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Análisis

Pablo Longueira: “Hay que refundar el país”

Pablo Longueira: “Hay que refundar el país”

Aunque lleva más de una década fuera de la primera línea, no ha dejado de observar, analizar y, cuando lo estima necesario, intervenir en la vereda pública. Reconoce que ha hablado con todos los candidatos presidenciales de la derecha y centroderecha y que lo que lo mueve hoy a reaparecer es su preocupación por la falta de unidad de su sector y la necesidad de crear un nuevo conglomerado que aglutine al 62% del Rechazo.

Por: Por María José Gutiérrez - Fotos: Verónica Ortiz | Publicado: Sábado 12 de abril de 2025 a las 21:00
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Jueves, 3:30 pm. Pablo Longueira, ex candidato presidencial, exministro, expresidente de la UDI -hoy dedicado a la ingeniería- está en el departamento de su mamá en Las Condes, donde almuerza cada jueves. A las 5 partirá a Copiapó a una visita en terreno.

Ya son 12 años los que el discípulo de Jaime Guzmán lleva fuera de la primera línea política. De la primera línea. Porque aunque ya ni siquiera milita en la UDI, está activo en unos 50 chats políticos, reconoce, hace asesorías políticas y ha conversado con todos los candidatos presidenciales de la derecha y centro derecha.

Así, con una pata afuera y otra no tanto, dice al partir la conversación: “Es evidente que después de la incorporación del voto obligatorio, del Rechazo del 4 de septiembre, y de este gobierno, todo el péndulo ha girado -como nunca- hacia el mundo de la derecha. Todas las encuestas son muy categóricas, y el ambiente así lo demuestra, de que la probabilidad de que haya un gobierno de derecha es altísima. Como nunca hubo en los escenarios anteriores”.

Pero Pablo Longueira no está conforme, ni emocionado. Está preocupado. “El año pasado tuvimos elecciones que tenían una base de comparación muy baja respecto de la elección anterior. Ese éxito que de alguna forma se exhibió el año pasado, ocultó los efectos que tuvo la falta de unidad, que es lo que hoy preocupa en la conducción de la centroderecha”, señala. Y ejemplifica: “Si la centroderecha, como lo planteé oportunamente, hubiese hecho primarias y enfrentado las gobernaciones de Chile con un solo candidato, hoy día tendría cinco gobernaciones más. Y dentro de ellas, las dos más grandes: la Región Metropolitana -porque Claudio Orrego no alcanzó a sacar el 40% en la primera vuelta- y la región de Valparaíso. Es importante decirlo porque no existe esta mirada de lo que significó la falta de unidad”. 

- Ahora se acercan las presidenciales y está prácticamente descartada una primaria de la derecha. ¿Qué impacto puede tener?
- Hoy es evidente que no va a haber una sola primaria. Muy por el contrario, creo que el único escenario que Chile Vamos y Evelyn Matthei tienen que evitar es que a última hora de este mes, el 29, sean sorprendidos con que, por ejemplo, Kaiser se inscribió en una primaria con un compañero de lista, que puede ser hasta el propio Rodolfo Carter. O puede ser, por ejemplo, el senador Castro de Talca que es socialcristiano ahora, o el que quieran, para aprovechar la primaria y franja y tener más recursos económicos. Porque tú en una campaña puedes recuperar y captar recursos económicos. Lo que yo estaría haciendo si asesorara a Kaiser y a Kast, es que el 29 los sorprendo a todos e inscribo una primaria. ¿Chile Vamos está preparado en ese escenario? ¿O les da lo mismo? A lo mejor les da lo mismo.

Longueira dice que a diferencia de su entorno político, él era partidario de que Michelle Bachelet fuera la candidata presidencial oficialista. “Yo creo que (Matthei) le ganaba (a Bachelet) y bastante bien. Por eso es que yo no tenía ningún temor que ella aceptara la candidatura. Y Bachelet al ser candidata única, iba a poner como exigencia que hubiera sólo una lista parlamentaria. ¿Y ese hecho político cómo nos hubiese afectado al mundo de la centroderecha? Que hubiese cerrado filas con Matthei y aquí se habría instalado una energía para hacer una sola lista parlamentaria”, sostiene.

“Meses atrás -añade- yo hubiera dicho ‘mire señores, vamos a hacer elecciones primarias parlamentarias y vamos a llevar una sola lista’. Si vas a hacer una lista juntos y has tenido la votación que tuviste el año pasado y en el ambiente político que tienes, lo razonable es que la proyección sea que puedes aspirar a sacar 13 senadores de los 23 (hoy Chile Vamos tiene 12), te quedas ocho años con una mayoría en el Senado, o sea, dos periodos presidenciales. Y en el caso de la Cámara de Diputados tiene las mesas, tiene las presidencias, tiene una centroderecha desplegada en el Parlamento con mayoría en ambas cámaras”.

