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Cultura

Antonella Sigala: “Siempre soñé con hacer un disco”

Antonella Sigala: “Siempre soñé con hacer un disco”

La intérprete de jazz y cantautora pop tiene sólo 23 años, pero ya se ha enfrentado al público de un Movistar Arena lleno como telonera de Michael Bublé, Zaz y Luis Miguel. Después de debutar con un exitoso EP en 2022, está lista para lanzar su primer disco que arrancará con el single “Polo Opuesto”, bolero romántico que presenta la próxima semana en el GAM. Aquí habla de lo que viene y también de sus inicios en el jazz.

Por: Sofía García-Huidobro | Publicado: Jueves 28 de marzo de 2024 a las 12:57
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No creció en una familia particularmente musical, dice Antonella. En su casa sonaba algo de rock o versiones en castellano de éxitos italianos como los de Raffaella Carrà y Matia Bazar. Ella es el “concho”, cuenta, porque tiene mucha diferencia de edad con sus papás y hermanos: “Entonces crecí como una vieja chica. Mis referentes nunca fueron tan de mi época porque me salto una generación”.

Cuando tenía unos 12 años, una profesora de canto le mostró lo que era el jazz. “Yo no sabía que existía ese sonido. Y es muy impactante al oído”, recuerda. Tanto así que llegó a su casa a comentarlo con sus padres y fueron a ver una banda de jazz en vivo, la Old Fashion Jazz Band.

“Salió la oportunidad de que yo pudiese ir a sus ensayos a escuchar. Ese fue para mí el hito más importante, porque cuando llegué a ese ensayo, que además era un poco extraño porque acontecía en un jardín infantil donde ensayaban de noche, no entendía nada. Había ocho músicos que tenían entre 40 y 80 años. Yo nunca había estado con una banda, menos con una de jazz tradicional que tiene instrumentos como el contrabajo, las trompetas, el clarinete, el banjo, el trombón, la tuba. Y cuando parten tocando, a mí me conmovió muchísimo. Me acuerdo de ese momento y de pensar: ‘¿qué es esto? ¿por qué no estoy viniendo todos los miércoles aquí a escucharlos ensayar?’. Hasta el día de hoy, siempre que tocamos esa primera canción y escucho los instrumentos de viento y todo ese swing, es un momento muy especial y genera una respuesta en el público”.

La Old Fashion Jazz Band es una banda de músicos aficionados que ensayan sagradamente una vez a la semana tras sus respectivas jornadas laborales. Se presentan en vivo unas tres veces al mes: en el Club de Jazz, en Bellavista y en distintos eventos, ciclos o festivales. Usan chalequitos escoceses, humita negra y boina. “Ellos no tienen pretensiones de dar la vuelta al mundo, ni de ir a Nueva Orleans o ser la banda revelación. Eso, creo, les permitió apadrinarme. Quizás una banda con más proyección no se toma el tiempo de enseñarle a una adolescente. Pero ellos tenían toda la disposición, porque quieren seguir traspasando su tradición”.

Además, cuenta, en ese tiempo estaba de moda una banda catalana intergeneracional, la Sant Andreu Jazz Band, de donde salieron dos exponentes jóvenes: Andrea Motis y Rita Payés. Eso les inspiró mucho, agrega la cantante. Y además de recibirla a ella, sumaron a otros dos músicos jóvenes, Enzo Medel y José Tomás Puga, generando un mix generacional de integrantes entre 15 y 20 años, hasta los fundadores de 80 años.

Ahí pasó años: primero como un año aprendiendo su repertorio y acompañándolos a sus presentaciones. “Cantaba un tema. Después la gente pedía otra y cantaba dos, tres, y así hasta que logré cantar la presentación completa”. Le enseñaron todo, no sólo musicalmente, también le pasaron películas de época, le mostraron a las divas y los estilos de moda flapper y charleston, cómo moverse y dirigirse a público desde el escenario. “El jazz tradicional era como el reggaetón de la época; tiene esto de interactuar con el público, de que estén bailando, tirando tallas, improvisando. Es un ambiente muy juguetón, muy lúdico”, comenta la artista. Agrega: “Eso fue muy importante para mi formación. El jazz en sí te exige encontrar un sello único. Son las mismas canciones hace 100 años. ¿Entonces, por qué seguir tocándolas? Porque cada banda tiene que encontrar su forma de entregarle algo nuevo a la canción y así perpetuar la tradición y seguir compartiendo esas melodías”.

Antonella y los integrantes de la Old Fashion Jazz Band

En paralelo con su participación en la Old Fashion, empezó a realizar trabajos como intérprete; cantaba en eventos, matrimonios, bautizos: “Iba con mi parlante a todos lados y hacía todo tipo de trabajos. Además, empecé a crear mis propias agrupaciones de jazz”. Al ver la realidad del rubro le bajó la necesidad de tener más herramientas y decidió estudiar Gestión Cultural en la Universidad Católica. “Fue un muy buen complemento. Siempre he sido muy proactiva, de querer formar proyectos, levantar mi banda. Además, los estudios eran muy compatibles porque todo lo que es canto ocurre en las tardes y noches, entonces podía conciliar ambas cosas”.

Sigue participando de la Old Fashion Band, y al menos un domingo al mes presentan su show de jazz tradicional. “Nos dedicamos a difundir la tradición y hay un público que quiere conocer qué es el jazz. La gente lo disfruta harto”.

