arroz con un viajero que no tenía dónde pernoctar. El viajero se despide amablemente y desde ese día en adelante la olla se llenaría mágicamente de arroz y no tuvieron que preocuparse del sustento.

El cuento es precioso, pero no estaría de más que los jóvenes emprendedores y gobernantes tuvieran presente que no por bello e inspirador deja de ser un cuento. 

La columna de J.J.Jinks: Tohá

De los políticos uno espera cualquier cosa, pero si los que se distinguen del resto por su preparación se sumergen en el barro para cuidarse las espaldas es que no queda esperanza.

La columna de J.J.Jinks: El after

Los Bukele, los Trump, los Milei han operado en realidades muy distintas a la chilena y es muy importante que la derecha lo aprenda y lo aprehenda para no enterrarse en arenas movedizas como lo hizo Cubillos.

La columna de J.J.Jinks: ¿Creer o no creer? Esa es la pregunta

Todos los “Yo te creo” o falta de ellos es ruido, es marketing, es política. Es la hora de la sobriedad, de dejar pañuelos, bailes y gritos a un lado. Ya aprendimos, tampoco nos hagamos los sorprendidos, que éstos aparecen sólo cuando es políticamente conveniente.

SIGUIENTE »
« ANTERIOR