- Pero eso ya no pasó. ¿Hay posibilidad de que la derecha vaya en una lista parlamentaria única?
- Es muy difícil. Hoy día están muy peleados, muy distanciados, muy polarizados, se descalifican entre ellos, se reparten responsabilidades en todo. Creo que no hay ninguna posibilidad. Lo más probable es que haya incluso una tercera lista, que sea una lista de Franco Parisi. 

- ¿Esto lo ha conversado con Matthei?
- (Silencio) ¿Cómo te respondo? Tuve una conversación larga privada con ella hace unas semanas. Y como la pedí reservada, no revelaré el contenido. 

- Si bien Evelyn Matthei lidera las encuestas -en la última Cadem marca 18%-, ha ido bajando, mientras que otros candidatos como Johannes Kaiser, suben. ¿Cómo ve el escenario presidencial para Chile Vamos?
- Yo fui a hablar con ella porque sentía una profunda preocupación. Si tú tienes a Kaiser, pero puede ser también Kast, en una primaria dos meses, y estás frente a otra primaria del oficialismo, que tiene su protagonismo y vitrina, no puede estar Chile Vamos en el sofá de la casa viendo las dos primarias. Entonces tienes que estar preparado, decir cuáles son los escenarios que yo tengo, cuáles son los plan B.  Y después tienes a fines de agosto otra fecha importante, cuando se inscriben ya los candidatos oficiales. Y yo creo que tarde o temprano uno de los dos se va a bajar.

- ¿Kast o Kaiser?
- Uno de los dos, porque es evidente. Me imagino que no hay que argumentar mucho, pero si ellos dos quieren derrotar a Chile Vamos, porque así está planteada la pugna política en nuestro sector, está claro que si los dos van de candidato favorecen a Evelyn Matthei para que pase a la segunda vuelta. Entonces, hay un minuto en que me imagino que ellos lo hablarán, y tú tienes que estar preparado para decir “Oye, Kaiser se bajó y va de senador”. Esto lo tienes que tener planificado. Pienso más en Kaiser porque analizo los dos: José Antonio ya tiene un partido, tiene más estructura, tiene más nombre. Kaiser si no gana, pierde todo. Porque quedaría fuera de la diputación y de una senaturía.

- Pero entre ellos dos, quien va ganando en las encuestas es Johannes Kaiser y ha insistido que no se bajará.
- Está bien, pero lo que te quiero decir es que finalmente, si no gana la presidencia, desapareció cuatro años del mundo político. Entonces su proyecto va a ser casi imposible. Si yo fuera asesor de Kaiser le diría: “No es tu vuelta. Hagamos un buen acuerdo, tengamos un par de senadores, diputados. No te arriesgues, eres joven”, porque apostar al todo o nada no pareciera un consejo razonable. 



- ¿Cree que Matthei ha sido una buena candidata? ¿Cuáles han sido sus desaciertos?
- Veo una falta de conducción en Chile Vamos en el comando: que todavía nadie conozca quién es generalísimo de campaña, que haya como un concurso poco menos en la prensa todos los días. Eso no me parece. A mí me tocó ser parte del comando de Sebastián Piñera en su primera campaña. Estaba Hinzpeter, Allamand, Chadwick y yo, y nos juntábamos cada vez que había que hacerlo y enfrentábamos los errores del candidato y conversábamos. Y ahí estuvo el núcleo conductor. Y cuando estuvo Lavín estaban los samurais. 

- ¿De quién es la culpa de esta falta de conducción? ¿De los partidos, de la candidata? ¿O es que no hay nadie capaz de dar unidad a la derecha?
- Lo que no entendí, y ahí empecé a observar que aquí no había una conducción política, fue en el acuerdo de pensiones. Veníamos de una elección completamente ganada, de un sector completamente ordenado, la ola era nunca vista para el mundo nuestro. Venían saliendo de un plebiscito donde todos juraron de guata que iban a mantener el 6%, que la plata es tuya y todo lo que escuchamos. Entonces tú preguntabas ¿dónde se decidió esto (de apoyar la reforma de pensiones)?, ¿quiénes lo decidieron? Nunca hubo un “oye, no nos embarquemos en esto”, o “estos son los costos”. Entonces generaron una división y una polarización y catapultaron a Republicanos y, por cierto, a Kaiser. Si aquí no hubiera habido acuerdo de pensiones, no sé si Kaiser tendría hoy día el rol que está. ¿Quién evaluó esto? Terminaron ellos unidos y nosotros desunidos. ¿Desde dónde se decidió? ¿Por qué se tiene que hacer en este minuto?

