Se acabaron las lluvias, los habitantes del edificio Kandinsky pudieron volver a habitarlo tras la crisis de los socavones que se generaron el año pasado en el sector de Reñaca Norte, en Viña del Mar, pero los coletazos de aquel episodio siguen afectando a la actividad económica del sector.

Quizá por lejos el más damnificado es el empresario Samuel Lizana Valdés, un histórico empresario de la zona, que se hizo famoso al instalar en 1972 un avión comercial cerca del entonces Sanatorio Marítimo y habilitarlo como bar. restaurant y discoteque, el emblemático C - 47, que funcionó unos años en el lugar.

Tras ello Lizana puso en marcha, hace más de tres décadas, el restaurant Stella Maris, que fue el más afectado con los socavones, pues el agua y la tierra escurrieron hacia abajo y cayeron justo donde está su local, en el sector del camino costero que une Concón y Reñaca, a la altura de Cochoa.

“Estoy en una situación difícil”, dice Lizana, quien, tras estar siete meses cerrado, de septiembre de 2023 a abril de este año, pudo volver a abrir, coincidiendo con el regreso de los habitantes del edificio Kandinsky. Sin embargo, sigue lidiando con el corte del camino costero, lo que continúa menguando la demanda. Grafica que, de 25 mesas en tiempos normales, con suerte llegan a ocuparse 10 ó 12.

“La crisis aún perdura, las ventas no se recuperan mientras el camino costero no se abra. Han dado muchas fechas. El corte del camino ha traído grandes pérdidas, no sólo a mí, sino que a todo el sector turístico del sector de Viña, Reñaca y Concón. No entiendo, no me cabe en la cabeza, que un camino que es una joya turística lo tengan cerrado casi un año. No me explico cómo ha sido tan indiferente el gobierno para no intervenir y estar más encima de esta situación. Somos muchos los perjudicados”, dice.

Lizana calcula que sus pérdidas ya suman unos $150 millones, perdió los garzones y el personal de la cocina con que trabajaba, le entraron a robar al local, y con desazón ve que no saca nada con activar alguna demanda, pues a su edad -dice- no va a ver los resultados.

El empresario cuenta que tampoco ha recibió ayuda crediticia para sobrellevar la situación. “Fui al BancoEstado anteayer y me dijeron que no se podía, por mi avanzada edad. Les hice un recuerdo y dije ‘no se olvide que el Presidente Boric dijo que eran muy coñetes’. Pero se encogieron de hombros”, relata.

Otro empresario de la zona, Claudio Jofré -el dueño de cuatro locales (Costa Cochoa, KA Lounge, La Isla y la pizzería Mura)-, confirma el mal momento que vive el sector, profundizado a su juicio por la situación país y el impacto del corte del camino, pues relata que los santiaguinos que llegan por Concón no llegan a Cochoa, y se menoscabaron los paseos por el borde costero.

Y a la baja en las ventas de por lo menos el 50%, ahora se les suma el alza de costos, pues con las marejadas -dice Jofré-, la materia prima ha subido y viene el alza en los costos de la luz. “Nos sigue una lluvia fuerte”, indica.