Click acá para ir directamente al contenido

Coffee break

Topelberg ante la Fiscalía: $10 mil millones por el 25% de Factop y el comentario de Hermosilla de “mantenerse juntos, o si no los trapitos salen al sol”

Topelberg ante la Fiscalía: $10 mil millones por el 25% de Factop y el comentario de Hermosilla de “mantenerse juntos, o si no los trapitos salen al sol”

Renunciando a su derecho a guardar silencio, Rodrigo Topelberg declaró ante la fiscalía en su calidad de imputado en el caso Factop/Audio.

Por: Equipo DF MAS | Publicado: Viernes 5 de julio de 2024 a las 09:01
  • T+
  • T-

Fue el 29 de mayo por la tarde que, renunciando a su derecho a guardar silencio, Rodrigo Topelberg declaró ante la fiscalía en su calidad de imputado en el caso Factop/Audio.

En su relato dio antecedentes de cómo se vinculó a la empresa, de los negocios que tuvo y pensó tener -pero no concretó-, de cómo se produjo el quiebre con Daniel Sauer, asegurando además que personas que aparecen en el archivo Excel con operaciones -como Andrea Molina- son víctimas.

Sobre su ingreso a Factop, explicó que tras una amistad con Daniel Sauer desde que tenían 4 años y veraneaban en Concón, una relación de “amistad pura y simple” y “exclusivamente” de Daniel -pues “con Ariel es como el hermano grande de un amigo”-, en 2010 Daniel le ofreció ingresar a Factop, donde podía tener oficina. “Compraba el 25% sin meter plata, dando garantías o depósitos a plazo. Alrededor de $10 mil millones”, dijo.

Relata que era un negocio de factoring y que “los tres Sauer” necesitaban alguien de confianza, ofreciéndole trabajo de medio tiempo, de 10 AM a 1 PM, pues los tres querían hacer viajes y necesitaban a alguien que abriera y cerrara la caja fuerte. De hecho, expone, inmediatamente que él entró, ellos realizaron un viaje a Miami a un partido de tenis en Key Biscayne.

“No tenía idea de lo que era el factoring, pero me dejaron a cargo a Johanna Ortiz que hacía todo, yo daba la cara de lo que hacía ella”. En otro pasaje precisa que tras cerrar Graba2, la agencia de artículos publicitarios y grabados laser que tenía en Vitacura, le ofrecieron un sueldo de $ 5 millones mensuales, para que hiciera las transferencias que indicaba Ariel Sauer. “Nunca tuve un cargo oficial”, cuenta.

“Mirando hacia atrás, yo creo que los ilícitos partieron con la pandemia, cuando las instituciones financieras no aceptaban cheques para factorizar (…) Las facturas ideológicamente falsas comienzan cuando no aceptan cheques las instituciones financieras, y utilizan las facturas como si fueran cheques. Me cuestioné si esto era ilegal desde el principio, pero después de estudiar un año todo esto, entiendo que fue con la pandemia”, dijo.

Relató que cuando llegó a Factop ya había inversionistas, de la colonia judía, y mayoritariamente amigos de Alberto y Ariel Sauer. Y que había pagos de intereses de parte de Álvaro y Antonio Jalaff.

“Siempre apretaban para que ellos pagaran intereses de un préstamo, siempre entraba plata mensual de ellos. Les prestaron plata y ellos devolvían intereses que eran como $ 40 millones mensuales. La operación con los Jalaff era con cheques, se les presta plata y ellos devolvían en cheques. Había varios deudores, pero este era grandote. Me atrevo a decir que los negocios eran lícitos en esa época, no había falsificación en ese momento. Después concluí que cuando no permiten factorizar cheques comienza todo. Ariel tenía el rol de gerente de finanzas y Daniel gerente comercial”, apuntó Topelberg.

Y agrega: “nunca llevé yo a un inversionista”, que no le gustaban los números, y que lo suyo era el marketing, reforzando la idea que hacía las fiestas de fin de año, se encargaba de los regalos, “que la loza fuera la correcta”, dijo en su declaración.

Contrapreguntado si era contradictorio que diga que no le gustaban los números, pero cuidaba de las inversiones de su mamá, su respuesta fue que su madre no confiaba en nadie más y se lo había encargado. “Me induce a administrar el patrimonio. Eso fue el año 2003, cosa que no me deja cómodo, y con mi amistad con Daniel veo una oportunidad de que me lo cuide”, dijo.

