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Análisis

Jorge Selume: "La acusación constitucional será un arma política para dañar las posibilidades de la centro derecha en las urnas"

Jorge Selume: "La acusación constitucional será un arma política para dañar las posibilidades de la centro derecha en las urnas"

Esta semana el director de Artool se refiere a la inflación en tiempo electoral y el impacto del cuarto retiro. Además de la acusación constitucional contra el Presidente Piñera.

Por: Jorge Selume | Publicado: Sábado 9 de octubre de 2021 a las 21:01
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Acusación constitucional como herramienta electoral

Se trata de la undécima acusación constitucional que presenta la oposición durante el presente mandato. La segunda que va dirigida contra el Presidente de la República.

Pero en esta ocasión, a diferencia de la anterior, hay un ingrediente que le da más sazón: estamos a semanas de la elección presidencial y parlamentaria, por lo que esta acusación será un arma política -que junto con el cuarto retiro- la oposición usará para dañar las posibilidades de la centro derecha en las urnas.

Y lo más probable es que lo consigan, porque lo que está en juego (ser el primer Presidente en democracia en ser destituido por el parlamento) es de tal magnitud que es capaz de teñir debates, entrevistas, puerta a puerta, puntos de prensa y hasta mítines.

Para los candidatos oficialistas, por más alejados que se encuentren del gobierno, atravesar una campaña electoral bajo la sombra de una acusación constitucional será como correr una maratón sujeto a un grillete.La izquierda ya ha dado muestras de ser quirúrgicamente efectiva para activar operaciones políticas previas a las elecciones con el fin de obtener réditos electorales.

Lo hizo Ricardo Lagos en 1999 lanzando la reforma laboral previo a la segunda vuelta, y lo hizo recientemente la oposición con el tercer retiro previo a la elección de los constituyentes. En ambos casos la izquierda logró su cometido y asestó un golpe a las costillas de la centro derecha, justo antes de abrirse las urnas.

En esta elección, que ya se ve muy cuesta arriba para el oficialismo, esta acusación sugiere ser la estocada final. Poco importará el mérito judicial detrás de la acusación en cuestión, pues eso lo dirimirá la justicia con posterioridad a la votación, es decir, cuando las cartas del poder político ya se hayan rebarajado y sea otra la mano que porte el mazo.

La ley del hielo del candidato magallánico

Gabriel Boric se resta de los debates por situaciones que aparentemente escapan de su control. En el caso del debate de La Tercera, fue porque le falló el internet.

En el de Enagro, porque un atraso en el inicio le generó tope de agenda. A esto se suma el itinerario de entrevistas menos nutrido de todos los candidatos en competencia, evitando someterse a espacios donde pueda ser inquirido en más detalle acerca de su programa de gobierno, el cual sorpresivamente ya no puede ser descargado íntegramente desde la web del candidato.

¿La razón? Desde su comando aseguran que lo están “rearmando, mediante un proceso participativo con mesas ciudadanas a lo largo de Chile” y que darán a conocer la versión definitiva a cuatro semanas de la primera vuelta.

Este halo de incertidumbre se agudizó esta semana cuando el candidato asistió, contrario a su costumbre, a una entrevista periodística con Tomás Mosciatti, donde se le vio especialmente débil a la hora de responder preguntas básicas ligadas a la actualidad económica.

A esto se suman las contradicciones que surgen entre las declaraciones que realiza el candidato y su equipo programático.

Por ejemplo, respecto a pensiones. Por un lado, su asesor Diego Pardow sostiene que en un próximo gobierno de Boric el cotizante podrá “elegir” entre perder el stock ahorrado o perder el flujo futuro; mientras que, por otro lado, Gabriel Boric nos dice lo contrario: “No vamos a tocar ni un peso de los ahorros de los trabajadores. Le quiero entregar tranquilidad a la gente en ese tema”.

A la fecha, no queda claro cuál es la propuesta económica del candidato Boric, más allá de que quiere promover una economía que no sea extractivista (¿qué implica concretamente?). Al igual que no queda claro si gobernará pactando con el PS, como lo hace hoy el FA en la Convención, o si lo hará sometido al PC, como sugiere la incorporación de Irací Hassler a su comando o el café público que compartió con Daniel Jadue.

Inflación electoral

En abril del año pasado el dólar llegó a su nivel más alto de la historia, rozando los $ 870 pesos. Esto impulsado por las pesimistas expectativas de las personas y los inversores en un contexto de pandemia y pocos meses después de un estallido social.

Esas expectativas mejoraron con el impecable proceso de vacunación y la celebración de un plebiscito y consiguiente inicio de la constituyente que buena parte de los chilenos miraba con optimismo. El dólar volvió a niveles a los que estábamos más acostumbrados y los temores parecieron despejarse.

Sin embargo, a medida que se acercaba la elección de mayo de este año, desoyendo por tercera vez a los técnicos y académicos, nuestros parlamentarios aprobaron un tercer retiro de los fondos de pensiones y se rompió una represa que hasta ese momento había aguantado a duras penas. Subió nuevamente el dólar y la inflación se disparó a los niveles más altos que hemos visto en más de una década. El pan subió $150 el kilo, la carne subió 9,2% y el tomate 21%.

Nada de esto parece importarles a nuestros honorables parlamentarios, quienes, a pesar de las claras señales que entrega el mercado, se muestran dispuestos a aprobar un cuarto retiro, aun a sabiendas de que eso aumentará la inflación y subirá el costo de vida para los chilenos más vulnerables.

Los parlamentarios prefieren “no creer en datos objetivos” pues es más conveniente en términos electorales creer en la “sensación subjetiva” de que nada malo pasará si continúan promoviendo retiros e inyectando billetes circulantes a una economía sobrecalentada con tal de ganar unos cuantos votos.

A la luz de su comportamiento, todo parece indicar que para ellos lo importante es ganar más poder y no proteger a quienes dicen representar. Total, si algo sale mal, siempre tendrán a alguien a quién culpar, al Banco Central, al capitalismo salvaje o al imperialismo global.

Tuit destacado de la semana

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