Cultura
Alejandra Amenábar, decana Facultad de Diseño UDD: “El diseño puede cambiar vidas, comunidades, entornos”
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Cumulus es la asociación de escuelas de diseño más grande del mundo, con 370 instituciones de 69 países, una agrupación que busca demostrar la importancia de la colaboración en educación, teniendo en cuenta el panorama global, que es cada vez más complejo. Desde Chile, la Escuela de Diseño de la Universidad del Desarrollo es una de las escuelas participantes y hace muy poco estuvieron en el encuentro anual que, esta vez, se hizo en la Universidad de Arte y Diseño Moholy-Nahy (MOME), en Budapest, Hungría.
Hasta ese lugar llegó Alejandra Amenábar, decana de la Escuela de Diseño de la UDD. “Es una gran plataforma académica para estar al tanto de las nuevas tendencias en diseño y también, lo principal, es para generar un intercambio de conocimiento a nivel internacional. Es como abrirse al mundo, para estar en contacto con otras realidades”, explica Amenábar.
Uno de los temas que se tocó en el encuentro es cómo el diseño se ha convertido en una disciplina cada vez más transversal, capaz de interactuar con otras disciplinas y de encontrar soluciones diferentes a problemáticas frecuentes. “Hoy el diseño reúne o resume esas capacidades humanas de detectar oportunidades, resolver problemas. Y se habla que no solamente es resolver problemas, sino resolver problemas complejos -que no pueden ser resueltos desde una sola disciplina- donde el diseño cumple un rol fundamental”, explica Alejandra. “Por eso hoy muchas disciplinas están mirando al diseño: por la capacidad que tiene de abordar, de manera ordenada y creativa, distintos problemas y encontrar soluciones. Desde esa perspectiva, el diseño puede cambiar vidas, comunidades, entornos”.
Otro punto que ocupó un lugar importante dentro de la agenda es la crisis climática. “Yo te diría que si uno mira las ponencias actuales, el 50% tiene que ver con eso, con el pensamiento sistémico, con cómo efectivamente podemos regenerar nuestros ecosistemas a partir del diseño, cómo formar futuros diseñadores que estén muy conscientes de eso”, comenta Alejandra. “El diseño está cumpliendo un rol súper importante, por ejemplo, en toda la generación de nuevos materiales o nuevas soluciones que sean amigables con el medio ambiente. Si uno piensa que se puede poner a disposición del mundo esta capacidad de detectar problemas y oportunidades y resolverlos desde una mirada creativa, es casi un desperdicio no poner a los diseñadores a pensar en este tipo de cosas para el futuro”.
Tras haber participado de esta versión de Cumulus, Alejandra recomienda tres ponencias reveladoras, donde el diseño se mezcla con la tecnología. La primera es de Vladan Joler, cofundador de la Fundación SHARE y profesor del Departamento de Nuevos Medios de la Universidad de Novi Sad. Su trabajo está enfocado en la investigación de datos para explorar diferentes aspectos técnicos y sociales de la transparencia algorítmica, término acuñado por él. “Presentó los aspectos técnicos menos conocidos de las interacciones entre tecnología y sociedad. Era muy impresionante ver una investigación de dos años en una sola pantalla, en una foto, gracias a la visualización de datos. Lo que hace es dejar disponibles de manera fácil y evidente todos los datos”, explica Alejandra.
Otra de las ponencias que destaca Amenábar es la de Ádám Somlai-Fischer, uno de los fundadores de Prezi, “que no es más ni menos que una nueva forma de comunicar”, dice Amenábar. “Él creó Prezi por una necesidad personal, porque los programas de presentación tradicionales no le acomodaban, sentía que no podía expresar bien las ideas. Entonces su charla fue bien potente para mostrar el rol del diseño, la importancia de la innovación, de la creatividad y del desarrollo de nuevas herramientas y plataformas de comunicación visual”.
Y, por último, la ponencia de Hedvig Harmati, diseñadora textil y directora del doctorado de MOME. “Lo que ella hace es un rescate de las tradiciones húngaras, pero ocupando tecnología actual”, explica Alejandra. “Las mujeres húngaras se hacen muchas trenzas, entonces, a través de sistemas de corte láser y fabricación digital, elabora unas piezas que se entrelazan con las trenzas, para darle un look mucho más contemporáneo a la trenza tradicional, revalorizando esta tradición en el siglo XXI”, afirma la decana, quien también resalta cómo este tipo de iniciativas podrían ser aplicadas en Chile, llevando la tecnología al rescate de las tradiciones y la artesanía.