El rostro de DOGE (Departamento de Eficiencia Gubernamental) sin duda es Elon Musk, el fundador de SpaceX, Tesla y Starlink, ahora además consejero superior del Presidente de los Estados Unidos, pero la persona a cargo de ejecutar el programa que pretende recortar gastos y burocracia es Amy Gleason. Desde la Casa Blanca revelaron que ella es la administradora de esta entidad, aunque no hay claridad de cuándo habría asumido.

Gleason es experta en tecnología en la industria de salud y trabajó en el Servicio Digital de Estados Unidos (USDS) -agencia creada por Barack Obama para modernizar los servicios gubernamentales- durante el primer gobierno de Donald Trump y los primeros meses de Joe Biden. Al salir del Estado asumió como directora de productos en Russell Street Ventures, una firma de venture capital con sede en Nashville fundada por Brad Smith, también asesor de DOGE.

Tiene 53 años e inició su carrera como enfermera de emergencias. Al mundo de la tecnología llegó a través de los registros médicos electrónicos. Estudió en la universidad de Tennessee y su primer trabajo fue en una empresa de desarrollo de software de salud. También ha sido jefa de producto de dos startups en este rubro.

El 20 de enero, primer día del mandato de Trump, el USDS fue transformado en DOGE mediante una orden ejecutiva con la misión de “maximizar la eficiencia y productividad gubernamental”. Gleason volvió a esta agencia ese mismo mes, inicialmente como asesora principal y fue nombrada interina tras semanas de especulaciones sobre quién formalmente lideraba este departamento.

Hasta el 25 de enero ni siquiera miembros del gobierno sabían quién dirigía DOGE, y la secretaria de prensa, Karoline Leavitt, no respondía las preguntas sobre este tema. La revelación del nombre llegó luego de presiones mediáticas y políticas en que la oposición acusaba a Trump de darle autoridad sin límites a Musk. 

En 2020 Gleason dio una charla TED. En ella habló de su cruzada personal y profesional para mejorar el sistema de salud norteamericano mediante tecnología. El punto de partida fue su experiencia como madre de una hija con miositis juvenil, una enfermedad autoinmune. Lidiando con esta condición se dio cuenta de datos fragmentados, falta de coordinación entre médicos y una burocracia que dificulta el acceso a una buena atención. En la charla relata cómo tras años trabajando como enfermera en urgencias esta vivencia la llevó a fundar CareSync, una empresa de telemedicina.