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Jinks y el próximo unicornio: "Se necesita visión, talento, trabajo y a la diosa fortuna enchufada"
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Un antiguo refrán dice que Dios escribe derecho con renglones torcidos, el proverbio busca dar alivio cuando la vida se presenta difícil, con la esperanza de que el resultado final sea positivo pese a los obstáculos enfrentados. En el mundo más profano usamos la frase “las cosas pasan por algo” para consolarnos y darnos ánimo cuando enfrentamos las vicisitudes de nuestro andar cotidiano.
Muchos momentos difíciles mirados con la perspectiva que da el tiempo han sido claves para conseguir logros en términos personales y profesionales. Una crisis, si es adecuadamente enfrentada, puede terminar fortaleciendo a la persona o a una institución, pero no debemos descartar el rol que juega el azar en los caminos que uno termina transitando.
El escritor, guionista y director de cine norteamericano Paul Auster ha hecho de las coincidencias y de lo azaroso un tema central en su literatura. Llamadas equivocadas que gatillan historias, encuentros inesperados después de años de búsqueda son giros habituales en estupendos libros como La ciudad de cristal o El palacio de la luna. Los personajes de Auster hacen planes, pero el poder de lo fortuito es lo que va dibujando finalmente sus desarrollos dentro de las novelas como la vida misma.
Hace dos años la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece) mexicana notificaba a Cornershop y Walmart su oposición al acuerdo de adquisición por parte de la supermercadista de la compañía formada por emprendedores chilenos, por riesgo de afectar la libre competencia. Esto cayó como balde de agua fría, pues echaba abajo la que hasta entonces era la transacción más relevante en el ecosistema local de emprendimiento. La noticia debe haber sido muy amarga para los fundadores de Cornershop, no solo porque se diluía un gran éxito económico, sino además la compañía enfrentaba necesidades de financiamiento a corto plazo que el deal con Walmart venía a solucionar.
Qué distinta es la situación hoy, cuando se acaba de anunciar que Uber compra el 100% de Cornershop valorándolo en $US 3.000 millones: nuestro primer unicornio. La valoración es varias (varias, varias) veces la acordada previamente con Walmart, y si los negocios tienen estética también es una transacción más linda donde el potencial de Cornershop podrá desplegarse a nivel global sin quedar absorbido por un cliente único. Sin duda, la mayor parte de lo logrado se debe al estupendo trabajo de sus fundadores, pero el azar estuvo con ellos y alguna plegaria le deben a Santa Cofece por el favor involuntariamente concedido.
La exitosa transacción no solo beneficia a sus accionistas sino además tiene un efecto sistémico muy positivo para muchos emprendedores locales que ven reforzada la marca Chile como cuna de empresas que pueden alcanzar una escala regional o global. Va a ser muy relevante para que esto se materialice en el rol que cumplan los exitosos emprendedores de Cornershop como mentores y, por qué no, inversionistas en nuevos emprendimientos. Será un distintivo para aquellas empresas que los tengan dentro de su base de accionistas. Vamos por el próximo unicornio, se necesita visión, talento, trabajo y a la diosa fortuna enchufada.