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Cómo se armaron los Amarillos por Chile
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Fue todo rápido. Después de que el poeta Cristián Warnken escribiera la columna titulada “Carta a todas las bases amarillas del país”, el 5 de febrero pasado, un grupo de personas le escribió para decirle que se sentían interpretados y convocados por su llamado.
Así se armó un primer y reducido grupo de WhatsApp en el que estaban Mariana Aylwin, Oscar Guillermo Garretón, Ricardo Escobar y el empresario Darío Contador, además de Warnken.
En un principio la idea era que este grupo fuera el encargado de empezar a darle forma a una especie de “colectivo amarillo”, pero luego fueron metiendo a otras personas al chat, hasta que sumaron cerca de 70.
Ahí, Cristián Warnken hizo un primer borrador de lo que sería el Manifiesto de Amarillos por Chile que se dio a conocer esta semana. El documento fue revisado entre varios miembros y después de 48 horas estaba listo para publicarse.
El viernes, después de que se diera a conocer el nuevo movimiento por los medios, el WhatsApp no paró de sonar. “No se le puede seguir el ritmo, si uno quiere leer todos los mensajes, no se puede vivir”, dice entre risas uno de los firmantes.
¿Qué sigue ahora? “Esto está recién partiendo y tenemos que ver cómo nos vamos a organizar y qué otras acciones realizaremos. Pero es un work in progress. Lo que sí está claro es que la idea no es ser un movimiento político ni un partido”, comenta el abogado Ricardo Escobar.
Por ahora, la idea es que más personas se sumen al movimiento. Para eso, en la tarde del viernes la iniciativa se subió a la plataforma Change.org. Al cierre de esta edición, cerca de 800 personas habían firmado.