Cultura
4 artistas chilenos en el extranjero que vale la pena conocer
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Soledad Salamé, Estados Unidos
Después de vivir en Venezuela, en 1983 la artista chilena Soledad Salamé (@soledadsalame) se instaló en Washington DC movida por la calidad de sus museos, y en 2009 se trasladó a Baltimore, Maryland. “La otra cosa que fue muy importante para mí fue la idea del tiempo: todo en Estados Unidos se movía más rápido. El hombre llegó a la Luna y nosotros ¿qué hacíamos con el pincel en la mano? Y por supuesto en esos momentos no teníamos los sistemas de comunicación ni la tecnología integrada al arte de hoy en día”, reflexiona.
En 2019 Salamé presentó el proyecto We The Migrants: Fleeing/Flooding, que reflexionaba sobre la migración, los cambios climáticos y la distorsión de las noticias. Ahora, Soledad está investigando sobre el vertedero de ropa usada en el desierto de Atacama, enfocado en los problemas ecológicos que acarrea el fast fashion, que se exhibirá en el Blaffer Museum en Houston en enero de 2025.
Sobre la influencia de vivir en Estados Unidos en el desarrollo de su carrera, Soledad reflexiona: “No ha sido fácil, pero se han abierto muchas posibilidades. Mi trabajo está en colecciones importantes y en museos como The Women’s Museum y The National Gallery of Art, ambos en DC”.
Para Soledad, el gran desafío para los artistas chilenos en el extranjero es cómo obtener ayuda para llevar sus exhibiciones a Chile y estar presentes en el país. “Yo veo el arte en Chile muy avanzado y los artistas con propuestas muy inteligentes. Además, está el grupo Antenna, que ayuda a la promoción del arte y a los artistas. Y también veo a Ramón Sauma y Colección Ca.Sa inaugurando nuevos espacios”, dice.
Alejandro Urrutia, Alemania
“Berlín es una ciudad que exuda libertad, se siente en la calle”, dice el artista chileno Alejandro Urrutia (@alejandro_urrutia_lorenzini)
Urrutia, arquitecto de profesión y que trabajó en eso durante 10 años, siempre había sido un apasionado por la escultura, y fue tras un taller con el artista chileno Eugenio Dittborn que se atrevió a experimentar en serio con este nuevo formato.
Actualmente está exponiendo en la galería The Ballery, en Berlín, mientras prepara una exposición en Copenhague y otra en Chile para el próximo año. Además, está desarrollando dos esculturas a pedido: una para un hotel en Marruecos y otra para un crucero en Londres.
Y aunque reconoce que extraña Chile, desde su familia hasta las montañas, dice que vivir en Berlín ha sido clave en su carrera. “Es un lugar cargado de historia, donde actualmente se celebra la diferencia. Es fácil experimentar y conectar con todo tipo de personas y lugares”.
Javiera Hiault-Echeverría, Francia
Javiera llegó a París hace 15 años a estudiar y a acompañar a su pareja en sus estudios, pero cuenta que la decisión de quedarse en la ciudad se fue haciendo “poquito a poco”. Fue en esta ciudad donde empezó su carrera y para ella el sistema de arte francés hace posible un tipo de economía del arte muy distinto al chileno, que probablemente ha influido en su camino.
¿Cuál es la diferencia con lo que pasa en Chile? “Los recursos económicos y humanos puestos de parte del Estado y de los privados en apoyar el trabajo de los artistas (y digo trabajo, ya que me parece importante entender desde ahí la cosa) se ve reflejado en varias cosas: la formación profesional de los artistas, la circulación de ideas y modos de hacer en contextos de residencia, por ejemplo, la valorización de las etapas de investigación, me parecen ser ‘beneficios’ que existen hoy en Francia y que están relacionados con el tipo de políticas públicas y las formas de entender la importancia de la cultura que ahí se tiene”, explica Javiera (@javierahiaultecheverria).
Hoy Javiera está trabajando en un proyecto de investigación artística en Pompeya junto a un grupo de científicos y arqueólogos, que tiene como objeto de estudio la huella del dibujo en el espacio urbano, su traducción y especialización. “Estas experiencias de colaboración y de inteligencia colectiva son centrales en mi práctica actual”, comenta.
Amalia Valdés, Berlín
Mientras dormían o Während des Schlafes es el título de la última exposición de la artista chilena Amalia Valdés (@amalia_o_amalia), que inauguró la semana pasada en la galería Seippel, en Colonia, Alemania. La muestra tiene directa relación con el proceso que está viviendo Amalia, “como madre creadora”, desde Berlín, ciudad a la que llegó hace siete años. “Decidí instalarme aquí porque es una ciudad súper estimulante en el ámbito de las artes y, al mismo tiempo, es una ciudad amorosa para las familias jóvenes, como es mi caso”, explica.
Su última exposición reúne trabajos realizados durante los últimos tres años, mientras sus hijas dormían, y en ellos se entrelazan formas puras con símbolos sagrados. “Representa un homenaje a la diversidad creativa del ser humano, y es también un homenaje al infinito y las constelaciones, la tierra y su propiedad matérica a los pueblos originarios latinoamericanos y al tiempo, ese escaso recurso muchas veces inmanejable”, cuenta.
Para ella, estar en Alemania ha significado que se le abran muchas puertas. “Es mucho más fácil para mí trabajar desde acá, ya que en esta parte del mundo todo pareciera estar más conectado. Hay un mayor interés y más recursos. Por ser Berlín una de las principales capitales del arte, pienso que hay una mejor visibilidad y una mejor conexión con artistas y agentes culturales. Sólo Berlín tiene más de 200 galerías de arte; Alemania es un gigante y los alemanes consumen cultura, está en su ADN”, reflexiona.