Cultura
La tendencia de las biopiscinas se instala en Chile
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Este año, en un edificio en San Miguel, se inauguró la primera biopiscina de uso público de Chile y Latinoamérica, lo que significó un hito en la historia de esta industria.
Lo logrado por Bioantu, empresa de ecoingeniería hídrica fundada por los hermanos chilenos Francisco y Mauricio Torres, es un reflejo de lo que se ha estado desarrollando alrededor del mundo.
Alemania es uno de los países donde este estilo de piscina ha llegado para quedarse; de acuerdo con Bioantu, una de cada cuatro piscinas ya son naturales en ese país. Según El País, cada vez es más frecuente que las piscinas naturales sean parte de espacios de ocio en países de Europa. Un ejemplo es el hotel Scarlet en Inglaterra, que ofrece un eco spa que cuenta con una piscina natural en el exterior.
Un enfoque natural
Francisco Torres, ingeniero civil y CEO de Bioantu (@bioantuecoingenieria), explica que las biopiscinas son “un cuerpo de agua con un entorno vegetativo que mantiene la salud y el equilibrio del ambiente acuático, donde el ser humano puede zambullirse sin ningún problema”.
Esto se logra gracias a la depuración natural, que mantiene el agua sin utilizar sustancias químicas. Las biopiscinas cuentan con dos partes: una para nadar y otra destinada a la depuración del agua, más conocida como “zona de regeneración”.
Para que esta última funcione bien, se necesita de un equilibrio ecosistémico donde las plantas son protagonistas. Para este proceso son adecuadas las macrófitas o hidrófitas, que “deben ser seleccionadas según el grado de exposición solar, el tipo de agua al cual van a estar expuestas y las profundidades de las cuales van a estar sumergidas”, detalla Francisco.
El ingeniero forestal y paisajista Cristóbal Elgueta (@paisajismoecosistemico) construyó su primera piscina natural replicando un acuario hace 20 años. “Se deben mezclar las comunidades vegetales de plantas subacuáticas y también usar sustratos de distintas granulometrías que alojan una comunidad de bacterias que, entre otras cosas, se hacen cargo de sacar del agua a los patógenos u organismos que puedan ser problemáticos”, explica.
Beneficios para las personas y la naturaleza
No son desconocidos los efectos adversos que tiene exponerse al cloro de las piscinas tradicionales durante mucho tiempo. Al respecto, Elgueta recalca que el primer beneficio de las biopiscinas tiene relación con la calidad de vida.
“En general la concentración de cloro que uno ocupa en la piscina tradicional es perjudicial para la salud en muchos aspectos; como alergias, irritación, estudios que lo relacionan con cáncer, etc”, explica.
Además, al verse y ser un cuerpo de agua natural, con los colores y el aspecto que le da el sistema de depuración natural, se crea un espacio que permite una mayor conexión con la naturaleza, como si fuera un lago, laguna o río. También tienen beneficios ecosistémicos: al ser un estanque natural, que cuenta con agua limpia y distintas plantas, se genera un espacio seguro para diversas especies. “Son paraderos biológicos para la subsistencia del entorno natural. Todos los insectos lo necesitan para poder ir a beber, para generar su cadena alimentaria, para reproducirse, expandirse y crecer”, detalla Francisco Torres.
Un futuro prometedor
Cristóbal Elgueta y los fundadores de Bioantu coinciden en que se observa un mayor interés en este tipo de piscinas. “Cada día hay más gente que lo valora, que le interesa, que la encuentra preciosa y que entiende que podemos tener un agua de baño que es mucho más amable en términos ambientales”, cuenta el paisajista.
Según Mauricio Torres, ingeniero constructor y COO de Bioantu, en un futuro se espera que en Chile una de cada 10 piscinas sean naturales. Asimismo, destacan la importancia de que este crecimiento vaya de la mano con una cuestión cultural:
“Esperamos generar un aspecto de lo que es la base de conocimiento del agua en Chile, poder formar parte, no solamente en los proyectos que realizamos, sino también hacer un cambio en la cultura del agua”, puntualiza.
En nuestro país recién se está realizando una valoración técnica de esta tecnología desde las autoridades, por lo que es algo que se desarrolla más en el ámbito privado. Si bien la primera piscina natural pública que levantaron desde Bioantu permitió conversar más al respecto, aún queda para que se empiece a considerar con fuerza desde el sector público.
“Hay normas que cambiar y conocimiento que adquirir. Para que esto explote necesitamos gente capacitada y que realmente sepa lo que está haciendo”, finaliza Elgueta.