Cultura
Habitar la inmensidad: los paisajes sonoros del fotógrafo Pablo Valenzuela y el músico Philippe Boisier

Habitar la inmensidad: los paisajes sonoros del fotógrafo Pablo Valenzuela y el músico Philippe Boisier
Tras una década de retratar el patrimonio natural y cultural, el fotógrafo chileno pone el foco en el territorio nacional, específicamente en la Patagonia, retratando cómo la escala humana se hace presente frente a la amplitud del paisaje en el extremo sur del país.
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La obra de Pablo Valenzuela Vaillant se ha nutrido de la fotografía, de la arquitectura y la naturaleza. Un interés que se había acrecentado a través de sus excursiones a la montaña, agudizando su intención de construir una nueva imagen con los elementos que entrega el paisaje. Su carrera artística ya acumula una decena de exposiciones en Chile y el mundo, además de sus 20 publicaciones editoriales, como Chile Profundo y Geometría del instante, entre otros.
Habitar la inmensidad, su más reciente exhibición junto al músico y arquitecto Philippe Boisier, está compuesta por más de 80 imágenes en movimiento combinadas con música y diseño sonoro de una serie fotográfica previamente presentada en la galería EKHO. “Philippe me propuso que yo grabara videos en los mismos lugares fotografiados y los complementáramos con música del disco y su propio diseño sonoro. Para eso hicimos un último viaje en diferentes estancias y locaciones cercanas a Punta Arenas y Porvenir”, señala Valenzuela.
La muestra posee proyecciones audiovisuales en alta resolución con una estética y un estilo fotográfico en blanco y negro sobre el paisaje austral de Chile. Acompañado de sonidos de la misma naturaleza del sector, sumergiendo al espectador en una atmósfera de armonía y rituales ceremoniales, logrando una experiencia inmersiva innovadora, la cual pronto estará disponible en distintas regiones del país.
Un viaje audiovisual al fin del mundo
El proyecto artístico nace en 2016, tras un trabajo de investigación profundo que duró casi una década en realizarse, abordando la historia del montañismo chileno y la geografía extrema de la región de Magallanes. Después de incontables viajes desde los años ‘80, surgió la idea de retratar la inmensidad de la estepa patagónica y reflejar de forma artística la forma de habitar en estos parajes desolados.
“La Patagonia siempre ha sido una gran fuente de inspiración. A través de una mirada artística podemos contribuir a poner en valor el patrimonio cultural y natural de Chile. En nuestro país falta mucho por hacer y, por cierto, falta enamorarnos de lo nuestro”, explica Valenzuela.
En 2019, Philippe Boisier -bajo su seudónimo Icalma- propuso a Valenzuela realizar una colaboración para su vinilo lanzado en 2024, en donde toma el nombre del proyecto y dos fotografías para la carátula e interior. Las 11 canciones plasman paisajes sonoros que combinan los silbidos del viento y vibraciones sutiles, gracias a la dimensión sensorial provocada por la flora y fauna de la zona.
“Pablo ya conocía bien los paisajes a retratar y la música ya estaba compuesta, la cual fue en su momento inspirada por las historias andinas y patagónicas. El guión estuvo bastante claro desde un comienzo. Para este trabajo en particular, el desafío fue más bien técnico, ya que el formato de proyección del MUI -en donde estaremos exhibiendo durante todo abril y mayo de este año- es muy particular, y excede los formatos tipos de cine, video y fotografía”, asegura Boisier.
Road trip magallánico
Tras una excursión por los lugares más recónditos de nuestro país, Valenzuela logró captar las postales propias de la Patagonia, construyendo por años una mirada madura y potente sobre el paisaje lineal. “El trabajo audiovisual en terreno es siempre desafiante. Dejar la cámara fija y dejar que las cosas sucedan como el viento, el movimiento del mar o de algún arriero, animal, ave, etc. Es transportar al observador a la experiencia vivida por el fotógrafo al enfrentarse a esos escenarios”, afirma Valenzuela.
Para Boisier fue una especie de road trip cinematográfico, en el cual ambos estaban en sincronía con los ritmos y formas de trabajo del otro. Valenzuela y Boisier fueron criados en la montaña, como socios del Club Alemán Andino. “Esta idea se vio muy presente en este viaje, desde alimentarse bien con lo mínimo, estar preparados para las inclemencias del clima y el respeto por el espacio”, concluye Boisier.
Habitar la inmensidad también estará presente en el Espacio La Compañía en Valparaíso desde el 26 de abril, Aula Magna de la Universidad Católica de Temuco el 7 de mayo, el Festival de Cine del Mar en Concepción el 8 de mayo y Museo Interactivo Mirador (MIM) desde el 17 de mayo, en donde habrá algunas presentaciones en vivo de Icalma que se apoyarán en las imágenes de la muestra. Actualmente se están gestionando otras presentaciones para llevar la muestra a otros espacios del país.