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Opinión

Natalia González: "La política debe tener un relato convocante"

Natalia González: "La política debe tener un relato convocante"

La abogada, directora del Área Constitucional de Libertad y Desarrollo, plantea que en el discurso del Presidente Boric faltaron líneas sobre terrorismo e inseguridad; mientras que de la Convención, asegura que la primera versión de normas transitorias que llegó al Pleno estuvo “pasada de rosca”.

Por: Natalia González | Publicado: Sábado 4 de junio de 2022 a las 21:00
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Cuenta pública: ilusiones y desilusiones
El Presidente es un talentoso orador. Con anécdotas personales y mucha emocionalidad, rindió cuenta al país, aunque mayormente les habló a los suyos.

Como sugirió Guillermo Tellier, hizo suculentas promesas en derechos sociales (a ratos, parecía leer el texto de la Convención; las coincidencias fueron muchas, pero seguro son solo eso; el Presidente no quiere una Constitución partisana).

También comprometió un tren entre Santiago y Valparaíso y arriendos a “precio justo” (que, asumo, entiende distinto al de mercado, ¿cómo entenderá el concepto para el pago de las futuras expropiaciones? y es que puede tocarle a él legislar).

Además, un plan para condonar de manera “justa” y gradual el CAE. Nos habló de recomponer las confianzas y nuevamente de las injusticias (según la Convención, los últimos 30 años no han sido más que un puñado de injusticias), pero no destinó una palabra para explicar que buena parte de esa confianza en los gobernantes, se recompone por la vía de conectar las ilusiones ofrecidas con la realidad.

La política debe tener un relato convocante, qué duda cabe, pero con un correlato en los recursos disponibles y en la evidencia, de lo contrario solo es mística (genial para un candidato, pero arma de doble filo para un gobernante) que creará más frustración y nos acercará al populismo, aunque a la fanaticada del Presidente le parezca amargado y pesado recordarlo.

Bien por los trenes, pero en la medida que sean socialmente rentables, pues si no se despilfarran recursos que de otra manera pueden utilizarse para urgencias sociales.

Se condonará el CAE, beneficiando a un segmento privilegiado en vez de a niños vulnerables que, como no marchan, son olvidados. Y me temo que la propuesta constitucional, que ex profeso crea grupos favorecidos con mejores derechos, solo profundizará el problema. El Estado será capturado por los que gritan más fuerte.

La Convención
Las encuestas muestran hoy que la ciudadanía se inclina por rechazar la propuesta constitucional. Han perdido la confianza en la Convención. Además, mientras se conocen los contenidos, la ciudadanía aquilata cómo se profundizan las grietas entre los chilenos, se coartan las libertades y se debilitan los controles al poder.

Pero la Convención no aprende ni aprovecha el escaso tiempo restante para recomponer la fractura. La discusión de las normas transitorias lo demuestra. La primera versión que llegó al Pleno fue mayormente rechazada. Pasada de rosca, abarcando temas que no están en las normas permanentes y ensimismada en la idea de que solo la Convención encarna la democracia, llegaron las propuestas de candados al Congreso actual para reformar la Constitución y las comisiones indígenas cuyos resultados, vinculantes, determinarían las restituciones de tierras vía expropiaciones.

Se rechazaron en el pleno; no porque modere, sino porque eran una aberración. Y en escasos días debe volver a tener propuestas. Pero el miércoles el Presidente nos habló del proceso constitucional como uno que cambia cosas para preservar lo valioso, y amplio y democrático, que ha resuelto sus diferencias con más democracia y no con menos. ¿Se referirá al proceso chileno?

Terrorismo, ausente
El terror que viven las personas en La Araucanía, que visten chalecos antibalas como si fuera normal, y que pagan “tasas” a grupos armados para sacar adelante las cosechas, estuvo inexplicablemente ausente del discurso.

Las pocas líneas destinadas al mayor problema del país -la inseguridad y el terrorismo- tuvieron que esperar su turno tras los anuncios en sistemas de medios plurales y diversos, en perspectiva de género transversal en el sector público y en temas de naturaleza y protección de los animales. Nuevamente, los grupos de interés por sobre las necesidades apremiantes de los chilenos.

Imagino que Arauco quedó con más pena, como dijo el Presidente. Ya no sabemos qué esperar. Después de que el llamado al conflicto armado de Llaitul fuera catalogado por la máxima autoridad como declaraciones que no se persiguen en democracia (tal vez piensa que las hizo de buena fe), no queda mucha esperanza.

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