“Quise hacer una cadena de hot dogs. Lo empecé a diseñar con el Sesma. Intenté implementarlo en distintas municipalidades, pero no me tomaron en cuenta. Estudié en el IFE, que no existe. Fue un fraude. Todos los que estudiaron tuvieron que convalidarlo con la Universidad Mayor, cuestión que no hice. Era como el colegio Marshall”, dijo. Señaló que estudió cine en la noche y luego invirtió en Graba2, donde llegó a ser representante de marca (máquinas lasen). Y que el resto de los negocios de su familia eran fondos mutuos, acciones, depósitos a plazo, inversiones bancarias e institucionales.

Más adelante Topelberg abordó la situación de la famosa planilla de cálculos Excel en la que aparecen varios nombres: aseguró que en el caso de Andrea Molina “yo sé que es víctima”, relatando que fue el marido de ella -a quien identifica como “Peralta” y que se le apodaba “el mexicano”- quien prometía a Daniel Sauer que le iba a llegar plata de una herencia, y Sauer le prestaba plata. “Le pasó joyas y cheques de Andrea Molina como garantía del préstamo (…) Daniel decía, ‘ya va a caer lo del mexicano’. Nunca cayó la plata del mexicano”, acotó Topelberg.

“Lo mismo el caso de Asunción Lavín. (…) Fue Isaac Givovich que hizo todo con los cheques de Asunción Lavín. El nombre no es la persona que fue, fue un cónyuge, un socio, etc”, agregó.

También abordó la relación con Leonarda Villalobos. “La conocí en Factop, como asesora tributaria, me vio la contabilidad en 2018. Siempre me dijo que era una ingeniera comercial y no lo era. Lo hizo mal y la despedí 2019 y 2020. Puso a cargo a una persona que no era contador, no tenía los balances listos, no cerraban los estados contables, y me dejaba mareado tanto que hablaba. (...) Al despedirla se enojó mucho”, relató Topelberg, quien consultado sobre cuándo se amigaron, contestó que en 2022, pues hacia gestiones de ir al SII, y pedir prórrogas y descuentos.
“Nunca supe si había coimas”, dijo. “Me cargaba la Leo, trabajar con ella”.

Después de la suspensión de la corredora STF, Topelberg contó que todo cambió, “todos en pánico”, dijo. Daniel -declara Topelberg- le dice que todo se arregla la próxima semana, pero que no fue así. “La Leo toma las riendas (…) y se pone a trabajar 24/7 para sacar adelante a la corredora”, dijo; y que como Luis Flores (el gerente) fue suspendido, “me tuve que empezar a meter”, a pedido de Villalobos, mientras Daniel empezó a tener reuniones en Patio para poder tener las acciones, para pagarle a los inversionistas que sacaban la plata por la suspensión de STF.

“Tenía puros cuentos, yo sabía que estaba mintiendo y me empecé a distanciar de ellos”, aseveró.

“Yo estaba preocupado porque me debían mucha plata a mí, mis depósitos en garantía, como inversionista. Hay un quiebre cuando voy a renovar un depósito y lo liquidaron y no me avisaron, me comunicaba por WhatsApp, le decía ‘cuándo arreglan esto’, pero estaban como mudos”, dijo, agregando que no respondían a los inversionistas.

“Son bien descarados, y dejan el visto, no dan la cara”, relató. “La plata no caía y los inversionistas se estaba yendo en collera. Les pido disculpas (…), pero yo estaba funcionando en base a mentiras de Daniel Sauer. Llegamos a junio y tuve reunión con Luis Hermosilla. Luego me cita solo Luis Hermosilla porque estoy muy desagradable con Daniel Sauer, me trata de manipular diciendo que hay que mantenerse juntos, o si no los trapitos salen al sol”.

Casi al final, aborda el famoso audio. “Un día llega Leonarda y me muestra el fragmento del audio del 22 de junio. Lo tenía grabado en el Iphone. Escucho la risa nomás de Daniel y caché que todo era mentira. No lo pude escuchar (…) Mi señora me dice que escuche el famoso audio. Me lo pasó mi exseñora. El conducto fue por ahí. No lo quería escuchar, me demoré varios días en escucharlo, fue duro digerirlo. No me centré en las coimas, me centré en un gallo que creí que era mi hermano, mi amigo, y no lo era. Decido visitar a José Coz y dejar el patrocinio de Luis Hermosilla y Villalobos (…) Había perdido toda mi plata y la de mi familia, me sentía culpable”, cierra Topelberg.

SIGUIENTE »
« ANTERIOR