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La columna de J.J. Jinks: Las crisis inmobiliarias se dan por igual en EEUU y en China

La columna de J.J. Jinks: Las crisis inmobiliarias se dan por igual en EEUU y en China

Evergrande se encuentra desarrollado 778 proyectos en 223 ciudades distintas y cuenta con pasivos de 300 billones de dólares (usando billones como lo usan los gringos).

Por: J.J. Jinks | Publicado: Sábado 25 de septiembre de 2021 a las 21:00
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Las grandes cifras tienen un efecto adormecedor, llega un momento en el cual es tal el nivel de millones en patrimonio o deuda que uno simplemente pierde la capacidad de hacer paralelos y con ello la capacidad de entender o sacar conclusiones.

Algo de eso me pasa con Evergrande, la compañía china de bienes raíces que ha estado en todos los titulares económicos pues estamos viendo en cámara lenta su colapso. Es tal su magnitud y capacidad de contagio a la economía global que su final desplome, que en estos días parece un hecho de la causa, ha sido comparado con la quiebra del banco de inversión Lehman Brothers en el 2008, hito fundamental de la crisis subprime.

Los números de Evergrande son realmente astronómicos, la compañía se encuentra desarrollado 778 proyectos en 223 ciudades distintas y cuenta con pasivos de 300 billones de dólares (usando billones como lo usan los gringos). En buena parte el desarrollo chino de las últimas décadas ha estado anclado en el impulso inmobiliario (casi 30% del producto interno bruto), pero la cosa parece haberse pasado un poco de rosca.

En la actualidad se estima que hay propiedades por ser vendidas en China que permitirían alojar a 90 millones de personas. ¿Qué podría salir mal? Hace algunos días fuimos testigos de la demolición en algunos segundos de 15 edificios vacíos en la ciudad de Kunming, un símbolo claro de la burbuja inmobiliaria china.

Hay cierta ironía que las grandes crisis a nivel global se incuben en un sector como el inmobiliario que es percibido por la ciudadanía como un sector seguro y exento de riesgos. Parte del problema es la alta capacidad de endeudamiento asociada a este sector debido a que en teoría se cuenta con una muy buena garantía, el problema es que cuando el mercado se seca realmente no hay a quién enchufarle los activos.

La ironía continúa cuando uno observa que las crisis inmobiliarias se dan por igual en el capitalismo estadounidense de escasas regulaciones y en el capitalismo-comunista chino donde tenemos al Estado mirándolos de cerca (o muy cerca) y siendo socio en muchas ocasiones.

Al final, la naturaleza humana es la que manda y ahí está presente el deseo irrefrenable de ganar más mientras se pueda. No es muy bonito, pero al parecer es mejor diseñar políticas que contengan esos apetitos más que simplemente desear que no existan.

A propósito de apetitos y deudas, el pintoresco (siendo suave) candidato presidencial Franco Parisi acusado entre otras cosas de estafas inmobiliarias ha traído a la mesa el tema de las pensiones alimenticias. Un sistema que claramente funciona mal si es que la mayoría de estas obligaciones básicas entre padres e hijos se encuentra impagas y con bajísima capacidad de cobro.

Con la experiencia a la vista el sistema hay que reformularlo estructuralmente para darle real capacidad a todas esas mujeres que hoy tienen que andar rogando para que les cumplan lo acordado. Como nos ha recordado involuntariamente Franco cuando se trata de salvar el pellejo ni los hijos son obstáculo para ello.

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