El sueño de un disco

La pandemia, afirma, fue especialmente dura con el jazz. “Creo que fue el género más afectado, porque depende mucho del espectáculo en vivo. Entonces fue el momento de repensarse. Yo siempre soñé con hacer un disco, era algo que tenía muy en mente y durante toda mi adolescencia siempre ahorré para eso. Y cuando llegó la pandemia sentí que ése era el momento, porque no había nada que hacer literalmente, y contacté a varios productores”, cuenta Antonella. Así llegó al productor Marcelo Aldunate y echaron a andar el proyecto Si tan Solo EP; una colección de cinco canciones que había compuesto a lo largo de su vida.

El disco que va a lanzar este año incluye 11 canciones inéditas compuestas por Antonella.

“Hice un trabajo consciente sobre las influencias que quería que tuvieran mis canciones, lo que quería rescatar, el mensaje que quería dar. Lo que resultó fue un disco inspirado en las películas de los años ‘40, que rescata guiones, soundtracks y la estética visual de esa época, y a la vez responde a mis influencias con la Old Fashion Jazz Band. Tuve la meta de juntar ambos mundos de una forma familiar, lúdica y transversal. Quería darle algo a ese público que me venía siguiendo del mundo del jazz y de los boleros, que es hacia donde he ido transitando. Antes que nada soy una fanática de la música popular”.

Mantuvo el look que ya venía cultivando: “Entonces en vez de cambiarlo, dije: ‘cómo agarro esto y lo resalto aún más’. Es como crear un personaje. Al cantar me gusta interpretar de una forma muy teatral, exagerada. Las canciones de este disco son muy narrativas, hay algo que contar y me gusta explicar de qué se trata cada tema”.

En total estuvo un año planificando el disco; seis meses componiendo y otros seis organizando la logística: los músicos llegaron a la grabación con las partituras y los arreglos ya ensayados. La grabación ocurrió en el rango de un mes, del 18 de noviembre al 18 de diciembre, y colaboraron 29 músicos. Primero partieron a Concepción a grabar la sección rítmica en el estudio de Francisco “Pancho” Molina -baterista de Los Tres y jazzista-. En Santiago continuaron con las grabaciones durante distintas sesiones.

“Nos conseguimos un estudio que como nos lo prestaban podíamos ocuparlo solamente en horarios no laborales, o sea de las 19:00 de la tarde en adelante, feriados y fines de semana. Entonces teníamos sesiones de 19:00 a 03:00 horas. Fue muy entretenido e intenso”.

Carátula de Polo Opuesto, el single que Antonella lanzará el 2 de abril.

“Polo opuesto”, el single que lanzará el 2 de abril en la sala Citylab del GAM, es un bolero romántico y tradicional que habla sobre amores platónicos. Fue grabado en vivo en una sola toma, “a la antigua”, con instrumentos como guitarras, cuerdas, contrabajo, trompeta y percusión latina, y la participación de los músicos del Cuarteto Austral. El martes, además de interpretarlo en vivo, mostrarán el videoclip de la canción, pieza audiovisual que se grabó en la Peluquería Francesa bajo la dirección de Camila Urban.

“Ahí se refleja esta estética de cine noir, de femme fatale y el imaginario retro que me acompaña”, comenta la cantante. Adelanta una imagen que hace alusión a una clásica pintura de René Magritte.

Después de “Polo opuesto”, cuenta Sigala, la idea es ir lanzando canciones una vez al mes o cada seis semanas, hasta el lanzamiento del disco en agosto. “Y ojalá el 2 de diciembre estrenarlo en vivo en un teatro grande, todavía no sé dónde”.

- No tienes lugar, pero tienes fecha.
- Es que todos mis hitos salen siempre el día 2. Es como una cábala. Desde el primer single todo ha salido un día 2. Mi EP salió el 2 del 2 del 2022. Planeo seguir con la tradición.

- Perteneces a la generación donde reina la música urbana, ¿qué se siente haber recibido nominaciones como Artista Proyección en los premios MUSA 2022 y los premios Pulsar 2023?
- Me tomó muy por sorpresa el buen recibimiento que tuvo mi primer EP. La verdad no me lo esperaba. Pensé que no había mucho espacio, pero creo que las redes sociales permiten la existencia de nichos más grandes, y dan la posibilidad de conectar con artistas y propuestas nuevas.

Ser telonera

Hay distintos caminos para llegar a telonear a un gran artista. “Lo que hay que hacer, sí o sí, es ofrecerse”, apunta la cantante. En el caso de Michael Bublé, que se presentó en Chile en noviembre de 2022, se contactó con la productora. Luego el propio cantante estadounidense la habría elegido entre varias alternativas locales. Le jugó a favor ser cantautora, ya que buscaban a alguien con canciones originales y no sólo que se tratara de un buen intérprete o crooner. Antonella tenía 21 años y se paró dos noches seguidas en el escenario del Movistar Arena.

“Yo venía de cantar en puros bares o lugares chicos, entonces fue una experiencia nueva, definitivamente. Al mismo tiempo lo traté de enfrentar como cualquier otra noche de concierto. Se hace más desafiante porque realmente la gente está más lejos físicamente, pero yo trato de seguir con mi relato, de generar cercanía. Pasó que mucha gente en el público me conocía, porque me había visto en el Club de Jazz y al día siguiente me escribían por redes sociales. Se sintió muy bien sentir que había una coherencia, fue una linda recepción”.

En abril de 2023 teloneó a la cantante francesa ZAZ, en esa oportunidad ella misma le mandó un mail a la productora diciéndole que sentía que había mucha coherencia con su proyecto. Quedó. Le tocó conocerla en los días del concierto, también a Michael Bublé que se tomó el tiempo de escuchar la prueba de sonido. Con Luis Miguel fue distinto, por el tamaño del artista y la producción, no tuvo ocasión de interactuar con él, pero también lo recuerda como una gran experiencia, definitivamente más masiva.

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