Cultura
Hogares eficientes, todo un desafío
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Disponer de espacios que optimicen el consumo energético aprovechando la luz solar y buscando los beneficios disponibles es una de las tareas que la arquitectura busca solucionar hoy al momento de diseñar una vivienda. Aquí algunos expertos explican cómo lograrlo.
Felipe Croxatto, socio de Croxatto y Opazo Arquitectos, estudio nominado dentro de las 100 mejores oficinas de arquitectura, diseño y paisaje por la revista AD (Architectural Digest Latam), comenta que “estos conceptos son aplicables a cualquier proyecto, llevarlos a cabo puede presentar desafíos diferentes dependiendo de la escala del proyecto, pero no necesariamente es más fácil o difícil en uno u otro caso; simplemente cambia el enfoque y las soluciones”.
Por otra parte, Jorge Simpson, arquitecto Gerente general de Modelo Integrado Studio, enfatiza que la forma de determinar si una casa es más o menos eficiente, dependerá de su consumo energético, cuánto costará calefaccionar o enfriar, iluminar o ventilar un espacio, cuánta agua se consumirá, si se recuperará o no parte de ésta para reutilizarla. También si se podrán incorporar sistemas que generen energía, ya sean solares o eólicos.
“Para esto existe una serie de lineamientos, certificaciones y normativas que nos orientan en los criterios de diseño, como las certificaciones CES, LEED, Passive House, entre otras”.
“Para esto existe una serie de lineamientos, certificaciones y normativas que nos orientan en los criterios de diseño, como las certificaciones CES, LEED, Passive House, entre otras”.
El tamaño determina
Croxatto explica que las viviendas más grandes tienen posibilidades tecnológicas, pero requieren una gestión energética cuidadosa debido a su mayor consumo potencial. En cambio, una vivienda más pequeña, es naturalmente más eficiente por su tamaño reducido, pero exigen un diseño muy preciso para evitar pérdidas térmicas y maximizar el confort.
Simpson coincide. “Una casa grande va a enfrentar desafíos de cómo calefaccionar, iluminar y ventilar, dependiendo de cómo está diseñada, si es alargada o si es concéntrica. Por ejemplo, los patios interiores pueden ayudar mucho a controlar y mejorar la eficiencia, además de ser muchas veces lugares de sombra más frescos que permiten regular la temperatura interior. En una casa más chica se deben trabajar muy bien las fachadas, aleros y celosías principalmente porque la volumetría de ella no permitirá que ésta se auto proteja con sombra sobre sí misma, y generalmente es más complejo tener grandes aleros con jardines o terrazas que bajen la temperatura del entorno”.
Otro punto a considerar es el entorno en donde se inserta la vivienda. No es lo mismo construir en el desierto a construir en el extremo sur de Chile, es por esto que “primero debemos analizar y evaluar el terreno, la ubicación con sus beneficios y adversidades climáticas para poder responder a las necesidades que plantea el desafío de construir una casa eficiente”, afirma Simpson.
Croxatto enfatiza en relación a la distribución que puede tener una vivienda. “Creemos que no existe una distribución única o ideal. Para lograr una distribución eficiente, es crucial comprender las condiciones específicas del entorno y del terreno. Cada región tiene características particulares que influyen en las decisiones de diseño: no es lo mismo construir en el extremo sur, en el norte o en el centro del país, ni frente al mar o en la montaña. Por esta razón, entender las particularidades de cada zona es fundamental”.
Por su parte Jorge Simpson explica que “debemos tener ciertos cuidados porque en una casa siempre vamos a privilegiar alguna vista, o buscaremos privacidad hacia el entorno, querremos que la vida en la casa se desarrolle de una cierta forma, y es aquí donde deberemos tomar ciertas decisiones de diseño”.
Por su parte Jorge Simpson explica que “debemos tener ciertos cuidados porque en una casa siempre vamos a privilegiar alguna vista, o buscaremos privacidad hacia el entorno, querremos que la vida en la casa se desarrolle de una cierta forma, y es aquí donde deberemos tomar ciertas decisiones de diseño”.
Felipe Croxatto y su socio Nicolás Opazo
Lo anterior se relaciona con la orientación de una vivienda, lo cual a su vez tiene que ver con uno de los factores más importantes a considerar: la luz solar. Ésta no sólo mejora la iluminación natural, también ayuda a temperar los ambientes. “En nuestro hemisferio, la orientación norte es generalmente la más eficiente para aprovechar el sol, pero este criterio debe complementarse con un análisis más amplio, ya que en ciertas condiciones podría afectar el confort térmico”, aclara Felipe Croxatto.
El arquitecto de Modelo Integrado Studio coincide: “Idealmente querremos que las habitaciones den hacia el nororiente, recibiendo el sol de la mañana que en invierno permitirá activarnos y en verano no es tan fuerte. Los recintos de estar; living, comedor hacia el norponiente, en lo posible con terrazas techadas o aleros grandes que den sombra y que corten la entrada directa del sol o jardines frescos que permitan bajar la temperatura del entorno. Las cocinas, ya que generan calor, pueden quedar hacia el sur donde sólo recibirán luz”.
Felipe Croxatto añade: “en zonas calurosas, es esencial combinar la orientación norte con elementos como aleros, quiebravistas o vegetación, que permiten controlar la radiación directa y el calor en épocas de altas temperaturas, sin sacrificar el confort en invierno. Respecto a otras orientaciones, el oriente es ideal para dormitorios y áreas de estar por la luz de la mañana”.
También comenta que la orientación sur tiende a ser fría y húmeda, ya que no recibe luz solar directa, sólo reflejada. “Las fachadas orientadas al sur suelen ser más frías, por lo que es importante considerar sistemas constructivos que conserven la temperatura interior y controlar las aperturas para evitar pérdidas térmicas”.
También comenta que la orientación sur tiende a ser fría y húmeda, ya que no recibe luz solar directa, sólo reflejada. “Las fachadas orientadas al sur suelen ser más frías, por lo que es importante considerar sistemas constructivos que conserven la temperatura interior y controlar las aperturas para evitar pérdidas térmicas”.
Agrega que la orientación poniente presenta desafíos en épocas de verano, ya que el sol ingresa de manera directa y genera un aumento significativo de temperatura en el interior. Durante el invierno, sin embargo, puede aportar calor adicional. En este caso, se pueden implementar estrategias como persianas móviles o parasoles que mitiguen el impacto térmico.
“En terrenos con orientaciones menos ‘ideales’, son la arquitectura y el diseño los que deben ofrecer soluciones que garanticen el confort de los usuarios. Existen múltiples recursos para abordar estas situaciones”, añade.
“En terrenos con orientaciones menos ‘ideales’, son la arquitectura y el diseño los que deben ofrecer soluciones que garanticen el confort de los usuarios. Existen múltiples recursos para abordar estas situaciones”, añade.
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