- ¿Cree que Chile Vamos debió haber estado en contra de la reforma?
- No, no, no. Si hay alguien que hizo acuerdos en Chile fui yo. Y cuánto te podría decir de lo que me gritaban por haber hecho varios acuerdos. Pero cuando uno hace un acuerdo, lo cumple y sale para adelante. Cuando tú haces un acuerdo es tu propio mundo el que te critica. Y sobre todo en nuestro sector. O sea, cuando yo hice el acuerdo con Lagos tuvieron que pasar varios años para que digan “este señor es estadista”, como algunos dicen hoy día. No tengo nada de estadista, pero da lo mismo. En el minuto yo tuve que cortar la central telefónica de la sede de la UDI porque los saludos a mi madre, dónde estoy, para qué te explico lo que era. Y cuando hicimos el acuerdo con Gabriel Valdés el año 90, en San Bernardo, en la calle me gritaban “¡traidor!”. Entonces, cuando tú haces acuerdos, pones la cara, sales a defenderlos, te la juegas. Pero esta cuestión que te invitan a la ceremonia del acuerdo y no vas. Eso sí que a mí no me pasó nunca. ¿Y por qué? Porque al final abrieron el forado por el lado derecho, entonces dijeron “mejor que no vayamos al acuerdo” y se la sacaron por la (Jeannette) Jara. 

- Después vino el episodio de la presidencia del Senado...
- Claro, conducir la derecha es muy complejo, yo sé lo complejo que es. Pero lo que sí tienen que tener los conductores de la derecha es siempre una prioridad: que la diversidad de la derecha se tiene que dar en la unidad. Nos tenemos que sumar. Mira, yo estuve dos noches enteras negociando con Fra Fra en su casa porque teníamos claro que teníamos que llevarlo, teníamos que darle distrito exclusivo en esa época. Y el tiempo que yo destiné para que hubiera siempre una lista. La derecha es muy diversa, mucho más de lo que la gente cree. Tenemos además este personalismo y todo esto que es propio de nuestro mundo, porque a diferencia de ellos, la izquierda encauza sus diferencias. A nosotros nos gusta resolverlas por los medios y en lo personal. Entonces el espectáculo del Senado fue un poco eso. Como líder, tú tienes que saber diferenciarte. Nosotros teníamos un perfil muy diferente con Renovación Nacional como partido que fuimos a expandir el ideario a la derecha, al mundo de las poblaciones, y RN tenía otro perfil, el Fra Fra con la Unión de Centro Centro, otro. 

- ¿Cuál es el perfil de la UDI hoy? 
- No sé. Te iba a preguntar yo a ti (…) No sé si alguien evaluó, por ejemplo, el costo de que la UDI liderara o fuera parte de ese acuerdo, porque el que va a pagar el mayor costo es la UDI. No existe un análisis político. Nosotros, en el periodo de Jaime Guzmán todos los lunes nos juntábamos los conductores de 9 a 1. Asesinaron a Jaime y se trasladaron a la casa de Jovino (Novoa). Hacíamos inteligencia política.

- ¿Con este diagnóstico, Chile Vamos va a ser capaz de dar gobernabilidad al país?
- Creo que el mayor error que pueden cometer en Chile Vamos es que no entiendan que hay que refundar el país. Estamos viviendo un momento muy especial. Esto no puede ser un gobierno de derecha que viene, tiene que ser un gobierno de derecha que hace un gobierno nacional. Y en ese gobierno nacional tenemos que incorporar a la gente del 62%. Tienen que gobernar con nosotros, tenemos que hacer mayoría, si estamos viviendo un proceso exactamente igual que el que vivimos del tránsito del gobierno militar a la democracia. Si dependiera de mí, yo estaría impulsando que el ministro de Hacienda fuera José Pablo Arellano, o Pepo De Gregorio; ministro de Economía pondría a Óscar Guillermo Garretón, de Amarillos. Ese es mi sueño. Eso creo que es lo que necesita Chile. Hoy es más fácil ganar que gobernar. Aquí tenemos que hacer un ladrillo 2.0, tenemos que entrar desde el primer día a ver cómo enfrentar los problemas para que el país crezca. Venimos saliendo de una crisis institucional. Se trató de botar a un presidente electo democráticamente. No restemos importancia a lo que aquí se intentó. Vivimos una violencia que se justificó. El desafío que tiene que construir Chile Vamos, la centroderecha, Evelyn Matthei, es cómo creamos una coalición que le dé tres o cuatro gobiernos a Chile.

