Bandeja de salida
La columna de J.J.Jinks: La política sin recato
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La idea con la que nace la plataforma británica OnlyFans es bastante simple, los usuarios pagan por acceder a un contenido especial posteado solo para ellos por famosos e influencers.
Después de todo, para muchos tiene su gracia ser espectador del proceso creativo de una gran estrella de la música o conocer los secretos del entrenamiento físico de un deportista de alto rendimiento.
OnlyFans es una compañía familiar manejada por Tim Stokely, su hermano Thomas y el padre de ambos; con ventas anuales que superan los dos mil millones de dólares, no está mal. Nunca sabremos si el negocio fue pensado desde un inicio así, pero hoy esas ventas no provienen principalmente de los fanáticos de la música ni del deporte, precisamente, sino de los consumidores de pornografía.
Son millones los clientes de OnlyFans que pagan por acceder a contenido sexual explícito, y esto ha implicado el desarrollo de una gran industria de proveedores del mismo. Esta semana este negocio fulgurante y de gran crecimiento comenzó a crujir cuando los controladores de la plataforma comunicaron que a partir de una fecha próxima se prohibiría el porno.
La razón no era un súbito remordimiento ético sino la dura realidad de que la banca estaba poniendo todo tipo de dificultades para cursar los pagos asociados al negocio, buscando no verse involucrados en un negocio de cuestionada reputación.
Como la comedia es parte de la vida y los negocios, OnlyFans señaló que la desnudez estará permitida y para trazar la línea contratarán un contingente de 200 moderadores-censores que establecerán qué estará autorizado y qué no. El chiste se cuenta solo.
Si se trata de pérdida de recato y comedia, nuestra semana política se puso a tono. Candidatos presidenciales ofreciendo en sus programas cosas como: viajes espaciales para los niños chilenos, financiamiento a los medios siempre que cada reportaje cuente con seis puntos de vista distintos, exámenes de ADN para toda la población para luego entregarle suplementos vitamínicos, buzones donde dejar guaguas no deseadas.
Uno puede reírse, pero si te pilla mal parado hay razones suficientes para llorar. Cuando este festival del ridículo parecía haberse agotado, el Servel nos comunica que la candidatura presidencial de la Lista del Pueblo ha sido rechazada pues la mayoría de sus firmas fueron presentadas en una notaría cerrada desde el 2018 y frente a un notario que murió a comienzos de año. Pornográfico, sin duda.
La pureza de los independientes provenientes del pueblo profundo, quienes se presentaban a sí mismos como los salvadores de la nación, ha quedado en entredicho, tratando de ser elegante.
Una mirada optimista es que la importancia de los partidos políticos y de las instituciones se ha visto reforzada y que una semana donde primaba la locura termina con una sensación de alivio con la exclusión de Lorenzini y Ancalao de la papeleta presidencial.
Por otro lado, así como el porno se tomó OnlyFans, nuestra política está tomada por un populismo de mil cabezas. La banca y el Servel han logrado sujetar momentáneamente la estantería, pero es difícil hacerlo permanentemente si los ciudadanos-consumidores detrás de sus teclados quieren otra cosa.