“Estamos en negociaciones hoy por seis hoteles nuevos. El objetivo de corto plazo es duplicar nuestra presencia. Son seis conversaciones concretas, en Santiago, en el sur y en el norte”, dice Gustavo Viescas, el presidente de Wyndham Hotels & Resorts para Latamc (Latam y el Caribe), cadena hotelera global, que en Chile acaba de cerrar un acuerdo que la hizo poner su bandera en un nuevo hotel, el sexto complejo en el país.

Se trata de Hotel Kennedy, que pasó a llamarse Wyndham Garden Santiago Kennedy. El complejo era un hotel independiente que funcionaba de la mano de la empresaria chilena Marta Pfeil, la misma ex dueña de la cafetería Mokka, y directora del complejo hotelero.

Es que el modelo de negocios de Wyndham -que es una cadena global, listada en NY, y que cuenta con 9.200 hoteles en 95 países del mundo- consiste en un modelo de franquicias, donde llegan a acuerdo con hoteles independientes y los suman a su red global. Así, éstos pueden aspirar a más mercados y más clientes, y se incorporan al programa de lealtad global de la firma internacional, a cambio de un porcentaje de las ventas para Wyndham.

Bajo este modelo, con Hotel Kennedy, Wyndham ya suma seis hoteles en el país, tras Rinconada de Los Andes (que opera con la marca Howard Johnson, de Wyndham); uno en el aeropuerto de Santiago (que opera con la marca La Quinta); y tres hoteles en Santiago, Antofagasta (Wyndham Garden) y Concepción, estos últimos vinculados a un grupo de inversionistas entre los que está Bruno Fritsch. En total, y sumando ahora Hotel Kennedy, suman unas 600 habitaciones, con un volumen de negocios por unos US$ 20 millones al año.

Aparte de las conversiones -“el 50% de la hotelería en América Latina está en manos independientes”, dice Viescas-, también consideran acompañar a inversionistas en el desarrollo de proyectos desde cero, tanto en Santiago, como en el norte y sur de Chile, siempre sumándose como franquicia.

“En el plan de cinco años debiéramos apuntar a tener 30 o 40 hoteles en Chile”, apunta Viescas.