- ¿Matthei, con su 18%, es capaz de hacer un gobierno nacional?
- Creo que ella lo puede hacer, creo que lo debe hacer, pero esto tiene que ser liderado y se tiene que entender por Chile Vamos. Chile Vamos como nombre, como coalición, está agotada. Hoy tienen que estar más preocupados de cómo vamos a gobernar, porque la probabilidad es muy alta. Yo estaría dedicándole tanto más tiempo a cómo conformo esta nueva coalición, cómo la llamo, a quién convoco, a quiénes no. Le llamaremos Concertación por el Progreso. No tengo idea.  Y debiera también haber lo antes posible una cumbre de los tres candidatos presidenciales y los presidentes de los partidos que conversen los mínimos comunes. Yo creo que si alguien lo plantea, no resulta. 

- ¿Desde los libertarios y republicanos hasta los amarillos y demócratas?
- Los presidentes de los partidos que se junten. Conversemos. Nada más que eso. Veamos qué tenemos. Cuáles son los mínimos comunes entre nosotros para garantizarlos para que el ideario de los que entendemos que los 30 años fueron los mejores 30 años de Chile. ¿Cómo le damos a Chile 30 años más? 


“A él (Boric) lo único que le importa es mantener ser el líder del 30%”
- Pasemos al bloque oficialista. Se ven ordenados, con varios candidatos a una primaria presidencial amplia, a la que se podría sumar también MEO.
- Si se suma MEO le gana a todos. Es el mejor candidato para la primaria. 

- ¿Y sin MEO? 
- Me pasa un poco lo mismo que con lo que ocurre en la derecha, porque no puedo dejar de hacer el mismo análisis con los mismos argumentos. Aquí el PS le dio un plazo a Tohá para prender. Obviamente la situación de la senadora Allende ha complicado las relaciones, pero ellos enfrían los paños más rápido que nosotros. Yo creo que la decisión de levantar candidata no pasa por lo que le ocurrió a Isabel Allende. Porque aquí hay una cosa muy importante: no conocí ningún presidente que no quisiera volver. El único que no lo volvió a intentar fue Aylwin, que reconoció en una entrevista que si hubiera tenido 10 años menos hubiera vuelto a postular. Hay que entender en el análisis de Boric que a él lo único que le importa es mantener ser el líder del 30%. Esto es lo mismo que las cascadas de Soquimich: con el 30% tienes el todo. Esto es lo que está en su cabecita durante este año, porque quiere volver y va a intentar volver a la presidencia. Entonces, en ese mundo va a haber mucha unidad, la presidencia lo impulsa y la coalición, y el costo obviamente lo paga principalmente este autodenominado Socialismo Democrático. Y tú me dices si no entrara MEO, ¿quién de los cuatro? Tiendo a pensar que el Partido Socialista tiene una estructura país mucho más completa que el PPD. Pero me imagino que estará evaluando “si nosotros levantamos candidato, a lo mejor estamos debilitando al socialismo democrático y puede pasar Jara”. Entonces es un poco lo mismo acá, que tienes que estar preparado. Lo más probable es que en algún minuto se van a sentar a decir “Oye, por qué no va una de los dos” (Vodanovic o Tohá).

- ¿Quién es el sucesor de Boric? ¿Sus ex ministras Tohá o Jara, o el candidato de su partido Gonzalo Winter?
- Los controladores no tienen reemplazante y no les gusta que existan. 


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“Nunca logré que me gustara la política”- Para cerrar, una apuesta: ¿quién gana la presidencial?
- Hoy, obviamente que Matthei. Pero con la misma certeza te lo puedo decir después de agosto cuando sepa si van a correr los dos K -como les dicen- o no, porque si desaparece una K es complicado el escenario.

- ¿Sería un desastre para Chile un gobierno de un K?
- José Antonio, obviamente, tiene más trayectoria, tiene más partido, ya tuvo una experiencia y sacó el 44%. En el caso de Johannes, no lo conozco tanto. Aparece muy solitario, está construyendo su partido, ha sido una novedad, por llamarlo de una forma. Lo ha hecho muy bien, pero no sé si logre tener los cuadros o tener la capacidad política para enfrentar estos desafíos que tenemos. Porque te vuelvo a insistir, el desafío de gobernar para el próximo gobierno es tremendo, tremendo. (Kaiser) tiene un chasis bastante más reducido que el resto, sin lugar a duda. Ahora, si ocurriera, bueno, iremos todos a colaborar y ayudar al gobierno como lo haríamos con cualquiera. 

- Quizás ese sería el momento de su retorno.
- No, no. Ya cumplí. Nunca logré que me gustara la política. Así que estuve 30 años en el servicio público, no en la política. 


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